Castañas vs calabazas

Tots Sants

Tots SantsHalloween es un invento de los americanos. En esta casa se celebra Tots Sants como se ha hecho toda la vida. Las tradiciones no pueden perderse y en Barcelona, aunque no lo parezca, sigue habiendo románticos que el 1 de noviembre se inflan de castañas, 'panellets', boniatos y moscatel, y acuden al cementerio a honrar a los difuntos. Y si quieres entrar en este selecto club, recuerda: en nuestro equipo no hay truco ni trato, solo castaña y boniato. [Planes para este puente en Barcelona]

1. Lluvia de piñones

'Panellets' (Baltà, La Colmena y Bubó)

El 'panellet' es a Tots Sants lo que una Casera a un español de los años ochenta: si no hay, nos vamos. En Barcelona abundan las pastelerías y panaderías que bordan este curioso dulce. En este terreno tan poblado, la panadería octogenaria Baltà, en Sants, se erige en un santuario de 'panellets': bordan los clásicos y se atreven con sabores nuevos. En La Colmena te surten con panellets académicos, ejecutados a la perfección, con siglo y medio de veteranía acumulada en cada bolita. Y cuidado en Bubó, son atrevidos, modernos y geniales; si eres el 'cool' de la familia, comprarás tus 'panellets' aquí.  

Baltà. Calle de Sants, 117-119

La Colmena. Plaza de l'Àngel, 12

Bubó. Caputxes, 10

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2. La comunidad del boniato

'Castanyadas' populares (Centros cívicos)

Los centros cívicos de Barcelona se están encargando de mantener viva la tradición de la castanyada en Barcelona. A pesar de la pujanza de Halloween, estos espacios no renuncian a celebrar una fiesta diametralmente opuesta a la del disfraz de Freddy Krueger y el cubata con vaso de tubo. La lista de actividades familiares en los barrios de la ciudad para estas fechas de octubre es interminable. Por ejemplo, en Horta-Guinardó, el centro cívico Casa Groga celebra una castanyada terrorífica para los peques. Ah, y el centro cívico Can Basté, de Nou Barris, organiza en la plaza del mismo nombre una castanyada popular con animación, música, magia y juegos. Definitivamente, el miércoles nos vemos en la calle. 

3. El gran castañazo

Cerveza de castaña Moritz (Sant Antoni, 39-41)

El 25 de septiembre, la Fábrica Moritz celebró un combate entre dos creaciones de su Beer Lab: la Moritz Castaña y la Moritz Calabaza, dos majestuosas birras pensadas para estos días de hojarasca y 'panellets'. La velada fue dura y finalmente la variante de castaña ganó por muy poco la contienda. Pues bien, ya puedes gozar de esta magnífica bebida en todo su esplendor otoñal en Moritz, otra locura de un laboratorio cervecero que siempre sorprende con ideas brillantes. Y no te bebas más de dos, o la castaña te la darás tú al ir al lavabo.

4. La dieta del cucurucho

Puestos de castañas (Fabra i Puig, 264 / Rambla, 120 /Joan de Borbó, 1)

Quede este texto como un homenaje a esos trabajadores que nos nutren de castañas y boniatos asados en plena rúe, calentándose solo con el fulgor de las brasas. Los puestos callejeros de castañas barceloneses deberían ser patrimonio de la humanidad; adoro estas casetas destartaladas y el aroma alimenticio que despiden. Entre mis favoritos, el de Fabra i Puig 264, porque es legendario; el de la Rambla, 120, la otrora 'castañera del Sepu', porque es una institución; y el de la Barceloneta (Joan de Borbó, 1), por jugar con tanta dignidad en campo contrario.

5. Parece menterio 

Rutas por cementerios (Cementerio del Poblenou. Av. Icària, s/n. Cementerio de Montjuïc. Carretera de la Mare de Déu de Port, 56)

Los difuntos son los protagonistas. Si queréis pasar un rato con los que se fueron, el cementerio del Poblenou (foto) cada año organiza actividades para Tots Sants. Por otra parte, el domingo, 28, Mexcat organiza una ruta matutina por el cementerio de Montjuïc, con ofrenda al exalcalde de Barcelona, el doctor Robert, nacido en México. Os lo pasaréis… de muerte (parezco Matías Prats). 

6. Apetece otoño

Menú de 'castanyada'

Llega la época de castañas y boniatos y muchos restaurantes de Barcelona ajustan sus cartas a las apetencias otoñales. El restaurante de cocina catalana El Principal, por ejemplo, incluye platos tan apetecibles como la sopa de setas, calabaza y castañas o el costillar de cordero con boniato y rebozuelos. Pau Arenós nos descubrió hace poco el boniato asado con gastrique de Bar Veraz , antológico según sus palabras. Y si hay suerte, a lo mejor en el vegetariano Rasoterra te topas con sus maravillosos ravioli de castaña, ricota, parmesano y nuez moscada. ¡Ingiere otoño!

Bar Veraz. Francesc Cambó, 14

El Principal. Provença, 286-88

Rastoterra. Palau, 5

Halloween

HalloweenEres guay. Te gritan '¡castanyada!' en la oreja y sigues durmiendo la siesta. ¿Globalización? ¿Americanización? 'Las sufisie qué'. Tú sueñas con liarla, disfrazarte de zombi y llenar tu Instagram de fotos terroríficas. Eres de Halloween y a mucha honra. Porque un Big Mac está más bueno que un 'panellet', alguien tiene que decirlo. Y ese alguien eres tú. Acabas de entrar en el equipo Calabazas. [Los mejores disfraces para este Halloween].

1. La noche de los fiesteros vivientes

Razzlloween El Dirty (Razzmatazz. Almogàvers, 122)

Por fin podrás pegarte la fiesta sin temor a acabar la noche con el aspecto de un zombi. De hecho, mejor si es así. En Razz han preparado la velada de Halloween más apetecible si buscas sangre y jarana. Las cinco salas del local, cada una con sus DJs, serán temáticas y estarán debidamente decoradas. No esperes minimal techno escandinavo filtrado en una cafetera del siglo XXIII, el petardeo pop se impondrá en casi todas las estancias. Además, solo por ver el barrio del Poblenou lleno de zombis, vampiros y enfermeras asesinas a las seis de la mañana del jueves ya merecerá pena. 

2. Estos muertos están muy vivos

Zombie Crawl (City Hall. Rambla de Catalunya, 2-4)

Si eres un zombi real y estás leyendo esto, no puedes perderte el Zombie Crawl, una reunión en la que podrás pasearte con tu aspecto putrefacto sin que nadie llame a la policía. La noche del 31 de octubre, en City Hall, se espera a un millar de muertos vivientes con ganas de liarla parda. Habrá juegos, actividades y eventos. Y después, un paseíto con toda la familia desmembrada por la Rambla hasta la discoteca Boulevard Culture Club, donde bailarás espasmódicamente hasta que salga el sol o alguien te pegue un perdigonazo en la cabeza. Ven cenado de casa: se desconoce si habrá cerebro humano en el 'catering'.

3. Terror bien

Halloween en familia ('Pànic' y Poble Espanyol)

Para un Halloween de perfil bajo con los niños, hay que acudir al Centro Cívico Parc Sandaru, el encargado de organizar la divertidas sesiones 'Pànic al Parc' para familias. Talleres, actividades, juegos y a las 20 horas… ¡túnel del terror! El Poble Espanyol (foto) también apuesta por el acojone 'soft', y este fin de semana, los días 27 y 28, organiza un Halloween para familias con gincanas, túneles de terror, juegos y lo que el cachondo de Satán disponga.

4. La caza del octubre naranja

Esculpir calabazas en Blacklab (Plaza de Pau Vila, 1)

Como buen 'brewhouse' que es, Blacklab se fabrica su propia cerveza. En el mismo local tiene las instalaciones que nutren sus surtidores. Pues bien, en este lugar se celebra una de las piedras angulares de Halloween, un divertidísimo concurso de esculpir calabazas. Hay que inscribirse y, por un precio simbólico, ellos te proporcionan la calabaza, cuchara y cuchillo. Puedes llevar los utensilios que quieras y tienes una hora para convertir esa bola inerte de color naranja en una aberración que conmueva al jurado. Dos pintas de cerveza, mochila y camiseta de regalo si ganas. ¿Birra gratis? Yo ya estaría entrenando.

5. En Cercs nadie oirá tus gritos

Horrorland (Polígono Sant Jordi)

Vale, está a una hora de la ciudad, pero es el súmmum del acojone. Un parque temático gigantesco en la central abandonada de Cercs, con diferentes escenarios 'pesadillescos' que son de un realismo espeluznante. Como Eurodisney pero con perturbados y sierras eléctricas en lugar de hadas y varitas. Aviso: los miembros de la familia que lleven marcapasos se quedan en casa.

6. Improvisa o muere

Impro Horror Show (Teatreneu. Terol, 26)

El público propone y los actores se lo inventan, improvisan, se evisceran artísticamente en el escenario. Este espectáculo de improvisación con trasfondo terrorífico podrá disfrutarse la noche del 31 de octubre en Teatreneu. No es la típica velada de Halloween, de acuerdo, pero resulta difícil resistirse a una 'jam session' de risas y escalofríos sin red. ¿Acaso hay algo más aterrador que improvisar?

7. Pesadilla en Joaquín Costa street

La Cobra Bar (Joaquín Costa, 47)

Este tugurio vive instalado en el terror. Chupito a chupito. En La Cobra todo remite al imaginario del lado oscuro, parece una ensoñación de Edgar Allan Poe en el mismo centro nervioso del Raval. Cráneos, alimañas disecadas, fotografías inquietantes, iluminación 'lynchiana'… Acojona, ¿verdad? Pues no le tengas ningún miedo a su barra: buena selección de cervezas y buena coctelería. Y si tienes agallas, no dudes en adentrarte en la sala interior, con un rincón perturbador recubierto de radiografías reales… Tampoco es para tanto; mejor eso que un cuadro de Humberto Janeiro, digo yo.

8. Noche de miedo 

Cortometrajes de terror en Antic Teatre (Verdaguer i Callís, 12)

Antic Teatre es una institución cultural de Ciutat Vella. El lunes, 29 de octubre, para que los 'calabaceros' vayan preparándose, este espacio celebra el noveno festival de cortometrajes fantásticos y de terror. El mejor ejercicio de calentamiento posible para Halloween. La gente envía sus obras y los cortos seleccionados se proyectan a partir de las 18 horas. También se anuncian los ganadores, los favoritos del jurado y el público, y ambos se llevan un merecido premio. Dicen que los lunes son terroríficos, ¿no? Pues en Antic Teatre se lo han tomado al pie de la letra.

9. ¡Sacadme de aquí!

'Espace rooms' de terror de Horror Box (Pasaje de Roure, 25) 

'Jigsaw Escape Room', 'Ouija Escape Room', 'Catalepsia'… Solo con oír los nombres de los 'escape rooms' de Horrorbox ya notas un tembleque en el esfínter. Eso sí, celebras Halloween con la familia y te cobras todos los comentarios fuera de lugar que tus suegros te dedicaron en la cena de Navidad saboreando su sufrimiento.