Un musical clásico

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El Tívoli recupera la producción de Antonio Banderas, ‘A Chorus Line’

chorus obrir

chorus obrir / NACHO ARIAS

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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A Chorus Line es uno de los musicales más legendarios de la historia, creado en los años 70 por Michael Bennett con música de Marvin Hamlisch se alzó con 9 premios Tony y permaneció en cartelera en Broadway durante 15 años, así como se exportó a todo el mundo y provocó el rodaje de una película dirigida por Richard Attenborough. Pero no solo eso, ya que cambió el paradigma de este género y, lejos de la espectacularidad de otros montajes, se fijó más en los sentimientos y los sueños juveniles. Ahora tenemos la oportunidad de recuperarlo en el Tivoli solo hasta el 29 de mayo en una producción del Teatro del Soho codirigida por Antonio Banderas y Baayork Lee, coreógrafa y miembro del reparto original.

La escenografía es muy austera ya que, en su mayor parte, tan solo un telón negro ocupa el escenario y el único elemento vistoso es la aparición de unos juegos de espejos que contribuyen a ampliar el escenario y multiplicar el número de bailarines. Destaca también el hecho de contar con una orquesta de 15 músicos en directo espléndidamente dirigidos por Paul Baiges para que sea un musical de primera.

Un casting psicológico

La trama es bastante sencilla. Un director (Manuel Bandera) prepara un espectáculo que estrenará próximamente en Broadway y realiza un casting para escoger no a las estrellas, ni a los bailarines principales, sino al cuerpo de baile. A la prueba se presentan varios chicos de los cuales selecciona a casi una veintena de entre los cuales deberá seleccionar a los ocho escogidos.

Los bailarines intentan convencer al director con sus evoluciones.

Los bailarines intentan convencer al director con su talento. / NACHO ARIAS

Pero más allá de sus cualidades artísticas, insiste en conocer más a fondo a los candidatos que deberán mostrar sus interioridades, explicar sus traumas y complejos, desnudarse psicológicamente para poder conseguir el papel. Cada uno de ellos representa un rol diferente: los homosexuales y sus problemas, la antigua estrella que busca volver a los escenarios aunque sea una secundaria, los emigrantes que quieren cumplir su sueño, el matrimonio que se dedica a lo mismo, etcétera.

Los aspirantes deberán explicar sus interioridades uno a uno.

Los aspirantes deberán explicar sus interioridades uno a uno. / NACHO ARIAS

Los mejores números

Durante la función son varios los números brillantes como el de presentación. Espero conseguirlo sirve para introducir a los personajes y comprobar sus primeras evoluciones; la sensible En el ballet habla de cómo tres chicas encuentran consuelo de sus problemas cotidianos en el baile; Nada ironiza sobre las clases de teatro; Baile, diez, look tres lo hace en torno a la necesidad de operaciones estéticas y la delicada Lo hice por amor nos proporciona un momento de magia.

Pero la escena que todo el mundo espera es la final, con el apoteósico One, en la más pura esencia del clásico Broadway de lentejuelas con los indispensables sombreros y donde el protagonismo se comparte con los espejos que le dan profundidad. Es la prueba de fuego del espectáculo, donde se demuestra el talento de la compañía, ya que todos los bailarines deben ejecutar los movimientos al mismo tiempo sin que haya ni un solo error y lo cierto es que superan el reto con nota.

El número más esperado de este clásico es el final, 'One'.

El número más esperado de este clásico es el final, 'One'. / NACHO ARIAS

El foco y la historia

Otra de sus principales aportaciones es que pone el foco sobre los más ignorados, los humildes bailarines que sirven de adorno a las estrellas para que brillen, algo parecido a lo que consiguió el programa televisivo Fama, ¡a bailar!, conseguir que los protagonistas sean los que están en segundo término. Y, claro, mostrar los anhelos de esos jóvenes que pretenden mantenerse en un trabajo tan exigente.

El texto disecciona los secretos y sueños de los jóvenes candidatos.

El texto disecciona los secretos y sueños de los jóvenes candidatos. / NACHO ARIAS

Es un pedazo de historia y un viaje en el tiempo a la década de los 70. Uno de esos musicales franquicia en el que no se puede tocar ni una coma y se debe representar tal y como fue concebido. Y es una lástima porque estaría muy bien modernizarlo, ya que algunos de los elementos que lo integran son de hace medio siglo y se nota. Muchos de los referentes que se citan (el periodista Ed Sullivan, la actriz Doris Day o la bailarina Gwen Verdon) son desconocidos para gran parte del público, algunos monólogos excesivamente largos podrían ser aligerados, así como podrían introducirse problemas más actuales en esta era de móviles e Internet. ¿Para cuándo un A Chorus Line 2.0

El director, Manuel Bandera (centro) ensaya la coreografía con los bailarines.

El director, Manuel Bandera (centro) ensaya la coreografía con los bailarines. / NACHO ARIAS

<div class="ep-film"> <div class="thumb"> <img alt="item" class="loading" src="https://estaticos-cdn.elperiodico.com/clip/clip/b7de7a0c-d0c5-4fcd-a80b-e4557ad9fcfb_media-libre-aspect-ratio_default_0.jpg" pinger-seen="true" data-was-processed="true"> </div> <div class="txt"> <h3>'A Chorus Line'</h3> <p><strong>¿Dónde?</strong> Teatre Tívoli (Casp, 8). </p> <p><strong>¿Cuándo?</strong> miércoles y jueves (20.30 h.), viernes y sábado (17 y 21 h.) y domingo (17.30 horas). Hasta el 29 de mayo.</p> <p><strong>Precio:</strong> de 21 a 65 euros.</p> <p><strong>Más información:</strong> <a href="https://www.grupbalana.com/es/teatros/obras/a-chorus-line/" target="_blank">Teatre Tívoli.</a></p> </div></div>