El patrimonio arquitectónico

Redescubrimiento del Palau Güell

La restauración integral del edificio de Gaudí lo ha convertido en una auténtica obra de arte total

Francina Cortes 02062011

Francina Cortes 02062011 / periodico

DANIEL GIRALT-MIRACLE

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«Nosotros utilizamos la palabrarestauraciónpara definir cualquier actuación sobre cualquier elemento del patrimonio arquitectónico que tenga como intención garantizar o mejorar su estado de conservación, uso o significación y aprecio, siempre que no menoscabe los valores esenciales del objeto», escribió el arquitectoAntoni González Moreno-Navarroen el libroLa restauració objectiva(1999), en el que explicaba el método y la filosofía del Servicio del Patrimonio Arquitectónico Local (SPAL) de la Diputación de Barcelona -que dirige desde hace más de 25 años-, una pauta que se ha seguido estrictamente en la actuación realizada en el Palau Güell.

En la moderna historia de restauración de edificios encontramos tanto casos en los que se ha actuado con criterios muy subjetivos, idealizando el pasado, como ocasiones en las que ha prevalecido el respeto a los orígenes del edificio a restaurar. Y podríamos decir queAntoni Gonzálezy su equipo se adscriben a esta segunda forma de proceder, porque primero analizan a fondo el contexto histórico, constructivo, artístico y sociológico del edificio en el que deben intervenir, para aplicar después los valores formales y espaciales originales. Y si es necesaria o conveniente la aportación de nuevos elementos o nuevos materiales recurren al principio que denominandiacronía armónica, es decir, el diálogo armónico entre los materiales originales y los nuevos, evitando explícitamente las confusiones.

Este método es el que ahora nos permite recuperar uno de los edificios más remarcables deGaudí,que proyectó y dirigió hasta el último detalle entre 1885 y 1890 -a los 35 años, cuando solo hacía siete que había finalizado la carrera- y que anuncia los hallazgos esenciales de su arquitectura, particularmente en la utilización de los materiales, en la aplicación de nuevas formas constructivas y en la interrelación de los espacios. Por eso, ahora que es posible resulta especialmente recomendable acercarse a este edificio de dos maneras, desde la distancia y desde la proximidad. Desde la distancia para darse cuenta del excepcional creador de espacios que fueGaudí, porque a pesar de tener que trabajar dentro de las limitadas dimensiones que ofrecen dos paredes medianeras se mostró como un maestro al crear espacios fluidos, que nos llevan a transitar de un salón a otro, de un piso al siguiente, de habitaciones pequeñas a aposentos amplios, y todo esto subiendo y bajando escaleras o atravesando pasillos situados en lugares estratégicos que nos llevan a percibir el esplendor de un edificio donde la regulación de la luz juega un papel esencial.

En cambio, la visita atenta en la proximidad nos permitirá detectar multitud de aspectos, de gran riqueza formal y cromática, que han sido cuidadosamente restaurados, de forma que si en su momentoGaudítrabajó con los mejores industriales y artesanos de la piedra, el mármol, la madera, el hierro forjado, los metales y el vidrio, ahora se ha fomentado una nueva promoción de profesionales de los oficios en riesgo de desaparición que parecen responder a los grados de exigencia y perfección queGaudíexigía. De esa forma, han conseguido una textura y acabado de las maderas, una perfección de bisagras, cierres y pomos, unas tonalidades cromáticas y unas aplicaciones del pan de oro o de los enplomados de los vitrales que no desvirtúan en nada el proyecto original.

De la actuación del SPAL hay que destacar también que está al servicio de una nueva museización del edificio, en el que continente y contenido tienen la misma importancia. Por eso, al recorrer el palacio desde el impresionante sótano hasta la excepcional azotea el visitante se va fijando en los aspectos arquitectónicos del edificio, pero también en todo tipo de detalles pictóricos, escultóricos, ornamentales, de mobiliario, etcétera. Y a este descubrimiento no es ajena la nueva iluminación deleds, imperceptible para el visitante, pero que ayuda a encontrar esos pequeños acabados que hasta ahora podían pasar inadvertidos, porque la suma de la luz natural prevista porGaudíy la luz artificial aportada por esta restauración hace que entendamos este palacio como una auténtica gesamtkunstwerk, una obra de arte total, sensación que todavía se magnifica más en la sala central del palacio, donde la espectacular vuelta actúa de tornavoz de la música del órgano situado en la planta superior (un órgano que desgraciadamente no se ha podido recuperar, pero que ha sido sustituido por un instrumento de nueva creación), una música que envuelve al visitante, que vive una experiencia auténticamente sinestésica en la que participan todos los sentidos.

DEsDE 1945, el Palau Güell ha sido objeto de restauraciones parciales, pero esta integral que ha propiciado la Diputación de Barcelona es la que nos permite redescubrir tanto el interior del palacio como las espléndidas fachadas anterior y posterior y la sensacional azotea con las 20 chimeneas cubiertas contrencadísy la aguja que cubre la cúpula del salón central. ¡Una obra, auténtico patrimonio de la humanidad como reconoció la Unesco en 1984, que no nos podemos perder! Crítico e historiador del arte.