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'Disset anys': la nostalgia por la adolescencia

La Sala BARTS estrena este agridulce musical de pequeño formato

17 obrir

17 obrir / LA BEATRIZ

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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Cuando somos adolescentes creemos que somos inmortales, que nos vamos a comer el mundo y que nadie va a poder con nosotros. Sin embargo, cuando los años pasan suele llegar la decepción. Ni nuestra vida laboral ni la amorosa han sido lo que esperábamos y nos refugiamos en nuestros recuerdos más positivos para hacer frente a la crudeza de la realidad. Esta es la situación por la que pasan los protagonistas de Disset anys, un musical de pequeño formato creado por la compañía La Beatriz y protagonizado por Clara Solé (Fun home, Broadway babies) y Adrià Andreu (El despertar de la primavera, Carousel en concert). Quedan solo dos únicas funciones hoy y mañana en el Club de la Sala BARTS y el aforo es reducido, así que hay que darse prisa.

El repertorio que interpretan consiste en canciones de diversos musicales en algunos de los cuales han adaptado la letra para adecuarla al montaje. Al entrar en el espacio vemos banderines de fiesta por todas partes, globos y un gran cartel que nos indica que nos hallamos en el Sopar de Retrobament de la Generació Z mientras suenan canciones de Grease. Una tarima hace las veces de escenario y, a la izquierda, se encuentra el pianista, Albert Artigas (Snergs). Los protagonistas se llaman como los cantantes, Clara y Adrià, son muy tímidos, da la impresión de que les han obligado a cantar y nos ofrecen su versión de Rewrite this story (Per desfer la història) de la serie musical Smash.

Los dos jóvenes se muestran tímidos al tener que hablar en público.

Los dos jóvenes se muestran tímidos al tener que hablar en público. / LA BEATRIZ

Del tango a la invisibilidad

Llevan años sin verse y se van al lateral, justo donde está la barra del bar para conversar. Critican el aspecto de los otros y su comportamiento actual y reconocen que no tenían ganas de asistir con Bad idea (Quina mala idea haver vingut) de Waitress. Los espectadores se convierten en invitados y la pareja los saluda como si fueran parte del grupo. Uno de los grandes temas de Rent, el Tango: Maureen se convierte en El tango has ballat, momento que los dos artistas aprovechan para mostrar su habilidad danzando una sencilla coreografía que culmina, lógicamente, con un tango.

El talento de Clara Solé brilla especialmente en su interpretación de 'La noia transparent'.

El talento de Clara Solé brilla especialmente en su interpretación de 'La noia transparent'. / LA BEATRIZ

Recuerdan su adolescencia, las pequeñas anécdotas y se convierten, por un instante, en esos chicos repletos de sueños por cumplir. Reconocen que eran un poco exagerados, algo drama queens, así como sus contradicciones con la irónica Why does nobody (de Big Mouth). Clara Solé tiene su gran momento de lucimiento a continuación con La noia transparent (extraída de Next to normal), donde explica cómo su personalidad parece haber desvanecido entre la sociedad. Conmueve al espectador y demuestra su excelente calidad como cantante.

El pianista Albert Artigas acompaña musicalmente a la pareja.

El pianista Albert Artigas acompaña musicalmente a la pareja. / LA BEATRIZ

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Las madres y el karaoke

Tras la emoción, la diversión, cuando ambos mantienen sendos diálogos con sus respectivas madres combinando el catalán y el castellano. Reivindican su libertad y las acusan de no escucharles en Mama who bore me (de Spring awakening). Llegamos al tema que da título al montaje, Seventeen (del musical Heathers), donde evocan aquel tiempo de adolescencia y se lamentan de tener, ahora, que tomar decisiones sobre sus vidas; están heridos y solo se tienen a ellos mismos para apoyarse con un abrazo final. Es el mejor dúo de la función y donde más brilla el pianista.

De Dear Evan Hansen, uno de los últimos grandes éxitos de Broadway, han escogido dos temas (Only us y If I could tell her) para que los artistas mezclen dos historias que contrastan: la de la chica que quiere que un joven le haga caso y la del chico que no sabe cómo rechazar la propuesta. Son buenos amigos, los mejores amigos, pero no pueden llegar más, un tema que pasa de las sonrisas iniciales al dramatismo. Volvemos a la fiesta y la pareja se apunta al karaoke vistiéndose con unas gafas brillantes y unas cintas con plumas e interpretan la eufórica Gotta go my own way de High School Musical 2 (el único tema con música pregrabada e interpretado en inglés).

Los cantantes aparecen disfrazados en la escena del karaoke.

Los cantantes aparecen disfrazados en la escena del karaoke. / LA BEATRIZ

En busca de una esperanza

Al final llega el momento de la despedida y de la amarga reflexión, la decepción por el presente aunque siguen buscando su camino diciendo adiós a las cadenas y guardando un resquicio de esperanza en Goobye until tomorrow / I could never rescue you (de The last five years). Como colofón, tras los aplausos repiten un fragmento de Seventeen de propina. Es un musical tan pequeño como delicioso que nos hace pensar si hemos sido fieles al adolescente que fuimos, si hemos hecho todo lo posible para cumplir nuestros sueños. La ventaja de los protagonistas es que aún son veinteañeros y todavía están a tiempo de casi todo. Aunque ni ellos ni nosotros olvidaremos jamás lo ingenuos, inocentes y utópicos que fuimos cuando teníamos 17 años.    

La complicidad es el principal elemento de la relación entre Adrià y Clara.

La complicidad es el principal elemento de la relación entre Adrià y Clara. / LA BEATRIZ