OCIO SIN FIN

ClubHaus, la primera 'casa club' de Barcelona

Un macroespacio hedonista donde podrás jugar al minigolf mientras esperas tu turno para ir al baño

ClubHaus

ClubHaus / periodico

Natàlia Queralt

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Paredes con ladrillos a la vista, un esqueleto de Zeppelin colgando del techo y la apuesta por el arte urbano inundando el local. Mesas altas donde trabajar, redondas donde comer y unas gradas algo vertiginosas para observar el ecosistema de este establecimiento singular. A primera vista, ClubHaus impresiona, pero lo que esconde este macroespacio hedonista es mucho mejor.

Alberto Mateos, músico y amante del arte, y Joel Serra, cocinero transgresor, lo tienen claro: "De aquí no querrás marcharte". Ambos emprendedores se han embarcado en un proyecto tan canalla como provocador con el grupo FoodClub: inaugurar la primera casa club de la ciudad, bajo el lema food, art and play.

ClubHaus son 700 metros cuadrados de diversión repartidos en dos restaurantes, tres bares, una sala de juegos, un karaoke y mucha música. "Nos inspiramos en los clubs de gentlemen londinenses del siglo XIX, pero le hemos dado un toque ochentero y californiano", explica Alberto Mateos, cofundador del establecimiento. "Nuestra idea es que vengas para dos horas pero termines quedándote cinco. Del restaurante puedes pasar al bar, del bar a la sala de juegos, de esta al karaoke y, finalmente, a la pista de baile", sugiere. Y, mientras esperas tu turno para el baño, puedes echarte unas partidas al minigolf. ¿Cómo no se le había ocurrido antes esto a alguien?

Este espacio multiconceptual está dividido en tres ambientes: Show room, Jungle room y Galaxy room. En la primera sala, el restaurante ofrece propuestas gastronómicas con influencias mexicanas y asiáticas. Cuenta con una mesa de billar, un coffee corner y mesas altas donde trabajar (¡hay wifi!). Eso sí, lo de teclear mejor antes de que comience el bullicio.

Acceder a la Jungle room significa bajar al sótano y adentrarse en un ambiente mucho más canalla, donde ClubHaus muestra su faceta play. Máquinas de juegos, minisala de karaoke, mesa de pimpón, dianas para lanzar dardos y mucha música. La propuesta gastronómica, acorde con el ambiente: burgers, alitas de pollo, aros de cebolla y street food al estilo americano. «Las carnes son bio y las salsas las elaboramos nosotros», apunta Mateos. La minisala de karaoke se puede reservar con antelación y la mesa de pimpón va por turnos. Son un espectáculo los campeonatos improvisados que tienen lugar por la noche.

A través de una puerta de aparente acceso restringido se accede a la sala más codiciada: Galaxy room. Las luces de neón conducen a los supervivientes (después de Show room y de Jungle room) hasta el área más exclusiva, donde por la tarde se organizan talleres para estimular la creatividad y, por la noche, pinchan dj. Una sala que, más adelante, pretenden convertir en un rincón especial reservado para los miembros del club, es decir, las caras conocidas y los fieles a ClubHaus.

‘Brunch’ dominguero

"A Barcelona le faltaba una casa club", asegura Mateos. "Es una ciudad con mucho potencial que atrae a los turistas, pero los locales también tienen ganas de pasarlo bien". De hecho asegura que, desde que abrieron en marzo, han notado el descenso de barceloneses debido al verano y han decidido sorprender con una nueva propuesta: brunch al punch.

A partir del domingo, 21, ClubHaus se suma a la lista de establecimientos que ofrecen brunch los domingos, de 12 a 16 horas. Un menú de 25 € compuesto por tres platos dulces y tres salados (uno de cada para escoger) con el que podrás beber todos los cócteles seleccionados que quieras durante dos horas. ¿Se te ocurre un plan mejor para el domingo?