Gente corriente

Basili Llorca: «En Nepal llevaba toda mi vida dentro de una maletita»

Maestro budista. De ser un joven insatisfecho pasó a ser uno de los primeros monjes con DNI español ordenados por el dalái lama.

«En Nepal llevaba toda mi vida dentro de una maletita»_MEDIA_3

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GEMMA TRAMULLAS

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En el supermercado de lo alternativo, el budismo es como la Coca-Cola: «Es difícil mantener la fórmula original», asegura Llorca, que abandonó los monasterios nepalís y ahora transmite sus enseñanzas en el centro DharmaDhatu de Barcelona.

-Qué raro. Este centro budista no huele a incienso.

-A mí, personalmente, no me gusta. Cuando conocí al lama Yeshe, uno de mis maestros, sacó una botellita de perfume Myrurgia del de toda la vida y dijo: «Very good inciense».

-Es una anécdota muy reveladora.

-Yo intento traducir la esencia del budismo a nuestra realidad occidental y para eso no hace falta atrezo, ni mucha parafernalia.

-Ni siquiera lleva túnica.

-¿Y por qué debería llevarla?

-¿Pues no es usted monje budista?

-Lo fui durante 14 años. Después lo dejé, porque aquí no hay condiciones para serlo; además, esta parte superficial despista mucho. No se trata de cambiar de traje, sino de transformar.

-¿Por qué se hizo monje?

-Soy de una generación que buscaba una especie de utopía, pero en Occidente no encontrábamos las respuestas a lo que buscábamos.

-¿Y qué buscaban?

-¿Qué somos? ¿De dónde venimos? ¿Cómo podemos encontrar la verdadera satisfacción? Acabar la carrera, casarme, ganar dinero y ser rico no me satisfacía. Cuando escuché a los lamas tibetanos pensé: ellos sí, ellos sí que me están explicando la vida, lo que me pasa y por qué me pasa.

-¿Dónde los escuchó por primera vez?

-En Eivissa.

-Entonces, ¿era un hippy?

-Digamos que era un buscador un poco alternativo, lo dehippytiene connotaciones que no comparto.

-Y se fue con ellos para allá.

-Era el año 78. Llegué a un monasterio en las afueras de Katmandú y fue un flas. En aquella época, Katmandú era una ciudad medieval.

-Un occidental con túnica budista en aquella época era muy exótico.

-Ahora nadie se extraña, pero entonces la gente me miraba raro. Los que más se aproximaban me confundían con un hare krishna.

-¿Quiénes fueron sus maestros?

-El lama Yeshe, el lama Zopa y el dalái lama. De Su Santidad recibí enseñanzas e iniciaciones y él fue quien me ordenó monje.

-¿Qué le atrajo de los lamas?

-Sentí por fin que alguien hablaba con sentido. ¿Por qué sufrir? Se puede dejar de sufrir. En el budismo el sufrimiento se refiere a la insatisfacción, a aquello que no nos deja estar del todo satisfechos. Vamos consiguiendo cosas, pero no acabamos de estar bien. Eso es porque, en lugar de mirar hacia dentro, la causa de la satisfacción la damos a lo de fuera.

-A todo lo que se puede comprar.

-No se es más infeliz por tener menos. En Nepal, yo llevaba toda mi vida dentro de una maletita; no se puede imaginar la libertad que da llevar todo lo que necesitas en una maleta. Una vez me la robaron, y sobreviví. Aquí nos sobra de todo: tenemos ropa para varias vidas, hipoteca, coche, párking... Mantenerlo nos cuesta mucho trabajo y no nos hace la vida más fácil. La vida funciona sin todo eso. Las dificultades son las mismas; depende de cómo te las tomes.

-¿Está diciendo que nos desprendamos de todo?

-Se trata de desaprender unos hábitos y de deshacerse de supuestas necesidades que solo nos hacen sufrir, a nosotros y a los que nos rodean. A veces el trabajo es vaciarse.

-¿Y algo más fácil?

-En 10 minutos se puede rebajar una angustia puntual, si no se trata de una crisis grave.

-¿Y cómo se hace?

-¿Se siente angustiada ahora?

-Psé. Lo normal.

-Es muy fácil. Observe su respiración y de manera natural en poco tiempo se calmará. Al focalizar la atención, la mente se estabiliza.

-¿Tan fácil?

-La técnica es fácil pero si se aplica bien o no depende de cada uno. Lo queremos todo ya, gratis y sin esfuerzo. Y,I am sorry, pero no hay nada así. Yo también lo he buscado, tonto no soy. Nadie te puede solucionar la vida; eso lo tienes que hacer tú.

-Y usted, ¿está libre de insatisfacciones?

-No, pero estoy mejor que si no hubiera hecho nada. Nosotros aspiramos a mucho más que a estar contentos un rato, aspiramos a la plenitud del ser para siempre, al Buda.