¡BOMBAAAA!

10 piscinas contra el calor urbano en Barcelona

Nada mejor que un buen chapuzón para combatir la canícula en la ciudad. Aquí sobreviviría hasta Bob Esponja

Ambiente en la Piscina Municipal de Montjuïc

Ambiente en la Piscina Municipal de Montjuïc / ELISENDA PONS

Albert Fernández

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1. Piscina Municipal de Montjuïc

Avenida de Miramar, 31

Un trampolín olímpico, vistas panorámicas de la ciudad y el gran azul esperándote al final del salto. Cuando desciendes por las gradas a las instalaciones de la Piscina Municipal de Montjuïc con la imagen de la Kylie (Minogue) contoneándose despacio en su toalla te queda una sonrisilla de lo más tonta y te entran unas ganas locas de pasar ya por la ducha y darte el chapuzón. Eso sí, ten en cuenta que la piscina en la que te vas a bañar no es la del famoso vídeo de Slow, con sus tropecientos pisos para impulsarte hacia el agua, sino justo la de al lado.

Allí te espera un fondo de baldosas color cielo con diversas profundidades, más todo el espacio del mundo para marcarte unos buenos crols cada día hasta que cierren a las 18.30 horas. En esta piscina lúdica y familiar, vigilada por socorristas impasibles como tótems, es fácil que te engoriles a buscar marcas atléticas mientras oteas de reojo ese horizonte urbano de instagramazo.

Pero ojo, que tu vida no es un videoclip. Cuando te sientas las pulsaciones a tope, entonces ya sí: mejor sales del agua, te plantificas en la toalla y practicas tus mejores cambios de pose en horizontal, al ritmo de la canción. Skip a beat and move with my body, yeah. Slow.


2. Club Natació Atlètic - Barceloneta

Plaza del Mar, s/n

Tel.: 93 221 00 10 

Si todas las piscinas del mundo estuvieran conectadas por sus fondos, el momento de sacar la cabeza por la superficie de las aguas del Club Natació Atlètic-Barceloneta sería un verdadero respiro. Como regresar a casa después de visitar un continuo infinito de columnas de agua filtrada, con diversos tonos y temperaturas y densidades, irradiada por neones nocturnos y rayos de sol persistentes, desde todas las latitudes del cloro.

Nuestra epopeya sumergida nos devolvería a dos piscinas descubiertas con carriles, una de ellas climatizada, otra cubierta y pequeña, un trozo de playa privado con su arena y sus cubos y sus palas, más unas vistas al mar insuperables, y una mirada clásica y mediterránea que se distingue de todas las costas del mundo.


3. Soho House

Plaza del Duc de Medinaceli, 4

Tel.: 93 220 46 00

¿Tienes un alma creativa? ¿Te va bien la cosa? Si es así, seguro que conoces Soho House. Para ser miembro de este club del buen gusto no cuenta el estatus, sino la inspiración. Como cliente del hotel o integrante del club, puedes disfrutar de la espectacular piscina de su terraza. Allí se ven cuerpos bronceados silueteándose sobre el skyline de la ciudad. Una estampa contemporánea y colorida que daría para un cuadro de David Hockney. Los selfis y los stories van que arden, no hace falta que te cuente.

Si prefieres refugiarte del sol y mantener tu individualidad, siempre puedes hacer una visita puntual al spa subterráneo, abierto a todo el mundo (previo pago, claro). Lamparitas tenues, haces de luz refractando en la superficie de su piscina salada, hamacas, sonidos chill y todo tipo de tratamientos. Arriba el mundo puede arder en llamas, que a ti solo te molestará la goma del bañador.


4. Llac de Can Dragó

Rosselló i Porcel, 7

Este lago artificial ubicado en Nou Barris es tan enorme y despampanante que podrías pasar el día allí sin darte cuenta siquiera de que están allí Jesús Gil tomando una piña colada apoyado en una esquina y rodeado de Mamas Chicho, o Pamela Anderson haciendo unos largos con el espectacular bañador que llevaba en Los vigilantes de la playa.

Jugar al ¿Dónde está Wally? versión verano en los más de 15.000 metros cuadrados del entorno de la piscina del Centre Esportiu Municipal Can Dragó debería ser una diversión a considerar. Ideal para mirones, pero también para familias, con precios correctos para adultos, simbólicos para niños y posibilidades de abono.

Si vamos al agua, todo bien: 2.960 metros cuadrados para bañarse y una profundidad muy leve y prudente, que va de 0,10 hasta 1,30 metros. No da ni para aguadilla, casi. Hay césped y bar con bocatas, pero en el agua se está tan a gusto que no quieres salir nunca. Te va a quedar la cara más arrugada que con la dichosa Faceapp.


5. Piscines Bernat Picornell

Avenida de l’Estadi, 30-38

Tel.: 93 423 40 41

Contempla y regodéate: en las Picornell, el flow aquagymero de algunas septuagenarias promueve ovaciones; cuando sueltan el móvil, los chavales pueden ser realmente creativos dando  piruetas al lanzarse al agua; y la forma en que se le marca el bañador a esa silueta en la que te has fijado según has entrado en la zona de baños te hace latir las sienes como si acabaras de nacer. Cerca de ese gran obelisco del Palau Sant Jordi, el mundo se ordena en carriles de boyas, zonas de sol y de sombra, bañadores flipantes u horteras.

Dimensiones olímpicas en la piscina exterior, y zona de baño nudista los sábados por la noche en la cubierta. Ah, y por encima de todo, un súper bar con terraza gigante para practicar el deporte nacional: tomarte una caña mientras ves desde arriba al personal gozar al fresqui en el agua y las tumbonas, sonríes con los niños aprendiendo a flotar con sus chorretes de corcho, y arrugas la nariz con cada espalda peluda que te asalta la retina.


6. Parc de Joan Miró

Aragó, 2

Aquí no cubre. El juego de niños en remojo en que se han convertido este verano las clásicas pistas de fútbol y baloncesto del Parc de Joan Miró es una gozada para los peques. Además, supone un alivio al repentino cierre de la playa del Eixample situada en la Torre de les Aigües. Se entienden las colas y que recomienden reservar para acceder.

La verdad es que este nuevo espacio infantil de juegos de agua es un auténtico oasis del chapoteo: césped artificial húmedo y blandito, circuitos de agua, una mini-piscina inflable, aspersores de colorines que sueltan unos chorrillos de risa, neumáticos, construcciones con canales, zonas de suelo impermeable con rayuelas dibujadas, pelotas, mangueras, pequeños toboganes, colchonetas finas y ondulantes que son carcajada de bebé en neopreno asegurada, y al fondo de todo la atracción estrella: los carriles deslizantes donde los chavales más creciditos se lanzan pidiendo a gritos que mamá o papá les grabe un "¡vídeo, vídeo!".

El espacio está cubierto para que el sol no ataque. También hay unos palés para que los progenitores vigilen pacientemente, y un montón de monitores jóvenes distribuidos por zonas, que ponen en marcha actividades grupales a mitad de cada turno. Formas y colores psicodélicos, risas histéricas, buganvillas, charquitos all around y la sensación constante de aventura y diversión. Bob Esponja estaría encantado aquí.


7. Piscina d'Estiu - Centre Esportiu Municipal Guinardó

Torrent de Melis, 12

Tel.: 93 446 42 60

Hay gente a la que le queda verdaderamente mal un bañador. Pero ni siquiera eso podría arruinar esa pequeña celebración de barrio que tiene lugar cada año cuando abre la piscina descubierta del Guinardó. Hay un montón de familias poco amantes del deporte que se abonan a este centro en verano para poder disfrutar sin interrupciones de su lámina de agua de 33 x 17 metros, los vestuarios, el servicio de alquiler de tumbonas y, por supuesto, el bar.

También los hay que van todo el curso y tienen claro que, aparte de la piscina familiar de fuera, es conveniente refugiarse en la piscina cubierta cuando se va con niños pequeños. Además de los cursos de natación y las actividades dirigidas, el lugar es un regalo porque está en un punto elevado, en calma, donde la ciudad respira. Ideal para acabar de leer al fresco la novelita de turno, y para esos reencuentros de amigos en manguitos.  


8. The Top Gallery Hotel

Rosselló, 249

Tel.: 93 415 99 11

A veces no hace falta nadar ni demostrar asombrosas cualidades anfibias para conseguir que te miren. Basta con relajarte y darte el gustazo de fardar de piscineo en una privilegiada azotea de hotel. Puedes acceder a la elegante piscina de limitadas dimensiones del The Top Gallery Hotel a través de su menú chapuzón, que además de la correspondiente toalla incluye una ensalada más algo de su grill o un postre, a escoger. Eso, claro, acompañado de una bebida, vino, refresco o cerveza, que te querrás tomar con el trasero en remojo (te conozco), aunque dudo que te dejen.

Si te mola el rollo alicaído y desmayado de Lana del Rey, pero al contrario que ella, piensas que también hemos nacido para vivir, siempre te puedes poner en los auriculares el Summertime sadness y acompañarlo con un leve balanceo de caderas en el cloro. Puede que en pleno postureo te llueva dentro del agua y la cosa quede rematadamente épica.


9. CN Montjuïc

Segura, 36

Tel.: 93 331 82 88 

El descenso a esa hendidura estival en medio de la montaña que es la piscina del Club Natació Montjuïc es un acceso al verano romántico. Cada paso se ve inundado por el olor a pino y el sonido de los grillos. Sin quererlo siquiera se pone en marcha el recuerdo de otros veranos, y la maquinaria de la nostalgia y la abstracción funciona en todo su esplendor. Una vez en el agua, el encanto se multiplica entre su piscina olímpica y la infantil, todo distribuido en armonía entre los árboles.

Es raro lo fácil que es adaptarse a un lugar así. La calma y la evocación te llevan a las pelis de Guadagnino. También piensas en que te casarías con alguien bajo el agua, y en tener una piscina solo para ti. Como aquel escritor que aparece en la piscina de El crepúsculo de los dioses: "Siempre quiso una piscina. Al final la consiguió, solo que el precio resultó demasiado alto".


10. Zona de baños del Fòrum

Plaza del Fòrum, 1

Tel.: 93 423 40 41

Si como alguno que yo me sé acabas la temporada de festivales doblado de pasta y con los tímpanos saturados de tanta erudición musical, solo volverás al Fòrum con una idea: conformarte con la canción del verano y zambullirte en su zona de baños al grito loco de "boooommmbbba" (léase con entonación y volumen a lo King África).

No es más que una lengua de cemento ganada al mar, vale. Y puedes encontrar gente loca, los de las motos de agua, y pincharte con erizos, bien. Pero es gratis, muy gratis. Y además, es agua salada, del mar; de tu mar. Si desatiendes al resto y atisbas únicamente el horizonte de cielo y agua mientras braceas, incluso podrás reconectarte con la existencia, o yo qué sé: atisbar a Aquaman.