El Epílogo

La prueba del 8

ENRIC Hernàndez

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Casi tres millones de empleados públicos están convocados hoy a la huelga contra la rebaja salarial media del 5% decretada porJosé Luis Rodríguez Zapatero. La fuerte implantación sindical en la Administración y la ausencia de tensiones entre superiores y subordinados --siendo todos funcionarios, los piquetes están de más-- permiten presagiar un amplio seguimiento de este paro sectorial.

Será la primera gran movilización social contra Zapatero, singular presidente que por orígenes (el muy sindicalizado PSOE leonés) y convicciones ha procurado reconstruir los puentes con la UGT que el felipismo voló en los 80. No en vano, por desoír a quienes le exigían recortes sociales como los que ahora ejecuta, se le acusó de tener como vicepresidente económico en la sombra al líder ugetista, Cándido Méndez. El mismo que ahora encabeza una oleada de protestas que tarde o temprano cristalizará, reforma laboral mediante, en una huelga general.

Resulta elocuente, con todo, el silencio que ante esta jornada de protesta guarda el Gobierno, que no ha dedicado ni un minuto a rebatir los argumentos de los convocantes. Si el éxito de una huelga depende de quién gane la batalla de la opinión pública, las centrales se impondrán hoy por incomparecencia del adversario. Tal parece que asistamos, más que a un combate, a la escenificación del mismo. En un rincón del cuadrilátero, los sindicatos sueltan al aire ganchos de izquierda para contentar a sus afiliados. En el otro,Zapateroencaja elfuego amigosin arquear una ceja y reparte derechazos para aplacar a su turbio apoderado: los mercados y la UE, que le azuzan para que se ensañe con el rival bajo la amenaza de un KO técnico de la economía española.

El ensayo general

A juicio de un sagaz empresario, es precisa una buena huelga para que los inversores den crédito a las reformas emprendidas y cese el acoso a nuestra deuda soberana. La tibieza gubernamental ante el 8-J, de confirmarse, será la mejor prueba de que presenciamos el ensayo general, en términos escénicos, de la gran huelga que hasta el empresariado ansía.