Los jueves, economía

El año de la economía real

La reactivación durante el 2011 dependerá fundamentalmente de las empresas y de los empresarios

El año de la economía real_MEDIA_1

El año de la economía real_MEDIA_1

JOSÉ ANTONIO BUENO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cambia el año, pero no el espíritu. Hoy estamos en el mismo punto donde nos encontrábamos ayer, en medio de una de las mayores crisis de nuestra historia. Partimos, eso sí, de unos niveles de prosperidad y riqueza nunca vistos por lo que nos sentimos, colectivamente, mucho mejor que en otras crisis. Cierto es que un 20% de nuestra sociedad en el paro es una cifra terrorífica, pero algo positivo ocurre: de momento, la sociedad es capaz de absorber este drama… ¡Yque dure!

En el lado negativo destaca que a nuestras administraciones les quedan muy pocas municiones para incentivar la economía. Los sucesivos ataques a la deuda nominada en euros han logrado que desde mayo del 2010 lo único que estaba claro en el Gobierno de España, la preponderancia de lo social, lo haya dejado de estar y ahora prime el rigor fiscal, siendo la prioridad la batalla contra el déficit. No se trata de cuestionarse si es algo voluntario o no, simplemente el entorno, los mercados, han obligado a cambiar el discurso… ¡Y cómo!

Sea de forma voluntaria o forzada, lo que es innegable es que las administraciones, tanto centrales como autonómicas, se han quedado prácticamente sin margen de maniobra para reactivar la economía tanto con subvenciones como con incentivos fiscales. De hecho, a partir del segundo semestre del 2010, la presión fiscal se está incrementado, lo que, normalmente, retrasa las recuperaciones.

Mucho, demasiado, se habla del sector financiero español. La foto, como todas, tiene sus claroscuros, pero sigue siendo un sistema financiero solvente. Está digiriendo con prudencia el empacho del negocio promotor y poco a poco lo está consiguiendo. Claro que mientras lo logra cumplirá solo parcialmente la finalidad social para la que fue concebido: dar crédito. La sociedad demanda, con razón, más crédito a cajas y bancos, pero no es tan fácil. España debe más dinero del que le toca y ahora tiene que rebajar esa deuda. Han de rebajar su endeudamiento empresas, familias…y los propios bancos y cajas.

No vivimos en un momento normal. Hoy es posible lograr un depósito al 4% mientras se paga una hipoteca por debajo del 2%... Simplemente, no es viable que los ingresos de las entidades financieras no cuadren. Tenemos un tipo de interés de referencia en mínimos históricos y, por otro lado, las necesidades de liquidez hacen que se ofrezcan auténticas barbaridades a quien aporta nuevo dinero a una entidad. Si todas las sociedades mercantiles tienen como objetivo ganar dinero, cajas y bancos casi tienen la obligación de ganarlo. Su actividad se basa en la confianza y a nadie le hace ninguna gracia que su caja o banco tenga pérdidas. Hasta que esta situación anómala no se regularice, no podemos esperar milagros.

Adicionalmente, las cajas de ahorro se encuentran en un proceso de concentración que, salvo a unas pocas que realmente saben cómo acometer estos procesos, las va a mantener gran parte del 2011 ocupadas en sus deberes internos. Y todo esto a la espera de que la banca mediana entre en procesos de concentración.

Olvidadas lasmuletaspúblicas para la recuperación y las facilidades del sector financiero, solo queda mirar al sector privado. Este está, en general, mejor que en otras crisis pues está más formado, capitalizado y globalizado. Pero la salida no será fácil. Todos esperamos que el sector exterior tire… ¡Ojalá! La exportación tiene que ser el motor de la recuperación. Lo está siendo en Alemania, incluso en EEUU.

El 2011 deberá ser el año del automóvil, del sector químico, del textil, del acero y de la electrónica. Y del turismo, el mueble, los servicios y las tecnologías de la información y la comunicación. El año de la economía real. Contamos con un país infinitamente mejor que hace 30 años, cuando sufrimos nuestra última crisis, con mejores infraestructuras logísticas, viarias, aeroportuarias, pero también de conocimiento y de investigación. Ser el primer país europeo en kilómetros de AVE, contar con el mayor supercomputador, con un nuevo sincrotrón, con un entorno espectacular para la investigación biomédica, tiene que ser necesariamente bueno. Perdamos los complejos y miremos al futuro con optimismo. Es verdad que estamos en crisis, pero ¡vaya crisis! Nunca España estuvo tan bien como ahora. Creámoslo y construyamos sobre las excelentes bases que tenemos. En la época del crecimiento cometimos errores, muchos, ¿y qué? Contamos con unos activos espectaculares que solo hemos de ser capaces de potenciar.

Sin apoyo de las administraciones ni facilidades en el sector financiero, el 2011 dependerá fundamentalmente de las empresas y de los empresarios. De la capacidad de gestionar, de lograr nuevos mercados, de inventar nuevos productos… Nada nuevo, simplemente ahora va en serio. Los buenos triunfarán, los malos perecerán. Es hora de medir la calidad de nuestro tejido económico y de la sociedad en su conjunto. Los buenos capitanes son quienes manejan el timón en tiempos de tormenta… Estamos en época de exámenes.

Socio de Europraxis.