Siete x siete

Los caminos inescrutables de Rajoy

ANTÓN Losada

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Desde queZapaterodecidió que solo podía ofrecernos sangre, sudor y lágrimas, aMariano Rajoyparece haberle pasado un ángel por encima. Ha ido de decirle lo que debía hacer a quejarse porque lo hace. Sale en las encuestas más disparado que la prima de riesgo de la deuda pública española, pero continúa sin encontrar ese discurso, ese tono y ese sitio que convenza a la mayoría, o a los suyos, de que esta es la buena.

Como buen gallego,Rajoyes un maestro en el arte de medir los tiempos y un artista en adaptarse al terreno. Pero el tiempo ya no se deja manejar y el terreno amenaza derrumbe sin reformas urgentes. Hay que tomar decisiones, un trance siempre delicado para nosotros, los hijos de Breogán, poco amigos de tanta tensión.

Difícilmente podrá gestionar de nuevo la contradicción entre pedir el recorte del gasto un viernes y votar en contra el lunes. Se avecinan votaciones aún más peliagudas. O satisface a los partidarios de la estrategia de duro y a la cabeza porque el problema esZapatero.O atiende a quien le recomienda ofrecer un perfil de alternativa que sabe estar en cada momento y en cada lugar. La primera opción reporta más victorias mediáticas, pero hace tiempo que tales hazañas están amortizadas. Para muestra, el paupérrimo rendimiento de ese discutidonoen el Congreso donde ganó nada y perdió igual por un voto. La segunda alternativa pone de los nervios almovimiento antizapaterista, pero genera la tranquilidad indispensable en los influyentes despachos y selectos círculos donde inquieta ese populismo por cualquier medio necesario que parece haberse instalado en Génova.

Seguir castigando el hígado de otro o ganarse nuestra confianza, esa es la cuestión. Seguramente, le facilitaría mucho la tarea aclarar si va a seguir corriendo hasta que elcaso Gürtelle alcance o va a pegar primero y aplaudir después. Como todo en la vida, el liderazgo asentado en esperar y ver cómo se equivocan los demás, tiene un límite. El suyo ya ha llegado.Francisco Campsno se va a ir. O le fulmina o le fulminan. Cómo o cuándo lo hará, tratándose deRajoy,como siempre es un misterio.