GUARDIANES DEL PAPEL

12 quioscos imprescindibles de Barcelona

Compramos diarios y revistas pero también 'snacks', suvenires e incluso cremas solares en estos 12 quioscos de Barcelona

12 quioscos imprescindibles de Barcelona

12 quioscos imprescindibles de Barcelona / periodico

Carme Escales

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Quiosqueros y quiosqueras son parte y esencia en un barrio, su primer latir. Colocan las calles antes de que los primeros vecinos pongan los pies en ellas. Son despertadores y animadores, y termómetros vecinales: saben quién pasó y quién no. En los últimos años han recibido más noticias de cierres de cabeceras de publicaciones que nunca, pero ahí siguen, remando contra tabletas digitales y 'smartphones', el 'viento y marea' en la era de la prensa digital. Son los héroes de la edición en papel, que, junto a revistas y dominicales, ven descargar en sus puestos bolsos, maquillaje, gafas de sol y cuantos 'gadgets' sirvan para atraer al lector. Sabiamente y con meticulosidad apañan otros productos en los pocos metros de su espacio laboral: libros, suvenires, 'snacks', bebidas, loterías y flores. Pero siguen necesitando la prensa matutina para empezar a rodar.


1. Abierto las 24 horas

La Rambla, 51

Las Ramblas de Barcelona no duermen. Frente al Teatre del Liceu, el quiosco de Joan, un cordobés de Luque que llegó a Barcelona en 1968, es uno de los tres quioscos de las Ramblas que no cierran nunca. Es como un faro en Ciutat Vella. De los 17 a los 59 años, Joan ha estado ahí todos los días del año. Cuando empezó, el 90% de lo que vendía eran periódicos y revistas. "Todos los diarios hacían dos ediciones y la primera era para los quioscos, los rotativos nos llegaban pasada la una de la madrugada. Éramos más de 1.000 y más de 200 han cerrado ya", explica. Ahora la mayoría de lo expuesto en su parada son suvenires, 'snacks', cremas solares… Lo que menos hay es prensa. En su memoria quedan el 'boom' de los TBO’s, el porno y los mapas que los GPS borraron. Hoy los reclamos son recuerdos en imanes para neveras, bufandas o gorras del Barça o de Barcelona para turistas que pasean por la emblemática calle.


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2. Canaletes y las sopas de letras en mil lenguas. 

Rambla de Canaletes

En lo alto de esa vía de paseos arriba y abajo, a las siete de la mañana Coki levanta las persianas de su quiosco, frente a la popular fuente de Canaletes. Este quiosco es como el sombrero de un mago: hay periódicos, prensa comarcal e internacional, pero también, junto a una máquina de tabaco, suvenires, 'chuche's, bebidas y espray para refrescarse la cara, crema solar de 30 y de 50 y 'aftersun', y hasta barajas de cartas (útil entretenimiento de viajeros), tíquets del Bus Turístic y entradas para el Barça y su museo. Coki es argentino: gran poder de conversación. Nos cuenta que tiene mucho cliente de sopas de letras, italianos, alemanes, franceses, porque los crucigramas los tiene en muchos idiomas. Los extranjeros le compran también las revistas de sus televisiones nacionales. Por eso él -dice- chapurrea tantas lenguas. "Lo suficiente para sacarle una sonrisa al cliente", confirma.


3. El gran bazar de Vora mar

Paseo Marítim, 25 (Hospital del Mar)

Los quioscos de hospital son otro baúl sin fondo. Cumplen muchísimas funciones a la vez: venden regalos, productos de aseo, perfumería y hasta corsetería para los pacientes ingresados. "Donde hay gente de paso, siempre hay una opción de venta", dice Ángel, el joven que regenta este puesto de prensa que es muchísimo más. Tienen camisones y batas, ropa interior, gel de ducha, desodorantes, perfumes, artículos de papelería, flores secas, 'best sellers', muñecas artesanales de Onil (Alicante) y un amplio surtido de bastones para caminar. Estando al lado de la playa, se entiende que tengan también biquinis, bañadores, toallas, cremas solares, gorras... ¿Y prensa? "Vendemos mucha revista de cotilleo y labores. Y las revistas de historia y curiosidades, 'El Jueves' y las de salud también salen". El suyo es un verdadero bazar. Y lo que más vende: agua.


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4. Pequeño paraíso infantil

Marina, 141

A las cinco de la mañana, tan tempranísimo como suena, hay un lugar en el que la ciudad empieza a escuchar los primeros "buenos días". "Los dueños de los bares del barrio, que ya de por sí madrugan, pasan antes por aquí a buscar los diarios", explica Luis, que regenta un gran quiosco en la calle de Marina a la altura de la de Ausiàs March. Su puesto es un paraíso para los niños. La acera es ancha, da mucho de sí, y no faltan cromos de series televisivas como 'Pokémon' y álbumes para dibujar y pegar, como los de la muñeca Santoro; tampoco revistas infantiles, como la recién nacida 'Petit Sàpiens'. También hay juguetes, y, para los adultos, loterías. Se nota que es paso de extranjeros porque tienen postales, suvenires y revistas de televisión alemana o el 'Catalonia Today'.


5. Coleccionables y llaveros junto al parque 

Plaza de la República, 9

Un quiosco a la entrada de un parque. ¡Cuánta vida fluye entre ellos! En el parque hay bancos para sentarse a leer el periódico o una revista, mientras los hijos o nietos se columpian o corren, jugando. El quiosco Parra, que tiene 57 años de historia y que Juan regenta hoy en la plaza de la República (de Llucmajor, para los vecinos de siempre en Nou Barris), a la entrada del Parc de la Guineueta, también es de los que más madrugan en la ciudad. Abre a las cinco y cierra a las ocho de la tarde, sin interrupción. Junto a las cabeceras de todos los periódicos generalistas, un expositor de llaveros personaliza el portallaves con nombres propios enmarcados en colores. También despacha juguetes, como piezas de casitas de muñeca, figuras de dinosaurio y personajes de Disney. Coleccionables y álbumes con sus cromos tampoco faltan. "Tenemos un poco de todo", entona Juan, que entre diarios y revistas también ofrece, a 2 euros, películas en deuvedé de segunda mano.


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6. Una acogedora esquina 

Còrsega, 551

Al doblar la esquina de Còrsega con Marina -desde la avenida de Gaudí- una ordenadísima exposición de revistas y prensa diaria y semanal nos saluda. Es la Papelería Lobo, que Pilar Vergés tomó en traspaso al quedar en paro. "La tienda me enamoró", dice. En sus manos, poco a poco fue pasando de papelería a quiosco, y ahora que móviles y tabletas han ido imponiéndose a la información en papel, busca nadar y guardar la ropa en un intento diario de renovarse. Lo hace seleccionando libros de actualidad, sin dejar la papelería. "En revistas, intento que haya un poco de todo: para mujeres, hombres y críos. Hablo con el cliente y me preocupo de que todos encuentren lo que buscan. Y, si no lo tengo, en un 90% de los casos se lo acabo consiguiendo". Sabe que tal vez esté tratando con la última generación de compradores de prensa en papel y, ante ello, "o renovarse, o morir", asume la quiosquera, que interactúa con el barrio con el mimo del saludo, la sonrisa, la conversación o la recomendación de un libro, con media tienda dentro y media fuera. Pilar eliminó la puerta para abrirse más al barrio. También a los perros a los que una etiqueta en el cristal invita a entrar. 


7. Noticias entre aromas del Penedès

Mare de Déu de Montserrat, 258

Junto a medio centenar de referencias de revistas y las cabeceras más comunes de prensa que podemos encontrar en todos los quioscos, en la montañosa avenida de la Mare de Déu de Montserrat, en el barrio del Guinardó, hay un comercio en el que todo ello convive con tentaciones diversas. Es quiosco, papelería, estanco, bodega y casi casi un ultramarinos, porque se venden también productos alimentarios. Encontramos vinos del Priorat, Montsant, Penedès, Rueda... miel artesana, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, caramelos y turrón. David, el dicharachero dependiente, igual te vende una revista, un diario o un boli Bic, que un licor del Penedès -el jefe es de aquella tierra, explica-. Y si nada de eso te va, puedes tentar a la suerte comprando lotería. 


8. El quiosco de las cuatro estaciones

Feliu i Codina, 19

En pleno barrio de Horta, lo que en los años 60 fue una papelería de barrio, con sus libretas, lapiceros y libros escolares, se transformó hace unas cuatro décadas en quiosco, con diarios y revistas para vecinos que quieren estar al día. Vicente, valenciano, y Paulina, de Valladolid, fueron la pareja que lo llevó hasta que se jubilaron, en 1985. El vínculo con Valencia los llevó pronto a vender petardos, bengalas y bombetes y material para las verbenas. Cuando se acercaba Sant Joan, todo el barrio lo sabía. Cuando llegaba el día de los difuntos, también, porque vendían flores. Preparaban la Navidad trayendo juguetes de Alicante, y en Carnaval, en esa tienda-quiosco, había disfraces. Hoy Vicente, el hijo del matrimonio, regenta el quiosco familiar y mantiene la tradición de ir ambientando el comercio según la época del año. "Hoy más que nunca hay que saber complementar. Aquí, además de tener cromos de fútbol, hacemos fotocopias, escaneamos documentos y vendemos la Lotto 6/49", dice. 


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9. Libros en la pared de las monjas

Bruc/Provença

En la confluencia de las calles de Bruc y Provença, Martí Miret atiende un quiosco que salta a la vista porque lleva remolque. Pegada a la pared del convento de las monjas angélicas que tiene delante, planta cada mañana una mesa con libros de segunda mano. "Los compro a cualquiera que me los traiga, a 0,50 céntimos, y los vendo a 2 euros", explica. Los hay de autoayuda, narrativa y novelas varias. Es la esquina del Sant Jordi perenne de la que se ocupa el simpático quiosquero, el pequeño de cinco hermanos cuyo padre fue repartidor de prensa. Hace una docena de años que tomó el relevo de su madre al mando de ese puesto de periódicos e introdujo la opción del libro de segunda mano. Además de periódicos, revistas y caramelos Halls, despacha también tarjetas de TMB porque, como bien dice, "tot fa bullir l’olla".  


10. ‘Snacks’ y revistas frente al Palau Robert

Paseo de Gràcia, 107

Se parecen, pero cada quiosco tiene su personalidad. Se la imprime quien lo regenta y también su ubicación. Frente al Palau Robert, en el majestuoso paseo de Gràcia, de las 7 a las 21 horas, sin interrupción, revistas y periódicos nacionales y extranjeros van saludando al transeúnte: empresarios, oficinistas, congresistas y clientes de las lujosas tiendas de la avenida. En el quiosco que Ricardo y David atienden tienen una gran variedad de revistas especializadas y numerosas cabeceras de prensa extranjera. Es uno de los pocos donde se encuentra la revista 'Capçalera', sobre la actualidad del mundo periodístico, ese escuadrón de profesionales gracias a los cuales la prensa amanece cada día en los quioscos. Este tan bien situado vende también el Heraldo de Aragón y prensa de Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña. Y norteamericana, como el 'NY Daily News' o 'The New York Times'. Aquí, los 'snacks' tienen mucha salida; pequeños tentempiés para oficinistas de una zona con pocas tiendas de alimentación.


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11. Economía a las puertas de la Borsa

Paseo de Gràcia, 19

El quiosco que Encarna Rodríguez atiende frente al edificio de la Borsa de Barcelona alimenta el espíritu capitalista con una enorme diversidad de revistas y rotativos de temática económica, empresarial, financiera. Negocios, tendencias de mercado y experiencias de empresas y emprendedores, sobre papel. 'Dirigentes', 'Inversió i Finances', 'Capital', 'Expansión', 'Economista', 'Cinco Días', 'Forbes', 'Financial Times' están ahí entre muchas otras.También publicaciones sobre viajes y decoración, fotografía y cine. Cotilleo y televisión no tienen a sus compradores en ese punto de la ciudad. Aquí los valores bursátiles marcan un estilo muy propio, en el que encuentran sitio suvenires como camisetas o gorras del Barça para los turistas.


12. Un quiosco de revista

Urgell, 32 / Floridablanca, 115

Entrar en ciertos comercios es un viaje parecido a una sesión de cine. Sales diferente. Algo así sucede en el quiosco de Iván. Es el FreeTime Revistas & Libros que su familia y él mismo regentaron durante 25 años en La Rambla. Vendían un poco de todo: periódicos, revistas, suvenires... Y, de forma natural, fueron especializándose en revistas editadas en otros países. De moda, música, decoración, fotografía o literatura, son publicaciones de colección porque su diseño, su maquetación, las asemeja a libros que dan vida y estilo a los espacios, ya sean hogares o despachos. Entre todo ese despliegue de magnífica encuadernación (más de 300 cabeceras), se entiende que Iván diga que "el papel está más vivo que nunca". Para los fans de ciertas revistas, es un lujo disponer de este quiosco en la ciudad. "Sí, somos tienda, pero nos queremos seguir sintiendo quiosco: su aureola tiene un componente nostálgico que no queremos dejar marchar", dice quien alimenta el blog-web de la tienda: www.freetimekiosko.blogspot.com.es.

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