DE TIENDAS

Donde las bicicletas se convierten en lámparas

El Ciclo no solo es un local del Gótic donde se alquilan bicis. Su dueño, Ramiro Sobral, también crea y vende lámparas hechas con piezas de velocípedos antiguos

El Ciclo

El Ciclo / periodico

Laia Zieger

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Una pasión: las bicicletas. Una habilidad: montar-desmontarlas. Una idea: dar una segunda oportunidad a las piezas antiguas de los velocípedos. Dos conceptos: tienda de alquiler de bicis y de lámparas de diseño elaboradas con elementos de este medio de transporte que, de otro modo, habrían pasado a mejor vida. Eso es <strong>El Ciclo</strong>.

Se trata de un espacio híbrido creado hace más de cinco años por Ramiro Sobral, argentino afincado en Barcelona y fanático de las dos ruedas. Inicialmente, no tenía más pretensiones que ser un taller de reparaciones y un local de alquiler. Pero El Ciclo, ubicado en la zona cero del turismo (entre la Rambla, el puerto y la plaza Reial, en pleno Gòtic), comenzó a gozar de muy buenas críticas por parte de su clientela, y fue creciendo. 

Poco a poco, integraron entre sus servicios la opción de contratar tours tematizadostours (como el que recorre las mejores ubicaciones de street art de la ciudad, por ejemplo) o a medida y privados, a cargo de guías locales que igual muestran los sitios más turísticos que otros más alternativos. Hubo más. De forma fortuita, como suelen triunfar las mejores ocurrencias, a Ramiro se le pasó por la cabeza la genialidad de crear lámparas con partes de bicicletas antiguas que tenía guardadas en su taller para decorar el espacio.

Nada más colgarlas, ante su sorpresa, un cliente le compró la primera. Llegó otro, y otro, y otro más. Así nació su proyecto Bicicletas que vieron la luz o, lo que es lo mismo, lámparas de diseño fabricadas con elementos de bicis antiguas de aire retro e industrial. Originales a más no poder. Pedales, ruedas, radios, cadenas... Todo vale para crear su "arte de bicicleta", tal y como define su trabajo, aplicando  el mismo credo que un cocinero con el cerdo: de ella se aprovecha todo. 

Cientos de creaciones distintas

Hoy suma cientos de creaciones diferentes, que cuelgan en interiores de todo el mundo. Cada diseño es, por supuesto, único, y elaborado a mano. En El Ciclo también hay algún que otro artículo de regalo relacionado con el mundo del ciclismo y, de forma más selecta, piezas para los coleccionistas y bicicletas de segunda mano retro procedentes de lotes antiguos, integralmente restauradas por Ramiro ("y todo lo que sobra, ¡para lámparas!", explica este as de los velocípedos). 

Más que un taller, más que una tienda, más que un museo, El Ciclo es todo un homenaje a las bicis que cautivará a cualquier loco de este medio de transporte. De hecho, es lo mejor con lo que habría podido soñar un fan irredento de la bicicleta como es Ramiro. No cabe duda de ello. 

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