OTRA VERBENA ES POSIBLE

10 planes de petardeo alternativo para Sant Joan en Barcelona

Si la verbena de Sant Joan se ha convertido en una rutina, te proponemos nuevos horizontes para la noche más corta del año

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ÒSCAR BROC

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Calentando motores

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Tarde de viernes libre. La siesta es para los débiles. Necesitáis unos buenos preliminares, y en el Bar Leo os acogerán hasta las 21 h. Este pequeño tugurio rumbero de Barcelona se ha convertido en el santuario oficial del legendario cantante Bambino: fotos y pósters del divo callejero empapelan su interior. La clientela se reparte entre las entrañas del agujero y la misma calle (vasos de plástico y a vivir). El sabor a barrio, el ambiente recargado, la roña, las guitarras que a veces trae algún visitante, las palmas, la verbena más portuaria de Barcelona se vive en este rincón ... Quintos, vermuts, gintónics de guerrilla y tapas peleonas garantizadas: en mi pueblo a esto se le llama calentar motores. 


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Sobredosis ochentera

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Baño retro. Ducha de laca. Exfoliación ochentera. Horteras, sed bienvenidos a vuestro 'spa' favorito. ¿La nostalgia de los años 80 y 90 os puede? Tranquilos, en Polaroid podréis quemar la noche en un entorno viciado, ruidoso y (esto es lo mejor) repleto de objetos y referencias a las mejores décadas de vuestras vidas. Juguetes de los 80, pósters 'vintage', cómics, objetos que parecen sacados de la habitación del gordito de 'Los Goonies', un vinilo de Lionel Richie en la puerta del váter, cintas VHS, rock de los 90 petando en los altavoces, un cóctel llamado Miyagi San, chupitos de colorines y lo que se tercie. Una burbuja de nostalgia ultraconcentrada en el barrio Gòtic. 


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Verbena con dos rombos

UHOMO SWINGERS CLUB (Puig i Xoriguer, 10)

¿Un Sant Joan al más puro estilo 'Eyes wide shut'? ¿Por qué no? En la 'discosex' Uhomo colmarán tus apetencias en un espacio diseñado para que fluya todo… en el sentido más literal de la expresión. 'Swingers', libertinos, amantes del sexo, ninfas, parejas liberales, todos sois bienvenidos en este harén 2.0. Uhomo solo quiere que seáis felices, y ha preparado una noche de Sant Joan en la que podréis ejercitar vuestras fantasías al ritmo de la mejor música de baile. El local ofrece todas las comodidades, y promete cava y coca por si necesitáis coger fuerzas entre faena y faena. Recomendable consultar normas y tarifas en su web: ¡pardillos no! 


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Cócteles clandestinos

Las relaciones de pareja hay que regarlas con la adrenalina de lo prohibido de vez en cuando. Bobby's Free juega con esa ilusión, se viste de coctelería clandestina y propone una experiencia que le da un plus de morbo a su magnífica carta de cócteles. Este 'speakeasy' podría ser un bar camuflado en plena Ley Seca: el local se esconde detrás de una vieja barbería para 'gentlemen'. Si no habéis consultado el 'password' en sus redes sociales, no podréis entrar, y sería una lástima; sus cócteles de autor son tan buenos que probablemente vuestra Visa saldrá trasquilada de la barbería. ¿El hormigueo de beber en un lugar prohibido? Mmm, no tiene precio.


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Fiesta de la espuma

La gran cerdada. Pero qué bien sienta remojarse las cachas en una fiesta de la espuma, embadurnarse con el pringue, buscar esa carne húmeda a ciegas. En el templo rockero Dixi 724 de Poblenou saben que Sant Joan es desenfreno y viscosidad, por eso cada año preparan un torrente de espuma para la parroquia. ¿Hace siglos que habéis dejado el sentido del ridículo en la cuneta? Pues calzaos vuestras mejores chanclas y bañadores también, porque si acudís al mítico Bóveda (Roc Boronat, 33) vestidos como si fuerais a la piscina municipal, entraréis de 'gratelo'. Contra la crisis… ¡tangas! 


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Batalla de pistolas láser

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Fulminar con un pistolón láser a vuestros amigos y familiares. Buen plan para una verbena, ¿no? En Play-Point -imprescindible reservar-, podréis convertiros en gladiadores sanguinarios del Laser Tag. Unas copitas antes de entrar en acción y de cabeza a una batalla futurista sin cuartel en un escenario laberíntico que parece una mezcla entre Pont Aeri y 'Tron'. Armados con un escopetón láser y un chaleco galáctico con sensores que recuerda al del mítico programa 'Scavengers', os partiréis de la risa mientras aniquiláis, láser mediante, a todo bicho viviente que se cruce en vuestro camino. La mejor forma de empezar la noche y un reto por delante: superar el concepto guerra de láseres y cubatas en las 7 horas de fiesta que os quedan. 


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Petardeo 'deluxe'

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Petardeo, pero no a cualquier precio, que todavía tenemos cierta dignidad. Obligatorio acudir a un Razzmatazz tomado por la unión de cinco fiestas: Churros con Chocolate, Somoslas, Pop Air, La Rebujito y La Ká. Sobredosis de despiporre en todas sus variantes, más DJs que cubatas y una actuación de… ¡¿Ma-lena Gracia?! Por cierto, cerca del Razz está el after Puerto Hurraco Sisters (Taulat, 76): solo para kamikazes. La [2] de Nitsa también ha acertado para la noche de Sant Joan y ha puesto sobre la mesa argumentos de peso para una verbena: ni más ni menos que una regresión a los años 80 y un especial Alaska de toma pan y moja. ¿Hora de vuelta a casa? Y a quién le importa…


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Verbena satánica

Dos horas metidos en un manicomio. Un manicomio que hace que el mismísimo Arkham parezca un resort de vacaciones. Es lo que propone el 'Circo de los horrores' en su espectáculo de décimo aniversario: sustos a porrillo, horror, bilis, acrobacias tétricas, coreografías descoyuntadas, humor negro, seres deformes y enfermeras que se atraviesan la piel con agujas. Dado que el manicomio está en Port Vell, cuando termine el 'show' podéis subir paseando hasta el Raval profundo y mirar si el Kentucky está abierto. Si es así, entrad y disfrutaréis de otro espectáculo de terror solo superable a golpe de chupito guarro. ¡Feliz y satánica verbena! 


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Tacones lejanos

En el Gayxample, reina con guante de acero el veterano bar Átame. Dejad etiquetas, prejuicios y tonterías varias en la puerta, porque en este santuario de nombre almodovariano se masca el hedonismo y la 'joie de vivre' desde el minuto cero. Y también triunfan sus espectáculos de transformismo, famosos en todo el barrio. Me dicen desde las oficinas de Átame que es muy, pero que muy posible que la noche de Sant Joan la gran transformista-'vedette'-diva Patrick se encargue de desencajar mandíbulas con su transgresor espectáculo. ¿Quién necesita petardos cuando tiene 'petardeo' de semejante potencia? Llevad cuerda, por si lo del nombre del bar va en serio. 


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Cocas molonas

La coca de Sant Joan es tan o más imprescindible que las toneladas de alcohol que se consumen la noche del 23 de junio. Antes de salir de fiesta o para ahuyentar la resaca, sabéis que esta masa esponjosa y dulzona será vuestro salvavidas. Barcelona está plagada de pastelerías especializadas en la receta clásica, pero si queréis sabores offshore, me soplan que en Takashi Ochiai fabrican una coca de té verde que ha hecho explotar más de un cerebro. Me cuentan también que en Triticum preparan una de limón irresistible. Y otra trinchera experimental es Bocí: tiene cocas tan retadoras como la de mango, piña y coco, la de nueces, miel y mató o la de cereza. Don't imitate, innovate.