¿Qué hacer hoy, 28 de noviembre, en Barcelona?

Una de las definiciones que mejor se ajustan a la película Cantando bajo la lluvia, de Gene Kelly y Stanley Donen, es que es el musical que mejor transmite la alegría de vivir. No es de extrañar debido a sus divertidas escenas, sus deliciosas coreografías y su cariñosa carta de despedida al cine mudo. Trasladarla al escenario no es una tarea fácil, sobre todo porque no fue concebida para ello. Sin embargo, la versión que ahora puede verse en el Teatre Tívoli la reproduce fielmente de arriba a abajo, incorpora canciones nuevas y, sí, también acabas saliendo con la citada alegría de vivir. Esta adaptación firmada por Àngel Llàcer y Manu Guix con coreografías de Miryam Benedited es un gran espectáculo con cambios constantes de decorado, vestuario lujoso, bailes que homenajean al original y un espléndido reparto, como si estuviéramos en Broadway.

En el telón se proyecta el título de la obra y tan solo vemos un micro de pie antiguo en el escenario. Cuando empieza a sonar la obertura (hay música en directo a cargo de una estupenda orquesta), que repasa algunos de los temas que luego escucharemos, el público empieza a aplaudir espontáneamente. Se nota que hay ganas de fiesta. La primera escena, como en la película, tiene lugar en la entrada de un cine con motivo del preestreno de la nueva cinta de las estrellas Don Lockwood (Ivan Labanda) y Lina Lamont (Mireia Portas), al que llegan todo tipo de personalidades ataviadas de gala.

El romance y la película

Durante la entrevista, Lockwood recuerda sus orígenes en el music-hall junto a su amigo Cosmo Brown (Ricky Mata) con el cómico Soy tan alegre y, poco después, en la calle conoce casualmente a la joven actriz Kathy Selden (Diana Roig), la única que se le resiste y le baja los humos al afirmar que los actores de cine no hacen más que muecas ridículas, pero se siente atraído por ella. Las tornas cambian cuando luego se la reencuentra como corista en la fiesta del estreno saliendo de la tarta al ritmo del charlestón de All I do is dream of you. Por cierto, hay que fijarse bien para averiguar qué famoso interpreta un cameo presentando la prueba del cine hablado, bajo estas líneas.

La trama prosigue con las dificultades para sacar adelante una película silente cuando el cine sonoro se empieza a imponer y con el inconveniente adicional de que Lamont tiene una voz de pito insufrible y no sabe pronunciar bien las frases. Una de las escenas más esperadas es el Haz reír de Cosmo en el plató, para el lucimiento de su actor, que reproduce todas las evoluciones del original Donald O’Connor, mortal incluido (aunque con algo de truco) y se lleva un gran aplauso.

Los mejores números

La obra emula las principales escenas con asombrosa mimetización, Beautiful Girl con aires a lo Busby Berkeley y la potente voz de Sylvia Parejo; la romántica Tú eres para mí, con ventilador y escalera incluidos; los impronunciables trabalenguas de José susurra (aquí quizás hubiera quedado mejor el original Moses supposes) con su correspondiente claqué; la vuelta al mundo de Good morning con su salto sobre el sofá o el mítico Singin’ in the rain donde hay muchas más farolas y los bailarines se multiplican por siete (a diferencia de la película) entre agua auténtica, nada de efectos. Finaliza la primera parte con el público en alto y ganas de continuar.

En la segunda mitad (más corta que la primera) se recuperan algunos de los temas ya mencionados y lo más destacable es una canción nueva ¿Por qué a mí?, al servicio de Lamont y la esforzada recreación de Broadway melody, con sus indispensables marquesinas de los teatros, el claqué y el memorable dúo que en la pantalla interpretaba Kelly con Cyd Charisse hasta llegar a un final apoteósico. El público sale en su gran mayoría más que satisfecho y tarareando algunas de las melodías más populares.

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Gran reparto en un montaje de nivel

Los secundarios Ricky Mata, que ya era el desternillante mayordomo de La jaula de las locas, y la polaca Mireia Portas son los que más brillan en sus personajes ya que tienen las escenas más cómicas y las aprovechan a fondo para disfrute de la platea. Capítulo especial merece Labanda, que está presente en casi todos los números bailando y cantando. Hay que valorar mucho su esfuerzo teniendo en cuenta que Kelly los rodó durante meses y él tiene tan solo un par de horas y media para ejecutarlos todos con gran precisión. Un montaje a la altura de lo que se espera en los grandes escenarios y que, ¡cómo no! transmite la alegría de vivir y las ganas de cantar y bailar, incluso bajo la lluvia.

<div class="ep-film"> <div class="thumb"> <img alt="item" class="loading" src="https://estaticos-cdn.elperiodico.com/clip/clip/3648f227-2712-484e-9997-9a67be4d2eaa_media-libre-aspect-ratio_default_0.jpg" pinger-seen="true" data-was-processed="true"> </div> <div class="txt"> <h3>'Cantando bajo la lluvia'</h3> <p><strong>¿Dónde?</strong> Teatre Tívoli (Casp, </p> <p><strong>¿Cuándo?</strong> de miércoles a jueves (20 h.), viernes (21 h.), sábados (17 y 21 h.) y domingos (17.30 horas).</p> <p><strong>Precio:</strong> de 23 a 67 euros.</p> <p><strong>Más información:</strong> <a href="https://www.grupbalana.com/teatre/obres/cantando-bajo-la-lluvia/" target="_blank">Grup Balañá.</a></p> </div></div>