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Los grandes clásicos brillan en el Verdi

El ciclo Dijous d'Imprescindibles incluye filmes de Berlanga, Fellini y Kurosawa

dijous berlanga

dijous berlanga / DAVID CASTRO

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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El jueves es el día de los clásicos en los Cines Verdi y los cinéfilos saben que, por mucho pantallón que tengamos en casa, no hay nada como la sala oscura de una sala para estar concentrado y poder disfrutar al máximo de los grandes títulos de la historia. Por eso dedican la última sesión de esta jornada (a las 20.15 horas) para ofrecer esta posibilidad a un precio irrisorio (3,9 euros; 2,9 para los Amigos del Verdi) en sus Dijous d'Imprescindibles. Para las próximas semanas nos preparan un menú en el que predominan los filmes europeos con un prólogo hoy dedicado al maestro por excelencia del cine japonés. Descubramos sus propuestas.

Cine japonés y mudo

Akira Kurosawa fue uno de los genios de este arte, muchas de cuyas películas fueron adaptadas en tono de wéstern como Los siete magníficos (a partir de Los siete samuráis) o Por un puñado de dólares (Yojimbo) e incluso La guerra de las galaxias tiene mucho que ver con La fortaleza escondida. Esta noche nos ofrecen conocer una de sus películas menos famosas, pero de las más contemporáneas, Escándalo (1950), que aborda temas tan actuales como el periodismo sensacionalista y la justicia y fue considerada su obra más occidental. El protagonista es un pintor (su inseparable Toshiro Mifune), que coincide en un balneario con una famosa cantante de ópera donde son víctima de unos paparazzi que publican una noticia falsa que causa un gran revuelo. El artista contratará a un abogado para querellarse contra el editor de la publicación.

Hace ya diez años que se presentó en Cannes la que sería la película más popular y premiada del 2011, The artist y, para celebrarlo, la programan el jueves 27. Es un filme francés sin diálogos que homenajea al Hollywood del cine mudo imitando tanto sus títulos de crédito iniciales como el formato de proyección o los rótulos y con una dirección artística y decorados muy cuidados para recrear la época. A finales de los años 20, una estrella del cine mudo entra en declive con la llegada del sonoro mientras que una joven figurante se convierte en una actriz famosa. Un argumento que recuerda mucho a Ha nacido una estrella con pinceladas de Cantando bajo la lluvia. Se llevó cinco Oscar, entre ellos el de mejor película, director y actor.

Grandes directores

Dos maestros abrirán el mes de junio. Federico Fellini (1960) estará presente el día 3 con La dolce vita, un retrato satírico de la alta sociedad romana de los años 50 a través de la mirada de un periodista que escribe una columna de cotilleos, participa en todas las fiestas y destapa noticias. La escena en la Fontana di Trevi con la voluptuosa Anita Ekberg acabó por convertirla en un mito. Y un genio español, el siempre sarcástico Luis G. Berlanga, con la que quizás fue su mejor película, El verdugo (1963, 10 de junio), cruel tragicomedia sobre un joven (Nino Manfredi) que acepta suceder a su suegro (el inolvidable Pepe Isbert) como verdugo para conseguir una vivienda y convencido de que nunca tendrá que ejercer ese oficio. Parece mentira cómo pudo hacerla realidad en pleno franquismo, cuyos censores no se dieron cuenta de la carga de profundidad que escondía.

Le seguirá uno de los capítulos de la última serie de películas rodada por Eric Rohmer, los Cuentos de las cuatro estaciones, que abordaban las relaciones humanas centradas en el amor y el engaño. Se trata de la luminosa Cuento de verano (1996, 17 de junio), que se ocupa de un estudiante de Matemáticas que pasa unas vacaciones estivales en la costa donde aguarda la llegada de una joven que le lleva de cabeza. Durante la espera otras chicas llamarán su atención y le harán dudar sus sentimientos. Para acabar el mes se celebra el centenario del nacimiento de Fernando Fernán Gómez con una de sus cintas más extrañas como director, una comedia musical en tono de zarzuela: ¡Bruja, más que bruja! (1976, 24 de junio). Un cacique local aprovecha para intentar casarse con una joven aprovechando que el novio de la chica, que es su sobrino, está en el servicio militar. Cuando el chico regresa decide acudir a una bruja (Mary Santpere) para vengarse.

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De Proust a los Beatles

Julio se iniciará con El amor de Swann (1983, día 1), esperadísima adaptación de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust con Jeremy Irons y Ornella Muti en los papeles principales y firmada por el alemán Volker Schlondorff. Cuenta la relación entre un joven judío que forma parte de la alta sociedad parisina y una bella prostituta. Los celos, los deseos, las dudas y los temores se apoderarán del aristócrata. Berlanga regresará al Verdi el jueves siguiente con Moros y cristianos (1987, 8 de julio), una sátira coral en la línea de su director. Ahora, el cineasta se centra en una familia que regenta una fábrica de turrones y que viaja a Madrid para promocionar sus productos pese a que el patriarca se niega a adaptarse a la modernidad. Un retrato de una larga lista de personajes a los que Berlanga radiografía con mucha sorna.

Los amantes de The Beatles tienen la oportunidad de recuperarlos el día 15 con el documental Eight days a week (2016). Cuenta la historia de los cuatro de Liverpool a través de sus conciertos y los motivos que les llevaron a dejar de actuar en directo. Incluye gran cantidad de imágenes inéditas del grupo y material restaurado. La reivindicable Land of mine (2015) llegará el 22 de julio. Ambientada en la Dinamarca de 1945, tras finalizar la ocupación, está protagonizada por un sargento que odia a los nazis y debe dirigir a un grupo de soldados alemanes que son obligados a limpiar una playa repleta de minas. Pero descubre que se trata de chicos muy jóvenes, prácticamente unos niños. Bajo su apariencia de filme bélico es una película tremendamente humana, que habla de cómo se puede pasar del odio a la compasión, de la culpa a la rebeldía y te mantiene continuamente en estado de tensión, ya que en cualquier momento pueden equivocarse y hacer estallar una bomba letal.

Una partida de ajedrez en París

Para acabar el ciclo momentáneamente han escogido Diplomacia (2014), del citado Schlondorff, que transcurre en agosto de 1944, en la Francia ocupada, donde el gobernador militar alemán planea destruir París. El cónsul sueco dispondrá de muy poco tiempo para convencerle de que no lo haga. No puede ocultar su origen teatral, la mayor parte se centra en estos dos personajes en un único lugar, una habitación de hotel, pero también incluye imágenes de archivo y otros personajes y escenarios complementarios. Es como una partida de ajedrez dialéctica en la que también interviene el azar y sus mejores bazas son sus espléndidos diálogos y dos grandes intérpretes (Niels Arestrup y André Dussollier). Un buen filme histórico para cerrar unos meses de gran cine en los Verdi.