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Turismo 'dark': los destinos más siniestros

¿Hart@ de veranear en el pueblo? ¿Cansad@ de aglomeraciones en la playa? Te proponemos lugares macabros para los que no hace falta ser gótico ni vestir de negro

Fetos humanos en Kunstkámera

Fetos humanos en Kunstkámera

Natàlia Queralt

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Antes de que HBO popularizara Chernóbil como destino turístico, había 70.000 visitantes al año locos por pisar la cercana ciudad fantasma de Prípiat. "El impacto de la serie ha duplicado esta cifra", afirma Míriam del Río, periodista que ha publicado el libro 'Turismo dark' (Luciérnaga). "La atracción por lo oculto y lo siniestro no es nuevo. Los romanos se divertían en el circo y en la época medieval se ajusticiaba a los herejes en la plaza del pueblo", recuerda. El turismo 'dark' no requiere ser gótico ni vestir de negro; solo mostrar respeto hacia los lugares misteriosos y siniestros que han atraído a los seres humanos durante miles de años. Del Río propone los siguientes enclaves con oscuros magnetismos para iniciarse en el turismo 'dark'.


1. Prípiat (Ucrania)

Prípiat, que se construyó para las familias de los trabajadores de la central nuclear, tardó 36 horas en ser evacuada tras el accidente de Chernóbil. Con altos niveles de radiación que persisten a día de hoy, la ciudad posapocalíptica se encuentra tal y como la dejaron los vecinos al huir: máscaras de oxígeno, juguetes, maletas a medio hacer y un parque de atracciones detenido en el tiempo. Espabila para reservar porque vive un 'boom' de turistas.


2. La Isla de las Muñecas (México)

¿Quién querría visitar las playas paradisiacas de la Riviera Maya pudiendo pasar una jornada siniestra en la Isla de las Muñecas? Esta macabra atracción, ideal para rodar el final de la saga Annabelle, está en Xochimilco, al sur de México D.F. Su popularidad se debe a Julián Santana, su único habitante, que empezó a colgar muñecas en los árboles para alejar a los malos espíritus hacia 1950. Tras su muerte, turistas y locales acuden a la isla para visitar el pequeño museo de muñecas custodiado por Agustina, la primera muñeca que recogió Santana.

3. Kunstkámera (Rusia)

Kunstkámera, en San Petersburgo, fue el primer museo de Rusia (1714) y una de las exposiciones más extrañas del mundo. Inspirándose en los gabinetes de curiosidades europeos, el zar Pedro el Grande construyó su propio cuarto de maravillas que, a día de hoy, alberga todo tipo de rarezas. Desde fetos humanos con deformidades conservados en formol hasta animales con anomalías anatómicas. ¿Se te ocurre algún plan mejor para una mañana en San Petersburgo?


4. La montaña negra (Australia)

La Montaña Negra, en el estado de Queensland, ha sido escenario de múltiples desapariciones. Excursionistas, exploradores y pastores que se han adentrado a la montaña, lugar sagrado para los aborígenes, no han vuelto a salir de ella. El único superviviente es el explorador checo Iván Markerle, que describió un ecosistema de rocas inestables, caminos laberínticos y ambiente fétido. ¿Voluntarios para cambiar un ascenso a los Picos de Europa por una excursión por la Montaña Negra?


5. El mercado de fetiches (Togo)

El mercado de Akodessewa, cerca de Lomé, capital de Togo, es el más grande del planeta relacionado con la magia negra y el vudú. Aquí las supersticiones sobre gatos negros y espejos rotos te parecerán una auténtica tontería. En los puestos venden cabezas, partes del cuerpo, huesos y pieles de animales que, según el credo del vudú, tienen algún tipo de virtud. Un consejo: ir con el estómago vacío. La vista y el olor son demoledores.


6. Barcelona y alrededores

En Barcelona y alrededores también hay lugares espeluznantes, como el anfiteatro anatómico de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, el cementerio del Poblenou, la Modelo o el Hospital del Tórax. Iniciarse en el turismo 'dark' no es cuestión de aviones, sino de agallas. 

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