ESTOY EN PARÍS

Le Comptoir Général: un crucero con escalas en el patio trasero

Para llegar al nuevo bar secreto de París hay que atravesar un patio, un portón, un camino lleno de vegetación. Y aparece un barco

ANTIGUO ESTABLO Antes de haber un barco, aquí dormían los caballos de tiro que utilizaban las compañías de tranvía. Ahora es una especie de cueva de Alí Babá con cócteles.

ANTIGUO ESTABLO Antes de haber un barco, aquí dormían los caballos de tiro que utilizaban las compañías de tranvía. Ahora es una especie de cueva de Alí Babá con cócteles.

Eva Cantón

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En una ciudad como París, donde al sentarse en un bistró lo más normal es que uno esté apretujado junto a su vecino de mesa, encontrar un espacio de 600 metros cuadrados que te permita, además de beber y comer, viajar en el tiempo sin moverte del centro de la capital no deja de ser una sorpresa.

Esa es solo una de las múltiples posibilidades que ofrece Le Comptoir Général, un templo del exotismo que invita a la aventura en un decorado casi de película que mezcla un estilo colonial con los aires vintage.

Hay que ser un iniciado para acceder a este lugar alternativo que nació como fundación-museo para incubar proyectos sociales. Oculto en una especie de patio trasero, se tiene que atravesar un portón metálico y recorrer un camino tapizado de vegetación que transita entre los edificios que miran al Canal Saint Martin.

Una vez dentro, un pasillo largo y estrecho cubierto por una alfombra roja conduce a un gran salón de luz tenue donde es difícil enumerar todo lo que el ojo ve: flores tropicales, sofás añejos, plumas de aves exóticas, estanterías repletas de libros, objetos de coleccionista. Una suerte de cueva de Alí Babá.

Luego aparece, imponente, el barco, invitando a unirse a un periplo con escalas. Dependiendo de la programación anual del local, se puede salir de las islas del Caribe para poner rumbo a las antiguas colonias británicas de las Indias antes de terminar en las costas de Japón o emprender una expedición hacia el norte que culmine en Laponia.

Le Comptoir Général ofrece proyecciones, exposiciones, curiosidades y especialidades culinarias de las zonas geográficas que atraviesa el navío. Esta temporada apuesta por las rutas comerciales, las mercancías y las caravanas; exhibe productos insólitos, como en los puestos de un gran mercado de Oriente. Así que quien se acerque a tomar un café, una cerveza o un cóctel verá también cachivaches de cocina usados en platos típicos de África, Asia y Oceanía. En el restaurante, cada noche cambia el menú y los fines de semana conviene ir pronto para encontrar mesa y evitar las colas.

Antes de ser reconvertido por Secousse, una agencia artística comprometida con la cultura africana, el recinto albergó hacia 1900 los establos de los caballos de tiro usados por las compañías de tranvía y ómnibus. En esa época, la mayoría de las 55 caballerizas que tenía París estaban al borde del canal, para facilitar el suministro de forraje y la evacuación rápida en barcazas en caso de necesidad.