Pacto en el Parlament

La constitución del Parlament surgido de las elecciones del 28 de noviembre y la elección de la Mesa depararon ayer algunos apuntes indicativos de cómo discurrirá la novena legislatura catalana. La Cámara es la más plural de los 30 años de autonomía, con presencia de diputados de siete candidaturas. Pero como el peso de cada una es muy desigual y la Mesa solo tiene siete puestos, es plenamente legítimo que los tres grupos principales -CiU y, a gran distancia, el PSC y el PPC- hayan pactado el reparto de los mismos, aun a costa de la irritación de ERC e ICV. ¿Prefigura este acuerdo una política de colaboración de socialistas y populares con el Govern que presidirá Artur Mas? No es probable en el caso del PSC, que, pese a todo, deberá saber encontrar el tono preciso para ejercer con firmeza, pero con responsabilidad, su papel de primera fuerza de la oposición. Más factible parece esa actitud por parte del PPC, y no es anecdótico que su jefa de filas, Alicia Sánchez-Camacho, ocupara ayer el escaño situado tras el de Mas y lograra para su grupo una ubicación central en el hemiciclo. Las elecciones generales del 2012 pueden hacer que el PP necesite el apoyo de CiU en el Congreso tanto o más que Mas el de los conservadores desde ahora en el Parlament, por lo que el juego está completamente abierto.

En cualquier caso, lo que cabe esperar del poder legislativo catalán en los cuatro años que se inician es que sepa conectar con las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos. El desprestigio de la política y la dureza de la crisis exigen de los diputados el mayor rigor y la ausencia de frivolidades.