TIENDAS

Elijah: el centro de tatuajes de las 'celebrities'

El supermodelo Stephen James ha abierto en Barcelona Elijah, el templo especializado más grande de España

El gustazo de profanar la piel

El gustazo de profanar la piel / periodico

Patricia Castán

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuidado: es casi imposible echar un ojo a ese macroespacio bautizado como Elijah sin sentir la tentación del cambio y salir de allí revestido con un tatu o un corte de pelo a la última. El edén levantado por el supermodelo Stephen James invita a la renovación, a dejar atrás un estilismo gris y a sucumbir a la tinta. En seis cabinas, un miniejército de tatuadores de primera división abanderan esa acción mutante, que completan por vía capilar varios estilistas. Todo muy 'cool' y algo transgresor, a la par que inmaculado como un quirófano. Porque el modelo más tatuado del mundo sabe lo que es sufrir para encontrar un entorno moderno pero con buenas condiciones higiénicas y manos de artista. Por eso decidió dar rienda suelta a su vertiente empresarial y satisfacer a todos los que le preguntaban por tal o cual tatuaje.

El centro más grande de España

Eligió Barcelona para abrir, el pasado otoño, el templo especializado más grande de España (y quizá de Europa), que en marzo se inaugurará formalmente con 'celebrities' con epidermis estampadas. Un recorrido por su cuerpo (o lienzo) quita el hipo entre el mosaico de figuras e iconos que se encadenan. Empezó a los 17 años con una estrella de David y enseguida fueron sus gustos musicales y culturales los que se fue imprimiendo: Dalí, la reina Isabel, Frida Kahlo, Morrisey, Wild… Uno a uno fueron profanando su piel hasta cubrirla por completo, con excepción de su rostro de facciones de revista. Para el tipo que bailó sobre un escenario con Madonna, incendió internet con su campaña con Irina Shayk (lo aupó a los 2,3 millones de seguidores en Instagram) y ha lucido body para Philipp Plein o Calvin Klein, la elección de epicentro vital estaba clara: Barcelona. Se enamoró lo bastante de la metrópolis catalana como para dejar atrás su pasado londinense y su currículo de futbolista.

En Elijah uno puede transformarse, pero también puede simplemente flipar. Por su estética tan distinta a otros centros, por sus múltiples detalles (como el suelo cerámico que reproduce las cenefas de su propia nuca) o por todo lo que allí pasará en los próximos meses. Stephen cuenta a On Barcelona que aspira a desarrollar un punto de encuentro creativo: para exposiciones y eventos en su brutal subterráneo, o para tomar contacto con las nuevas tendencias estéticas. Para que siempre pasen cosas estimulantes. Y porque el modelo se deja caer continuamente por su territorio, donde además de poner color, exhibe modales de 'gentleman' y buen rollo.

TEMAS