El turno

Retorno al pasado

JOSÉ MARÍA Sanz, 'Loquillo'

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Uno no puede escapar de su pasado. Eso lo sabía muy bien el protagonista de la película de Jac-ques Tourneur: a pesar de esconderse en el último refugio, era consciente de que el pasado terminaría por alcanzarle. El mundo de la música vive instalado en un perpetuo déjà vu.

La reedición de Exile on main St., de los Rolling Stones, y el documental al uso son buen ejemplo: álbum fetiche de toda una generación que roza o supera los 60. Hace unas semanas el Screamin Festival reunió en Calella a fans del rock and roll primerizo. Se pudo ver a figuras legendarias, como Sleepy La Beef, con los 70 más que cumplidos, tocando ante un público venido de toda Europa que podían ser sus hijos o nietos. Más cercano, el Primavera Sound ha demostrado que hasta los indies son humanos: sus últimas ediciones han sido pasto del retorno a los 80 y los 90. ¡Quién le iba a decir a una prensa entendida que criticaba las reuniones de los dinosaurios del rock que los Pixies serían los siguientes! Ley de vida, amigos, nostalgia propia de quien cumple años, o sea, todos. De repente, revisitamos canciones, amigos, lugares, hechos, novias, soltamos la lagrimita o nos da por recuperar el tiempo perdido. En mi juventud los treintañeros de entonces, llamados jóvenes carrozas, reivindicaban el pop de los 60 y su lugar en el mundo; más tarde nos tocó a nosotros; los años de la movida parecen revisitarse hasta el puro aburrimiento...

Fue entonces cuando lo entendí: ¿no viven en Londres del Swingin London y del punk; en New York, de los tiempos del Village, la Factory y del GBGB; en Francia, de la chanson los ye-yés y el mayo dichoso, y en Catalunya, de la añoranza por la Nova Cançó y Canet Rock? Y me pregunto: ¿es necesario dar un paso atrás para seguir adelante, o ya nos va bien así? ¿Por qué tiene uno siempre la sensación de haber escuchado antes esta o aquella canción?: la influencia de Joy Division, el nuevo Gaingsbourg… Así hasta aburrir.

Dicen que todo es cíclico, pero ¿no será que la película ya no da para más? Yo creo que nuestra suerte se parece mucho a la del Gatsby de Scott Fitzgerald. Él quería realizar su sueño repitiendo el pasado y al final descubre que el pasado estaba muerto, que el presente era una farsa y que no había futuro.