Eugenio Bregolat: "Es imprescindible estar en China"

OLGA MERINO

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Diplomático de raza y observador puntilloso, Eugenio Bregolat (La Seu d'Urgell, 1943) ha labrado toda su trayectoria profesional en el Este: ejerció de embajador en Pekín durante una década y en la Rusia poscomunista. Ha destilado sus conocimientos sobre el gran dragón asiático enLa segunda revolución china(Destino), un profundo análisis de los cambios acaecidos en China desde 1979. Actualmente, es el representante de España en Andorra.

--Los hechos de Tiananmen no sucedieron tal y como nos explicaron.

--Los muertos los hubo: fuentes chinas hablan de 241 cadáveres y Amnistía Internacional, de 1.200. Pero las víctimas no se produjeron en la plaza, sino en los accesos, en las grandes avenidas y en ciertos nudos de comunicación. Durante la noche del 3 al 4 de junio de 1989, la única televisión que estuvo en la plaza de Tiananmen fue TVE. Deberían hacer el reportaje definitivo.

--¿Dónde estaban las demás?

--En el Hotel Pekín, desde donde no se divisa la plaza. Los periodistas hicieron suposiciones --que los tanques habían rodeado la plaza-- y las lanzaron al vuelo con un titular que tenía gancho:Masacre en Tiananmen. Pero, insisto, los muertos no se produjeron en la plaza.

--La prensa distorsionó los hechos.

--Hubo distorsión, sin duda. Es probable que se dejaran llevar por el entusiasmo y la precipitación, porque había que enviar de inmediato aquella noticia colosal. Pero no verificaron los hechos. Es curioso repasar las noticias de aquellos días...

--¿Por ejemplo?

--Un diario australiano llegó a publicar que los tanques habían chafado las tiendas donde estaban acampados los estudiantes y que los habían aplastado dando marcha atrás y de nuevo hacia adelante. ¡Los únicos blindados de la historia que tuvieron marcha atrás fueron los tanques italianos en Guadalajara!

--Admira a Deng Xiaoping. ¿Hay algún borrón en su expediente?

--La única mancha es Tiananmen. Pero con muchos matices, porque en aquellos días todo el mundo se equivocó. Deng Xiaoping pensaba --yo también lo creo-- que una democracia en China hubiese sido un desastre en aquel momento, porque faltaban las bases: clases medias, nivel educativo, información.

--¿Dónde radica el mérito de Deng?

--Aquel hombre que llegó al poder con 73 años, que medía un metro y medio, que fumaba tanto como Carrillo y que le fascinaba ver partidos de fútbol por televisión, es el personaje más importante del siglo XX. Fue un pragmático que captó en seguida que el sistema de planificación soviética no funcionaría. Ya en 1962 pronunció su famosa frase: "No importa que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones".

--¿Es hoy comunista China?

--Unas 170 empresas públicas --las mayores del país-- aseguran que el sistema siga siendo socialista. El sector público tiende a disminuir, impulsado por un hecho: la propiedad privada es infinitamente más eficaz. Para que el sistema se mantenga, China ha de crear 25 millones de puestos de trabajo cada año. Se calcula que en unas décadas China tendrá un PIB mayor que el de EEUU.

--Parece un contrasentido.

--Todo el proceso de cambios políticos y económicos lo está impulsando el Partido Comunista Chino. Parece una viva contradicción, pero los chinos defienden la armonía de contrarios. En Occidente, según la lógica aristotélica y cartesiana, nos han enseñado que una cosa no puede ser su contraria; en China, todo encaja.

--Usted que conoce a fondo las dos transiciones, ¿en qué se equivocaron los soviéticos?

--En todo. En lugar de intentar comprender el problema y buscar sus propias soluciones, como hicieron los chinos, se arrojaron en brazos del Fondo Monetario Internacional y de gentes como Jeffrey Sachs, que no sabían nada de Rusia y aplicaron una receta equivocada: liberalizar, privatizar y estabilizar.

--Y encima se cargaron el Partido.

--Un error letal. Deng Xiaoping, por el contrario, fue capaz de convencer a la vieja guardia de que los cambios se habían de hacer desde dentro.

--¿Qué aprendió de los rusos?

--Protagonizaron una de las grandes quijotadas de la historia al adoptar un sistema ideológico y económico absurdo. También, una heroicidad: fueron quienes machacaron el fascismo y pagaron por ello una factura de 27 millones de muertos.

--¿Y de los chinos?

--Son empresarios natos. Si la CIA hubiese funcionado, habría inventado otro Mao que mantuviese a China cazando mariposas durante 50 años más.

--¿Qué consejos daría al empresario que quiera aventurarse allí?

--Que estudie sus posibilidades con mucha cautela, que haga sus estudios económicos y jurídicos. Hay grandes posibilidades de hacer negocio y también de estrellarse, pero es imprescindible estar en China.