El epílogo

'Boardwalk Empire'

JUANCHO DUMALL

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Boardwalk Empire, el último éxito del canal norteamericano HBO -obtuvo el domingo el Globo de Oro a la mejor serie dramática-, es una excepcional creación televisiva que, de la mano deMartin Scorsese, productor ejecutivo y director del primer capítulo, y del guionistaTerence Winter, da la enésima vuelta de tuerca a un tema llevado miles de veces a las pantallas: los brutales métodos de las mafias surgidas en EEUU en los años 20 del siglo pasado como consecuencia del despropósito que fue la ley seca. Por los episodios deBoardwalk Empiretransitan personajes reales, comoAl CaponeyLucky Luciano, los gánsteres más recurrentes del cine negro, y también oscuros contrabandistas de cerveza, policías sádicos, dulces prostitutas, pistoleros italianos que por el día regentan restaurantes de manteles a cuadros… Todos los tópicos del género.

Y, sin embargo, la serie muestra con una crudeza que no llegan a alcanzar obras maestras deScorsese, comoUno de los nuestrosoCasino, la terrible realidad de la corrupción política, que enBoardwalk Empireaparece al mismo nivel y como reverso de la moneda de los tiroteos, las extorsiones y los negocios más turbios. Los guionistas de esta producción han vuelto al siglo pasado con una mirada actual. Los asesinos solo pueden hacer su negocio al amparo de políticos comoNucky Thompson, tesorero de Atlantic City, magníficamente interpretado porSteve Buscemi.

Cinismo político

Lo que en definitiva cuenta esta serie es que el crimen organizado y los negocios ilegales a gran escala siempre necesitan de un poder político corrupto. Y ese axioma vale también para las democracias con más pedigrí, como la de Estados Unidos. Bueno será que lo recordemos en plena sacudida por las filtraciones de Wikileaks y cuando, desde Túnez a Haití, desde Roma a Moscú o a Caracas, asistimos al gran espectáculo del cinismo político. Ese que permite al cacique de Atlantic City presidir un mitin de la liga antialcohólica para, minutos después, organizar whisky en mano un envío de toneladas de licor desde Canadá.