El nuevo movimiento conservador de Estados Unidos

¿Una tacita de té?

No contar con el Tea Party les puede salir muy caro a los republicanos en las elecciones de noviembre

¿Una tacita de té?_MEDIA_1

¿Una tacita de té?_MEDIA_1

RUBÉN HERRERO DE CASTRO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El próximo mes de noviembre se renuevan las cámaras en Estados Unidos: la Cámara de Representantes en su totalidad (salvo el escaño de Puerto Rico) y un tercio de los escaños del Senado. Y desde luego que se presentan unas elecciones animadas, especialmente por la espectacular entrada en esta carrera política del llamado Tea Party.

Conviene aclarar que no se trata de un partido, sino de un movimiento que nace a principios del 2009 en el seno del Partido Republicano, al que pertenecen personas de todas las razas y confesiones y que pretende recuperar las esencias del pensamiento conservador.

Toma su nombre del Motín del Té de 1773, durante el cual las colonias americanas se rebelaron contra Gran Bretaña cuando intentó grabar la importación de múltiples productos, entre ellos el té. El resultado fue que todo el té que se acumulaba en tres barcos del puerto de Boston acabó arrojado por la borda.

Y ojo que así pueden acabar las mayorías demócratas en las cámaras, algunos republicanos tibios y el propioObamaen el 2012.

En agosto de este año, este movimiento, respaldado porSarah Palin,en una versión moderna del motín, convocó a una ingente multitud en la explanada del monumento aAbraham Lincolnpara protestar contra las políticas intervencionistas de la Administración deObama.

¿Qué defiende el Tea Party que tanto molesta a determinados sectores de la izquierda? Sí, aquellos que todavía babean cuando el tirano cubano delira y los mismos que, sin ningún conocimiento y apoyados solo en una verborrea insoportable, tildan de extrema derecha a este movimiento.

Pues bien, el Tea Party, defiende esencialmente tres principios.

Primero, la responsabilidad fiscal, que implica ante todo oponerse al incremento de la presión fiscal, al aumento de la deuda pública y al intervencionismo social y económico del Gobierno, léase la controvertida reforma sanitaria deObama.

El segundo principio es la defensa de un Gobierno constitucionalmente limitado, que supone la protección de las libertades individuales de la intromisión federal.

Y el tercero, la defensa de la libertad de los mercados, que se traduce en la protección de la libertad económica e individual.

Todo esto, más que razonable, puede resultar complejo de aceptar por muchos en estos lares, donde el Estado está en todas partes repartiendodesinteresadamentesubsidios. Pero encaja muy bien con la mentalidad de los estadounidenses. Para buena parte de ellos, como decíaRonald Reagan,el mejor Gobierno es el menor Gobierno.

Para los miembros del Tea Party, después de la victoria deObamahay que reconstruir el Partido Republicano. No es un movimiento al margen de los grandes partidos, como lo fueron en su día el deRoss Peroty el deGeorge Wallace.Iría más en la línea deBarry Goldwatery del propioReagan,que en sus días reclamaron el orgullo de ser americanos y conservadores. No solo contribuyeron a dotar de una estructura ideológica al movimiento conservador, sino que defendieron públicamente sus ideas, arrebatando el monopolio de la tribuna pública a la izquierda.

SiLeonard Cohencantaba aquello de primero tomar Manhattan y luego Berlín, el Tea Party plantea reconducir primero el Partido Republicano, después (a lo mejor) Delaware y al final la Casa Blanca en el 2012.

Y a ello se han puesto, colocando a candidatos ganadores en diversas primarias de los republicanos tales comoRand Paul en Kentucky,Sahrron Angle en Nevada,Mike Leeen Utah,Ken Buck en Colorado,Joe Milleren Alaska,Marco Rubioen Florida y, por supuesto,Christine O'Donell en Delaware.

Puede que algunos pierdan, pero están indicando la línea a seguir a los republicanos. El votante del Tea Party prefiere no votar a hacerlo por un candidatodescafeinadocomoJohn McCain. Y recuerdan a los líderes del partido que otroefectoPerot es posible. Hay que recordar que este obtuvo en 1992 y en 1996, respectivamente, el 18% y el 9% de los votos, costándole las elecciones aGeorge Bushy aBob Dole,y propiciando la elección deBill Clinton.Como he mencionado antes,Perot(votantes descontentos) era una cosa y el Tea Party (votantes conservadores descontentos) es otra, pero no contar con su apoyo puede salirle caro al Partido Republicano.

Por el contrario, contar con ellos movilizaría en su favor a todo el sector mediático conservador y a toda la derecha religiosa, cuyos miembros se caracterizan por una militancia y una labor propagandística muy activa.

Ese es el camino. Las elecciones se ganan, como demostróGeorge W. Bush,contando con tus seguidores, seduciendo a tus votantes, defendiendo las ideas que ellos defienden y convenciendo a otros con tus ideas.

Como Alicia le dijera a la Liebre de Marzo, el Tea Party le dice a Estados Unidos: «Toma un poquitín más de té». Profesor de Relaciones

Internacionales de la Complutense.