El eclipse de la democracia

El Ministerio del Interior de Italia sigue recontando los votos electrónicos emitidos hace nueve meses

ANDREU / Mayayo

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Nueve meses después, todavía no se conocen los resultados definitivos de las elecciones legislativas italianas. En diversas circunscripciones electorales, el Ministerio del Interior sigue recontando votos e intentado cuadrar los resultados. Recordemos que la victoria del centro-izquierda, liderado porRomano Prodi,frente a la coalición deSilvio Berlusconise cifró en unos escasos 24.000 votos de diferencia.

La perplejidad, una vez más, se apoderó del país en una noche electoral de infarto. Los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, con una lentitud exasperante, no coincidían con los sondeos a pie de urna, ni con los escrutinios de los partidos. El ministroGiuseppe Pisanuabandonaba por tres veces la sede del ministerio para trasladarse a la residencia privada deSilvio Berlusconi.Pasada la medianoche, los dirigentes de la oposición se desplazaban al ministerio para exigir una explicación aPisanu.Tras una "sorprendente" conversación, un asustadizoPiero Fassino,dirigente de los Demócratas de Izquierda, proclamaba la victoria de La Unión.

Aquella misma noche nacía un nuevo enigma digno de incorporarse al rosario de misterios que envuelven la historia de Italia desde elcaso Moro hasta el origen de la fortuna deSilvio Berlusconi,pasando por la bomba de la estación de Bolonia. Y aún faltaba lo mejor. Pocas horas después de cerrarse las urnas, y en pleno eclipse electoral, la policía detuvo aBernardo Provenzano,elcapo dei capide la Mafia, tras 42 años de búsqueda y captura, en Corleone, a tiro de piedra de su domicilio. Un final digno de la poderosa imaginación (?) del autor deEl Padrino, Mario Puzo.

Los aficionados a la tesis conspirativas tienen el terreno abonado en Italia, pero también los analistas lúcidos, que saben poner el dedo en la llaga y formular preguntas incómodas para los responsables e inquietantes para el conjunto de la población. El revuelo levantado por el reciente documentalMatad a la democracia, de los periodistasBeppe CremagniyEnrico Deaglio,que denuncia un hipotético fraude electoral en las últimas elecciones legislativas italianas, se sustenta en un dato sorprendente, que rompe con todas las estadísticas de los últimos 60 años,: los votos en blanco se reducen a un tercio y se distribuyen homogé-

neamente por todo el territorio.Cremagni y Deaglioapuntan que cerca de los 900.000 votos en blanco esfumados fueron a parar a los partidos de La Casa de la Libertad deBerlusconi,con la finalidad de construir un escenario electoral de empate técnico y forzar una gran coalición de Gobierno a semejanza de la alemana.

EL OBJETIVO parece claro, pero ¿cómo se consigue? Con un sencillo programa informático que, pinchado en algún punto de la red, realiza en milésimas de segundo el milagro de los panes y de los peces, es decir, modifica los datos enviados por las diferentes mesas electorales al ordenador central del Ministerio del Interior. El documental empieza y acaba con las declaraciones deClint Curtis,autor de diversos programas informáticos de alteración de resultados en diferentes elecciones celebradas en Estados Unidos, que explica con pelos y señales la sencillez del programa de conversión de votos en blanco en votos válidos para partidos.

Resuelto el método, una serie de datos avalan la hipótesis del fraude electoral. El Gobierno deBerlusconiadjudicó a dedo el procesamiento de datos y el escrutinio electoral a una empresa norteamericana bajo sospecha. Un par de meses antes de las elecciones fueron sustituidos una decena de delegados del Gobierno en circunscripciones electorales donde los resultados no cuadraron. Mientras los sondeos a pie de urna acertaban en los colegios electorales donde se votaba con papeleta, no rascaban bola en aquellos donde se votaba electrónicamente. Y, a beneficio de inventario, medio año antes, en una convención de Forza Italia,Berlusconipuso a prueba sus dotes proféticas alertando de un posible fraude perpetrado por los comunistas, que podría reducir su victoria a unos miles de votos: 24.000, puso como ejemplo.

EL NUEVO enigma italiano pone en tela de juicio la credibilidad de la democracia electrónica, la utilización del voto a través de la red y, al mismo tiempo, abre la caja de Pandora sobre la naturaleza y la esencia misma de la democracia. Uno de los pilares fundamentales del sistema democrático es la participación de todos los ciudadanos en la elección de sus gobernantes. Conseguir el sufragio universal, también femenino, costó sangre, sudor y lágrimas. La estrategia de los poderosos para mantenerse en el poder ha sido diversa a lo largo del tiempo y de las diferentes culturas políticas: la compra de votos, la manipulación de la papeletas, la alteración de los resultados y, en casos extremos, el recurso al golpe de Estado. El fascismo o el comunismo eclipsaron la democracia durante buena parte del siglo XX.

Ahora sabemos que, en esta nueva versión del mundo feliz, podemos votar sin ningún problema, pero ya no elegimos. Una bonita metáfora que cierra el círculo histórico de la democracia. Cuando votar ya no sirve para elegir, se nos pide continuamente que votemos. Pronto, además, nos harán pagar, como en esos programas televisivos a los que la gente envía SMS. Así, en poco más de un siglo, pasaremos de que nos compren el voto a pagar para votar.

*Historiador