Mayo del 68 ha resucitado

Han pasado 39 años, pero Mayo del 68 está vivo. No sería motivo de debate, si no, en la campaña electoral en Francia:Nicolas Sarkozyquiere enterrar lo que queda de su espíritu ySégolène Royaldefiende las conquistas sociales que se consiguieron. Ha sido una resurrección inesperada, que no podía ser en otro mes.

Al candidato conservador seguramente le duele el Mayo de los jóvenes soñadores que intentaron convertir en programa político las uto- pías. A unos les duele una muela y a otros les duelen las ideas ajenas. Es un problema que no se resuelve con la extracción. ASarkozyse le nota en la cara que su mal viene de lejos y seguramente se agrava cuando cae del calendario la hoja de abril.

Nadie hasta el momento se había atrevido a condenar tan rotundamente un proceso que quiso poner imaginación donde había burocracia. Quizá en un siglo venidero aquellos objetivos se cubrirán. Se descubrirán las playas que hay debajo de los adoquines; la humanidad será realista y elegirá lo imposible; todos los marxistas serán de la tendencia grouchista, y se despenalizará el robo de la felicidad que los mercaderes compraron a los antepasados del siglo XX. Se habrá cumplido la máxima de que "la barricada cierra la calle, pero abre la vida".

Por lo que pueda ser, nadie se había atrevido hasta ahora a condenar el Mayo del 68 en bloque. No se cumplieron los sueños del jovenDaniel Cohn-Bendity sus seguidores, pero el mundo se hizo menos autoritario, y se lograron mejoras sociales que, de otro modo, se habrían hecho esperar. La juventud contestataria no cambió el mundo, pero el propio poder conservador, como autodefensa, impulsó mejoras que ya era hora de que se afrontaran.