Los disturbios del pan

Desde el punto de vista histórico, este título nos recuerda unos acontecimientos de carácter revolucionario que se produjeron a finales del siglo XVIII en Barcelona y también en otras localidades, como Vic y Mataró. En 1789, el mismo año en el que se inició la revolución francesa, Barcelona vivió una revuelta popular muy importante, causada por una crisis de subsistencia y por el encarecimiento del precio del trigo. Los sublevados consiguieron sus objetivos y las autoridades tuvieron que claudicar y bajar el precio del pan.

Actualmente, las revueltas por el aumento del precio de los alimentos han empezado a darse en países como Mozambique, Argelia y Túnez, y la FAO, la organización de la ONU para la alimentación y la agricultura, con sede en Roma, ha dado la voz de alarma ante el encarecimiento de los alimentos más básicos, porque en caso de prolongarse produciría una gran crisis alimentaria que extendería el hambre a muchos rincones del mundo.

Es verdad que existen una serie de razones objetivas que están produciendo esta grave situación, como son los contratiempos climatológicos, la fuerte demanda de cereales para alimentar a los animales de consumo, las transformaciones de una buena parte de los terrenos productivos para dedicarlos a producir combustible ecológico, etcétera. Pero también están las políticas, como es el caso de la prohibición de la exportación de arroz por parte de la India y, principalmente, las especulativas para hacer negocio y enriquecerse.

Los países que se consideran acomodados también han empezado a sufrir un aumento de precios en sus economías que dificulta en gran medida la recuperación de la crisis económica. Los políticos de esos estados de ninguna forma pueden permitir la especulación. En caso contrario, los disturbios están a las puertas, y recordando el dicho popular, «cuando veas rasurar la barba del vecino, pon la tuya...»