"Es positivo todo lo que ayude a la paz"

MARGARITA SÁENZ-DIEZ TRIAS

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Lo suyo fue una vocación en el "seno materno." Ingresó en Silos a los 13 años y, desde entonces, hasta hoy, que cuenta con 59. Abad desde hace 18, su relación con José María Aznar, dice, no va más allá de la amistad que se abre entre una familia que visita Silos anualmente desde hace muchos años. Como apenas oye la radio, le resulta fácil ignorar los problemas de la COPE, pero apoya el papel de los obispos vascos en favor de la paz. Para este monje benedictino, buen amigo de la abadía de Montserrat, es bueno todo lo que pueda ayudar al objetivo de la paz.

--¿La vida contemplativa mengua?

--Las comunidades monásticas son necesarias; son una llama encendida que puede transmitir luz a una sociedad que se deja arrastrar por las prisas y no vive en paz y en serenidad con los demás. Está angustiada y encima, a menudo, llega el infarto.

--¿No hay infartos en Silos?

--Yo no he conocido ninguno. Tampoco alzhéimer. Pero en España la vida contemplativa está siendo un problema dramático. Tenemos unos 900 monasterios, sobre todo de monjas, con edades elevadísimas y muchos tendrán que cerrar.

--Será un pérdida.

Enorme para toda la sociedad. Pensemos solo dónde irán los bienes culturales que contienen. Pero más que el número de monjes, me interesa su calidad. El bajón es propio de una sociedad descristianizada. Yo ayudo a las jóvenes vocaciones a dar el paso, pero con total libertad.

--La vida del monje no es la que era.

--Ha habido mucho cambio. Pero lo que permanece es la razón última de la vida monástica: haber sentido una llamada a entrar en un monasterio y continuar en él toda la vida.

--¿No harían falta compromisos más vinculados al dolor humano?

--Hay diversidad de vocaciones. Hay mucha gente que atiende a los más necesitados de la tierra y su corazón late al ritmo de Dios. Y los que nos dedicamos a la oración, a través de la comunión de los santos, les trasladamos nuestra fuerza como si fuera una transfusión. Todos esos misioneros, esos jóvenes, también los de las oenegés, gracias a esa oración, tienen más fuerza y valor para seguir en la brecha.

--¿Cómo es ahora la clausura?

--Pues más que en rejas y puertas cerradas, consiste en saber gobernar los latidos de nuestro corazón y los pensamientos de nuestra mente.

--¿Le parece bien que la Iglesia católica financie la COPE?

--Tenemos el privilegio de no ver diariamente la televisión, ni oír la radio. Los periódicos pasan muy superficialmente. La verdad es que no tengo datos de que exista esa financiación de la COPE.

--¿Ignora que la Conferencia Episcopal es la accionista principal?

--Creo haberlo leído en alguna ocasión, sí. Nosotros ahí no entramos. Sencillamente, si es propiedad de la Conferencia Episcopal, ella será la que decida objetivamente y desde una óptica cristiana la oportunidad de que un medio se suprima o siga actuando. Desde Silos queremos transmitir mensajes de paz, de convivencia y de tolerancia aunque no seamos perfectos.

--¿Qué le parece que los obispos Blázquez y Uriarte se hayan ofrecido a mediar por la paz?

--El lema de los benedictinos esPax. Paz interior, personal, con los demás. Veo muy positivo todo lo que ayude a la paz, siempre que sea con recta intención, independientemente de que sean obispos u otras personas. Somos discípulos del príncipe de la paz que es Jesucristo, y la paz es el don más importante que todo ser humano puede tener.

--¿La cúpula de los obispos no podría ocuparse de otros temas sin entrar tanto en asuntos sexuales?

--Posiblemente. Yo no insistiría tanto en la homosexualidad, la eutanasia, las parejas de hecho. Yo insistiría en lo que Jesucristo nos recomienda, ante todo, amar a Dios. Y en ese amor a Dios, englobar el amor a todos los seres humanos. Yo insistiría en lo que nos une y no en lo que nos separa. Como el amor tiene la capacidad de aglutinar voluntades, hay que ceder en los aspectos que se pueda con tal de favorecer esa unión. Coger un tema y machacarlo, como si fuera la panacea, es desconocer que acaso dentro de 20 años estará olvidado. La unión entre todos es lo que puede salvar a la humanidad.

--¿Hay papel para los monasterios en la nueva Europa?

--Pertenezco a un grupo denominado Chevetogne, creado en 1992, en el que los abades analizamos todo lo que supusieron los monasterios en la Edad Media y en la Moderna. Pero, ahora que no contamos, ni civil ni eclesialmente, en los lugares de decisión, nuestra misión es hablar del alma de Europa y colaborar para vivir en paz, prosperidad y gozo.

--¿El grupo Chevetogne defendió que constaran en la Constitución europea los orígenes cristianos?

--Sí. Un ejemplo: si se quitaran un momento de Europa, catedrales, iglesias y monasterios, sería otro continente. Así que algo habrá que aceptar de toda esa gran tradición que tampoco nos salió tan mal.