Las normas de derecho en Catalunya

El reto de finalizar el Código Civil

El sueño de varias generaciones de juristas catalanes está a punto de alcanzarse; el Govern no puede fallar

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JOAN CARLES OLLÉ

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La sólida realidad del Código Civil de Catalunya iniciado en el 2002 no puede hacernos olvidar el hecho incuestionable de que el siglo XX en Catalunya fue muy fértil en el campo del Derecho. Una cierta perspectiva histórica constata que proliferaron excelentes textos jurídicos e insignes juristas. El 50º aniversario de la Compilación, efeméride que hemos conmemorado en el 2010, ha permitido recuperar el legado de esta obra maestra de la escuela jurídica catalana y a la vez revisar la figura extraordinaria de Ramon Maria Roca Sastre, que domina el medio siglo que va de la República a la transición.

En el momento de la Compilación confluye una constelación de grandes juristas:Ramón Faus, Lluís Figa, Francesc de CondominesoJosé María de Porcioles,pero por encima de todos ellos reina el genio jurídico deRoca Sastre, indiscutiblemente el más eminente jurista catalán del siglo pasado. Sus magistrales estudios sobre derecho hipotecario, derecho civil catalán, y en especial sobre derecho de sucesiones, le hacen excepcional. Los contemporáneos fueron muy conscientes de su grandeza.Sebastián Auger, en el centenario de su nacimiento, escribió: «Cuando paseabas por el paseo de Gràcia y contemplabas la majestuosidad de la Pedrera brotaba una luz encendida de un habitáculo.Ramon Roca Sastre trabajaba con la laboriosidad de un genio. Pisando la calzada, los letradosJosep Maria Pi-Sunyer, Casals ColldecarrerayPintó Ruizsusurraban admirados:'El Roca ja està parint lleis de successions i posa ordre al país de demà'».

Pero siRoca Sastrees el príncipe de los juristas catalanes del siglo XX, hay algunos otros que se le aproximan mucho, que vuelan también muy alto. En las primeras décadas del siglo sobresalió el insigne juristaJoan Martí Miralles, que fue presidente del Tribunal de Cassació de Catalunya durante la República y que dejó una obra imperecedera,Els principis de Dret Successori.Josep Maria Puig Salellas,en los 30 años que van desde los inicios de la transición hasta su muerte (2006), etapa de notable producción legislativa, fue el jurista clave en derecho privado y público de ese periodo, singularmente en derecho lingüístico, donde sus aportaciones se han re velado formidables y decisivas. También es necesario destacar el trabajo deLluís Puig FarriolyEncarna Roca, que fueron los brillantes comentaristas de la Compilación. Y nos dejamos muchos otros, que merecerían un lugar destacado en un repaso menos apresurado.

Un lugar preeminente en nuestra historia jurídica lo ocupaJuan Berchmans Vallet de Goytisolo, a quien este año el colegio notarial le ha concedido precisamente el Premio Puig Salellas. Miembro de una conocida saga familiar barcelonesa, de la que forman parte los escritoresJuan, LuisyJosé Agustín Goytisolo, es uno de los más importantes juristas españoles y catalanes de los últimos 50 o 60 años. Después de iniciar en Catalunya su carrera notarial se trasladó a Madrid, donde ha desarrollado la mayor parte de su extraordinaria trayectoria profesional y científica. Pero siempre ha mantenido su vinculación, personal y jurídica, con sus raíces barcelonesas y catalanas.Vallet, que se ha reconocido discípulo deRoca Sastre,ha sido sobre todo un gran civilista, en su doble vertiente del derecho común español y del derecho civil catalán: sus monumentales estudios han alcanzado cumbres no superadas. Pero su inmensa cultura jurídica y humanística, de profundas convicciones católicas, le ha permitido adentrarse con éxito también en el campo de las fuentes del derecho, la metodología jurídica, la sociología o la filosofía del derecho. Hoy su obra es un referente de primer orden en el derecho europeo.

El siglo XX fue muy brillante en el campo del derecho civil en Catalunya, una segunda edad de oro que anunciaba la aparición del Código Civil: contra todo pronóstico, se hizo posible el milagro de la Compilación, texto de extraordinaria calidad jurídica que sentó las bases del derecho catalán moderno; y surgió un ramillete de soberbios juristas, unos cuantos de ellos ilustres notarios. Ahora, el nuevo Govern de la Generalitat tiene el gran reto de concluir la magnífica herencia que nos dejó el excelente siglo XX jurídico catalán completando el Código Civil que se ha elaborado, y casi terminado, en la década que ahora ha finalizado. Catalunya culminará así un largo proceso de codificación que iniciaron los compiladores y continuaron con éxito los juristas y políticos de los primeros gobiernos de la Generalitat, con las leyes civiles especiales primero y los códigos sectoriales después. El Código Civil actual es un buen texto jurídico, aunque elaborado con excesiva rapidez y con algunos altibajos. Quizá en algún momento nos hemos apartado del principio nuclear de libertad civil y de la inspiración consuetudinaria y práctica, altamente científica pero no dogmática, de nuestro derecho. El sueño de varias generaciones de juristas catalanes está a punto de alcanzarse. El Govern deMasno puede fallar: máxima excelencia, y si hay que rectificar, se rectifica. Decano del Col·legi de Notaris de Catalunya.