UNA IDEA QUE DESLUMBRÓ AL MUNDO DE LAS CARRERAS

Qatar vuelve a iluminarse este fin de semana para albergar el primer GP de motociclismo del año

"Es como correr de día", dice Rossi

Aspecto nocturno del trazado de Losail.

Aspecto nocturno del trazado de Losail.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
BARCELONA

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El emir de Qatar, los organizadores de su GP, los responsables de Dorna Sports, marcas, equipos y pilotos se propusieron ganarle la partida a la F-1 y, muy especialmente, a Bernie Ecclestone, que había pactado con Singapur la celebración de un gran premio nocturno antes que las motos. Qatar quiso ser el primero y lo logró a base de dinero. Construyeron un circuito de 5.380 metros, en pleno desierto, en poco más de un año y, después, lo iluminaron. Entre una y otra obra se gastaron 66 millones de euros.

El poder del dinero

Nasser Bin Khalifa Al-Attiyah, presidente de la federación qatarí y máximo responsable del GP de Qatar, carrera con la que este domingo se abre el Mundial de velocidad (TVE-1, 18.00 horas), viajó a Misano, en septiembre del 2007, para presentar su obra, desatando la admiración de todos los presentes. Eso sí, no pudo evitar la pregunta del millón de dólares: ¿cuánto ha costado la instalación? No hubo respuesta. Sí, hubo una respuesta casi de jeque: "Cómo son ustedes los europeos, siempre pensando en el dinero. ¿Qué importa cuánto ha costado? Solo es dinero".

A partir de ese momento, todo fueron elogios. Todo. Primero probaron la iluminación Loris Capirossi, Marco Melandri, James Toseland, Anthony West y Alex de Angelis. Lo hicieron con potentes motos de calle. Solo hubo una queja. "Tú mismo haces sombras en la frenada, al tumbarte en las curvas, y puedes confundirte", dijo Capirex. Lo arreglaremos, sentenció Khalifa Al-Attiyah. Y contrató a la compañía norteamericana Musco Lighting, especializada en iluminación de estadios de béisbol y fútbol americano, así como de circuitos como Indianápolis. Musco lo fabricó todo, incluso las torres de cemento en EEUU, y colocó 3.700 focos, a distintas alturas, a lo largo del trazado. Resultado: tanta potencia de luz como 70 campos de fútbol o 1.300 pistas de básquet.

"Bellísimo", dijo Capirex al correr ya sobre la pista con su Suzuki de GP. "Bestial", añadió Toseland. "Maravilloso y único", se sumó De Angelis. "Es como correr de día, ¡fantástico!", reconoció Valentino Rossi. "Los ojos se cansan algo más, pero vale la pena, es una pasada", afirmó Jorge Lorenzo.

Y así nació el Losail iluminado. Asfalto bajo una lluvia de haces de luz. Algo único. Poder y dinero.