El AVE ya vuela de Madrid a Valencia

Desde ayer, Madrid y Valencia están unidas por alta velocidad. El miércoles se inauguró el AVE hasta Cuenca y Albacete. Esta última ciudad está servida por un ramal de la misma línea que llega a la capital levantina y que ha costado 6.600 millones de euros. Con este nuevo trazado, España consolida su segunda posición mundial en kilómetros de alta velocidad, solo superada por China y por delante de Japón y de otros países pioneros, como Francia.

Sin cuestionar que Valencia tenga derecho a estar unida a Madrid por AVE, esta situación anómala plantea muchos interrogantes. Algunos expertos denuncian que la proliferación del AVE es un síntoma de nuevo rico y que nunca se recuperará el inmenso gasto efectuado.

Esta posición crítica adquiere aún más valor en tiempos de crisis como los actuales. ¿Tiene sentido que mientras se recorta el gasto social, se retira el subsidio de 426 euros a los parados sin ingresos o se alarga la edad de jubilación se sigan gastando cantidades ingentes en llevar el AVE a todas las capitales de provincia? ¿De qué se ufanan los políticos que destacan como un gran logro que todas las capitales de Castilla-La Mancha estén ya enlazadas por alta velocidad? ¿Cuántos usuarios tendrán los trenes que sirven a determinadas capitales que no cuentan ni con población ni con actividad suficiente para llenar el AVE?

El ministro José Blanco puede confiar en que es más importante el potencial de futuro que el coste, pero, si lo que estaba licitado y en construcción no podía paralizarse, quizá sí ha llegado el momento de replantearse lo que queda del plan. Un plan, por cierto, que debía desplegarse en red, según la promesa de Zapatero a Pasqual Maragall en los tiempos de la España plural, pero que al final se ejecuta de forma radial, sin variaciones en el planteamiento de los gobiernos del PP. ¿Dónde está el corredor mediterráneo? ¿Para cuándo quedará el enlace de alta velocidad entre Barcelona y Valencia, la zona más dinámica y con mayor poder exportador? En esta vorágine de inauguraciones, hoy se abre la conexión Barcelona-Figueres-París, que por ahora está muy incompleta. Pero en este caso las autoridades han tenido al menos la decencia de no organizar ningún fasto.