Una sátira sobre el amor y el sexo

El amor, el sexo, las relaciones y sus consecuencias han sido el argumento de muchas obras artísticas debido a la enorme influencia que tienen en nuestras vidas. Por ello, el Teatre Gaudí recupera uno de esos ejemplos, La millor nit de la teva vida, una comedia dramática escrita por Jordi Silva y dirigida por Miquel Murga, ganadora del premio Butaca al mejor texto literario. Es una visión satírica de todos los elementos citados que nos hace replantearnos nuestra propia perspectiva de todos ellos y nos saca una sonrisa mientras nos hace pensar.

De la amistad al amor

El escenario está ocupado por un sofá, dos sillas junto a una mesa, una chaise longue, un armario con libros y deuvedés, un sillón con un teléfono al lado y, en lo alto, dos lámparas colgando del techo. En primer lugar conocemos a dos jóvenes, Marta (Diana Torné) y Marc (Roger Cantos), que son amigos desde hace tiempo pero que se han decidido, por fin, a dar un paso adelante y tener una aventura. Él es muy inseguro, algo tímido, los nervios provocan que no pare de hablar pero se siente en el séptimo cielo al ver que sus sentimientos son compartidos. Asegura que es “la mejor noche de su vida”. Ella es más decidida, no es tan efusiva como el chico pero parece gustarle sentirse tan amada y es la que toma la iniciativa.

Su relación es interrumpida en diversos momentos, escenográficamente, por Sílvia (Dolo Beltrán), una mujer madura que habla por teléfono y de la que vamos obteniendo información poco a poco. Deducimos que es una viuda acaudalada, que tiene un amante, es muy directa y acostumbra a contratar a hombres con los que hacer realidad sus fantasías sexuales. Paralelamente, la pareja va celebrando un aniversario tras otro y los dos están algo asustados por ser tan felices. Sin embargo, en un mismo día coinciden dos hechos que cambiarán la vida de los tres: un trágico suceso y la frase que pronuncia Marta y que hace temblar a cualquier hombre: “Tenemos que hablar”.

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Diversión e intensidad

A partir de este momento, los secretos que salen a la luz y los enredos se sucederán con inesperadas consecuencias. Marc y Silvia se conocerán entre copas y descubrirán la insólita situación que les une mientras que Marta inicia una nueva vida pero se resiste a perder su larga amistad con Marc. Tiene escenas divertidas como el intento de Marc de quedar con una chica que la gusta pero solo consigue tener una conversación surrealista con su madre (y lo que ocurre a continuación) o el encuentro con pelucas y vestidos de época entre una señora y su criado (no podemos desvelar nada más) con su inevitable referencia a la novela de D. H. Lawrence, El amante de Lady Chatterley. Por cierto, valdría la pena contar cuántas prendas de ropa diferentes luce Dolo Beltrán en una hora y media…  Y otros fragmentos resultan de una gran intensidad como la última charla entre los dos personajes femeninos.

Los sueños rotos o cómo pasar de la mejor a la peor noche de tu vida, las decisiones erróneas, los cambios que sufrimos, los vaivenes del amor, la libertad de cada uno para experimentar su sexualidad como quiera y los movimientos desesperados que hacemos cuando pensamos que todo está perdido. Tres personajes que reflejan un puñado de situaciones que, en mayor o menor medida, hemos vivido casi todos por lo que nos sentimos directamente interpelados por lo que exponen. Quizás si nos pasamos por el Gaudí a ver la obra no pasaremos la mejor noche de nuestra vida, pero casi seguro que tendremos la impresión de no haber perdido el tiempo.