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Jugando con los espejos y las luces

El Antic Teatre estrena 'The watching machine', de Macarena Recuerda Shepherd

maca obrir

maca obrir / MACARENA RECUERDA SHEPHERD

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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La mayoría de nosotros descubrimos la magia de los espejos cuando somos niños. ¿A que no hemos olvidado aquellas visitas, por ejemplo al Tibidabo, donde nuestro reflejo nos mostraba más gordos o delgados? Es una de las atracciones más antiguas y se ha ido renovando con los años, prueba de su indudable atractivo. Los efectos ópticos como estos son los principales elementos del montaje que puede verse solo hoy y mañana en el Antic Teatre, The watching machine, de la compañía Macarena Recuerda Shepherd, liderada por la artista visual y escénica Lidia Zoilo. Su “máquina de mirar” es el escenario y el título nos transporta a aquellos objetos del siglo XIX que, por medio de espejos y obturadores, eran capaces de crear ilusiones. Hay que advertir que no es una obra de teatro al uso sino más bien una performance, sin palabras, y en la que hay que tener los ojos bien abiertos para dejarse sorprender.

Los preparativos

Cuando entramos en la sala, el escenario está prácticamente desnudo, tan solo ocupado por unos pies de micro y algo que parece ser unos micrófonos en el suelo. La artista entra vestida de blanco, muy seria, sin esbozar ni media sonrisa, y dedica el primer cuarto de hora a los preparativos que va orquestando ante nuestra mirada expectante. Trae una máquina de humo y una cinta adhesiva que pegará en el suelo y en la pared y que parece simular la silueta de una puerta. Las luces se apagan y descubrimos que brilla en la oscuridad.

Para empezar veremos una puerta hecha con cinta adhesiva luminescente.

Para empezar veremos una puerta hecha con cinta adhesiva luminescente. / MACARENA RECUERDA SHEPHERD

Mientras suena el Because de los Beatles añade dos atriles que utiliza como espejos para adherir en su rostro una cinta negra ante el reverencial silencio del auditorio intrigado. Cuando ha finalizado el proceso se quita el mono y vemos que lleva el cuerpo también cubierto con otras líneas de ese color. Lo que pensábamos que eran micrófonos son, en realidad, linternas que irá disponiendo estratégicamente y canta acompañada por un piano el citado Because iluminando sus ojos y su boca.

La artista canta 'Because' con los ojos y la boca iluminados.

La artista canta 'Because' con los ojos y la boca iluminados. / MACARENA RECUERDA SHEPHERD

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El espejo y las luces

El efecto más sorprendente está a punto de hacer su aparición. Introduce en la sala un espejo rectangular y un fluorescente. Sitúa el espejo en medio de sus brazos y sus piernas convirtiendo su propio cuerpo en formas insólitas. De repente tiene tres brazos o piernas, parece estar suspendida en el aire, su cabeza desaparece o el fluorescente se mueve solo como por arte de magia. Incluso imita el paso de Michael Jackson en Smooth criminal, en el que inclina su cuerpo y desafía la gravedad. El público está asombrado pero también se escuchan muchas risas porque las imágenes resultantes tienen su gracia.

El espejo ayuda a la artista a crear imágenes insólitas.

El espejo ayuda a la artista a crear imágenes insólitas. / MACARENA RECUERDA SHEPHERD

En el tramo final, una pequeña luz de colores deambula por el escenario a oscuras. La máquina de humo adquiere protagonismo mientras suena una música enigmática casi irreconocible que, poco a poco, iremos comprendiendo que se trata del mismo Because pero con las notas alteradas u obviadas. La sala está en penumbra y manipula los espejos y las linternas para crear halos de luz que cambian de dirección.

En el tramo final, las luces son las grandes protagonistas.

En el tramo final, las luces son las grandes protagonistas. / MACARENA RECUERDA SHEPHERD

Es un espectáculo eminentemente visual que transcurre entre el misterio de lo que ocurrirá a continuación (el silencio sepulcral en la sala da casi miedo), las inesperadas soluciones estéticas, las sonrisas del público y la actitud algo mecánica de la protagonista. Una máquina de mirar que nos ha impedido casi pestañear durante 45 minutos, un juego que nos ha hecho sentir otra vez como si fuéramos niños sin haber perdido la capacidad de la sorpresa con una maestra de ceremonias que también parece estar disfrutando de su infancia y presumiendo de sus juguetes favoritos: los espejos y las luces.

Retrato de Lidia Zoilo, la creadora de esta original 'performance'.

Retrato de Lidia Zoilo, la creadora de esta original 'performance'. / MACARENA RECUERDA SHEPHERD