La mujer en los musicales de los 50 y los 60

¿Qué hacer hoy, 23 de abril, en Barcelona?

El Maldà estrena la recopilación de canciones femeninas 'Hi ha d'haver una vida fora d'aquí'

hihad obrir

hihad obrir / SERGI PANIZO

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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Dentro de la amplia variedad de estructuras del teatro musical, una de las más habituales es la de recuperar canciones famosas del pasado para, con una mínima trama, ofrecer un repertorio que satisfaga a los amantes del género. Es una simple excusa, pero no siempre es necesaria. El mejor ejemplo es Hi ha d’haver una vida fora d’aquí, una obra de nueva creación y pequeño formato dirigida por Xavi Casan (Tan bonica aquesta nit, Strange Fruit) y protagonizada por tres de las actrices de Barbes de balena (Ariadna Cabiró, Núria Cuyás y Cinta Moreno), que acaba de estrenar El Maldà, donde podrá verse hasta el 29 de este mes.

El actor Xavi Casan dirige este nostálgico montaje.

El actor Xavi Casan dirige este nostálgico montaje. / EL MALDÀ

La base del espectáculo consiste en casi una veintena de temas creados en los años 50 y 60 (aunque algunos los identificamos con los 70, cuando se rodaron sus versiones cinematográficas) que se suceden prácticamente sin diálogos pero que tienen una temática común: la visión de la mujer en este tipo de montajes a lo largo de esas dos décadas y la evolución, cada vez más empoderada, de este tipo de personajes. Por ello, son interpretadas de forma cronológica a partir de la traducción al catalán de tres tótems del teatro local como Jordi Galcerán, Roser Batalla y David Pintó, además de la citada Cuyás.

Repertorio y escenario

El repertorio incluye canciones de musicales como Bye bye Birdie, Irma la Douce, Oliver!, Hello Dolly!, Funny Girl, Sweet Charity, Cabaret, Hair (no siempre las más conocidas) o un par de composiciones del recientemente desaparecido Stephen Sondheim. Lo primero que sorprende de esta selección es comprobar la gran cantidad de papeles de prostituta que forman parte de este género (nunca lo hubiéramos sospechado), que sirven para mostrar sus dos vertientes: la más lúdica, alegre y poderosa y la más dramática, triste y vulnerable.

Ariadna Cabiró toca el piano y canta brevemente en algunas canciones.

Ariadna Cabiró toca el piano y canta brevemente en algunas canciones. / SERGI PANIZO

El escenario es minimalista, ocupado tan solo por el piano a la izquierda y dos sillas a la derecha junto a dos pares de zapatos de tacón. La pianista, Ariadna Cabiró, es la primera en aparecer y, tras introducirnos con la obertura, aparecen sus dos compañeras que se calzan y empiezan a cantar. Van vestidas de naranja, rosa y verde chillones como recién salidas de La La Land. En este primer tramo, Moreno se luce con el díptico sobre Irma la Douce integrado por la animada Dis-Donc, Dis-Donc en francés (la única que no ha sido traducida) y la más agridulce que da nombre al musical que identificamos con Shirley MacLaine.

El escenario está únicamente ocupado por el piano y dos sillas.

El escenario está únicamente ocupado por el piano y dos sillas. / SERGI PANIZO

De Streisand a Sondheim

Casi sin pausas con el objetivo de aligerar el ritmo (dura poco más de una hora) se van alternando los temas, muchos de ellos sobre el amor, en los que se habla de la dependencia, el abandono o las más gamberras como Atrevida, donde Moreno muestra su lado más descarado y seductor jugando con el público. Destaca el apartado Barbra Streisand con Cuyás explotando sus cualidades vocales con Fins una altra, nena (Hello, Dolly!) o acabando en dúo con No em cridis al mal temps, que muchos reconocerán por su título original, Don’t rain on my parade, sobre la vida de la actriz Fanny Brice.

Cinta Moreno muestra su lado más descarado y seductor en 'Atrevida'.

Cinta Moreno muestra su lado más descarado y seductor en 'Atrevida'. / SERGI PANIZO

La pareja se atreve con un Sondheim, Cada dia sents no (Anyone can whistle) antes de uno de los momentos estelares, que vendría a ser como el intermedio de la obra, Hi ha d’haver vida fora d’aquí de Sweet Charity, cuya versión cinematográfica se tituló Noches en la ciudad. Habla de las prostitutas que intentan dar un giro a sus existencias con unas aspiraciones laborales tan modestas que conmueven y en la que la pianista también canta. Nuevo cambio de tono con la irónica No li diguis a la mama (Cabaret) que levanta varias sonrisas.

Núria Cuyás versiona dos temas de las películas de Barbra Streisand.

Núria Cuyás versiona dos temas de las películas de Barbra Streisand. / SERGI PANIZO

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Los hippies y el empoderamiento

El escenario se llena de humo y las cantantes visten tules y se ríen algo compulsivamente. Está claro que llega Hair, con los hippies y la marihuana e intentan transmitir amor con Aquari, por lo que se aproximan a dos palmos del público, que siente que está en un recital privado para cada espectador. La guitarra se incorpora en el tramo final donde destacan No em vull enamorar mai més, la famosa melodía de Burt Bacharach (I’ll never fall in love again) que formaba parte de Promises promises (versión musical de El apartamento de Billy Wilder) y uno de los clásicos de Sondheim, Com puc deixar-te (Could I leave you) de Follies, donde la mujer toma las riendas y se enfrenta a su pareja.

El humo, los tules y las sonrisas sospechosas envuelven el 'Aquari' de 'Hair'.

El humo, los tules y las sonrisas sospechosas envuelven el 'Aquari' de 'Hair'. / SERGI PANIZO

Es un ramillete de canciones seleccionadas con mimo que, pese a pertenecer a obras muy dispares, forman un conjunto muy coherente y permiten comprobar cómo se ha pasado de la mujer sumisa que suspiraba por amor a la más reivindicativa que se niega a adoptar un papel secundario y se convierte en el sujeto principal sin necesidad de un Sant Jordi que la salve. Cuando salimos fuera de allí lo hacemos casi flotando tras haber vivido tantas emociones juntas.

Este montaje muestra la evolución de la mujer en las décadas de los 50 a los 60.

Este montaje muestra la evolución de la mujer en las décadas de los 50 a los 60. / SERGI PANIZO

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