La rueda

Por la igualdad sin cuotas

ROSA CULLELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De entrada, pensé: «Ole tus narices,Viviane». Ya está bien de andarse con chiquitas. La comisaria europeaViviane Readingpropone que las mujeres cubran obligatoriamente el 40% de los puestos en las empresas europeas. Que, a estas alturas, solo el 12% de los consejos de administración los ocupen mujeres le parece una tomadura de pelo. Al poco, me enfadé. Con la comisaria, con la Unión Europea y con las empresas. O sea, que después de que las mujeres trabajadoras hayan subido tantos escalones, y no precisamente para fortalecer glúteos, resulta que si alguna consigue mando en plaza será unachica cuota. No, hombre, no. No puede ser. Me dirijo a ellos, a los directivos, esos que han visto cómo se esforzaban sus mujeres, hermanas e hijas para formarse y obtener la igualdad. Ya no se puede esgrimir que falta talento para mantenerlas al margen. Pero costará. Mucho. Entendí el motivo, hace años, en Nueva York:

La subdirectora de una oficina del Citibank me esperaba en la puerta. Aquella señora de color, vestida de azul y con zapato plano, me dio un apretón de manos y, sin más, inició la visita. Ella daba espléndidas zancadas; yo, subida a mis tacones, la seguía dando saltitos. Pedí tiempo para respirar y exclamé: «¡Cuántas mujeres! La banca norteamericana va delante de la europea». Se echó a reír y dijo: «Querida, ¿se ha fijado que las chicas llevan uniforme? No es obligatorio, pero sale barato y sus salarios son bajos. Los hombres trabajan en la banca de inversión. Allí está el dinero».

Los 540 consejeros del Ibex cobran, de media, un millón de euros. Si aplicamos el 40%, a las mujeres les corresponden 216 plazas. En estos momentos, aún faltan 162 y, al ritmo actual, se tardará 50 años. Aunque suene raro, los ejecutivos conocen a pocas mujeres. Han ido a colegios, han jugado al golf, han sido colegas… de otros hombres. Cuestión de confianza. Por eso, es fundamental que los presidentes, varios de ellos catalanes, de las 17 mayores corporaciones españolas impulsen la igualdad. No hacen falta cuotas, lo que es imprescindible es acabar con la discriminación.