Las elecciones del 28 de noviembre

Los cuatro jinetes del Apocalipsis

Todo resultaría más fácil si las grandes decisiones económicas se tomaran en Barcelona y no en Madrid

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JOAN PUIGCERCÓS

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El Gobierno español no supo intuir la crisis económica.Zapateronegaba obstinadamente la mayor, y un hombre de la sagacidad deRubalcabase atrevía a pronosticar la plena ocupación.Rubalcabaes, sin duda, un hombre lúcido, pero, en el mejor de los casos, está claro que hablaba sin fundamento. Sea como sea, nos hemos visto inmersos en una crisis de alcance mundial. No obstante, la diferencia es que el Gobierno reaccionó tarde, tomando decisiones a deshora e improvisando. Pero hay una segunda diferencia que hace que la crisis sea más severa en España con unas tasas de paro que se han disparado hasta el 20%: una economía que aspiraba a situarse en el selecto club de las primeras economías mundiales con pies de barro. El crecimiento económico español se debía al maná de recursos que desde la entrada de España en la Unión Europea habían llegado con generosidad a las privatizaciones y la especulación. Pero estos recursos no eran a perpetuidad, y, si a ello añadimos la burbuja inmobiliaria, nos encontramos con una combinación explosiva que les ha estallado en las manos.

Al final, el Gobierno ha empezado a tomar medidas, aunque poco afortunadas. El problema es que las medidas que se han puesto en marcha responden a la protección de un modelo económico que poco tiene que ver con el modelo económico catalán, este sí centrado en una economía productiva en la que la innovación y la iniciativa son la piedra angular. Es así de claro: el modelo económico español se contrapone al catalán y por esto las medidas que se adoptan desde Madrid no favorecen a la economía catalana. Por eso tuvo que ser la patronal catalana Pimec y los diputados catalanes los que tramitaran las modificaciones de la ley de morosidad para pagar a 30 días. Las preocupaciones del Gobierno español se habían centrado en salvaguardar los intereses de los cuatro jinetes del apocalipsis: las grandes constructoras, la gran banca, los sectores energéticos de matriz monopolística (como Endesa o Telefónica) y las grandes superficies comerciales.

También la patronal española, la CEOE, durante años no ha tenido otra prioridad que velar por los beneficios de estos cuatro gigantescos sectores. Tampoco la CEOE se preocupó de garantizar el pago a 30 días para las pymes, sino que tantoCuevascomoDíaz Ferránsiguieron el mismo patrón. Su modelo económico era y es de Estado, de defensa corporativa de los sectores regulados.Joan Rosell,presidente de la patronal catalana, aspira nuevamente a liderar la española tras la chapuza escandalosa de la presidencia deDíaz Ferrán.Quizá conRosell

esto va a cambiar y la CEOE velaría para incentivar y proteger la economía productiva y la pequeña y mediana empresa. Aunque primero tendrá que ganar y luego tomar decisiones que incomodarían a los poderosos lobis...

Por desgracia, tanto el PSOE como el PP se han encontrado siempre en este terreno: proteger a los cuatro gigantes. Sin duda, sería beneficioso para la economía catalana no vivir sujetos a los designios de una economía española que transita por otros derroteros. Pero mientras sigamos siendo parte de España tendremos que vivir en esta contradicción y convivir con un centro de poder, Madrid, que es donde se toman las grandes decisiones. Pero esto no significa resignarse, sino que nos obliga a redoblar los esfuerzos para revertir la nefasta tendencia a legislar dando la espalda a la economía productiva.

Tenemos que seguir definiendo y mejorando un marco favorable a la economía productiva que pasa, de entrada, por un esfuerzo en la educación. Hay que implementar la ley de educación de Catalunya progresivamente. Y hacerlo en condiciones, mejorando los recursos para atender la diversidad y detectar y promocionar el talento. Necesitamos reformar la Formación Profesional, la reglada y la ocupacional, hacia un solo sistema flexible. Así como los mecanismos de introducción de jóvenes en el mercado laboral, promocionando las becas salario.

La Generalitat debe poder sufragar crédito a las empresas a las que se les ha cerrado el grifo. Y exigir responsabilidades a los dirigentes de bancos y cajas que han perjudicado a las entidades de ahorro. El Gobierno catalán debe incentivar a las empresas que innovan y a las que exportan. Y tenemos que simplificar el papeleo administrativo: con un solo trámite se debe poder abrir un negocio. Al igual que es imprescindible seguir invirtiendo en centros de investigación y poner en valor el trabajo hecho: somos líderes en Europa en investigación e innovación, y así se nos ha reconocido.

Todo esto nos resultaría más fácil si las grandes decisiones se tomaran desde Barcelona y no desde Madrid, y si no tuviéramos que convivir con un déficit fiscal atroz. El drama es que en España no hay alternativa porque tanto el PSOE como el PP defienden el mismo modelo económico, que se obstinan en mantener pese a que acabará siendo letal para España. Por esto nos jugamos tanto ahora: o apostamos por la valentía o por el camino de la especulación.

Presidente de ERC.