ÚLTIMA SESIÓN DEL JUICIO CONTRA LA PROCESADA POR MATAR ANCIANAS

El abogado de Remedios Sánchez se rinde ante el alud de pruebas

La fiscala dice que la acusada "conocía, sabía y quería hacer todo lo que hizo"

MAYKA NAVARRO / J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Al final no habló. Remedios Sánchez, acusada de asesinar a tres ancianas e intentarlo con otras seis, renunció a su torno de palabra durante la última sesión del juicio que esta semana se ha celebrado en la Audiencia de Barcelona. Ahora solo falta que los jueces de la sala séptima, presidida por la magistrada Anna Ingelmo, dicten sentencia. A la vista de lo sucedido estos días se puede avanzar que la condena será dura. Y es que hasta el letrado defensor de la acusada, Jordi Colomines, asumió durante su última locución que "las pruebas son las que son" y solicitó la absolución de Remedios Sánchez, pero porque ella se lo había pedido.

Colomines reconoció que no ha podido defender a Remedios Sánchez. La defensa no ha aportado ni una sola prueba ni informe que escudara a la principal sospechosa. De ahí la falta de estrategia del letrado que sí tuvo el gesto de exculpar a su antecesor de toda responsabilidad en el pobre papel de la defensa. Y responsabilizó exclusivamente a la mujer por los casi dos años que se ha mantenido en silencio.

De nuevo, Remedios Sánchez sorprendió a los presentes en la sala con su estilismo. Para el último día eligió unas mediaslegginsnegras, de rejilla, con minifalda vaquera y la melena recogida en una cola muy alta. La mujer mantuvo su porte serio y, en algún momento, incluso desafiante. De hecho, miró a la cara a la fiscala cuando esta la acusó de ser una mujer "fría y calculadora" que "conocía, sabía y quería hacer lo que hizo". Tampoco parpadeó cuando la representante fiscal la acusó de actuar como "un depredador buscando a su pieza".

MANUSCRITO CON CRÍTICAS

Remedios Sánchez se quedó con las ganas de hablar. En la entrevista que ayer mantuvo con su letrado, le entregó una nueva carta manuscrita en la que critica con contundencia a todas las partes que de una manera u otra han participado en su proceso judicial. La acusada pretendía leer su escrito desde la tribuna en su turno de palabra. Pero su abogado la convenció de que, si mantenía su actitud de no reconocer los hechos, no pedir perdón y mo dar muestras de arrepentimiento, era mejor callar.

Calló y se llevó con ella cualquier explicación sobre por qué mató a las ancianas. Algunos familiares de las víctimas se sintieron decepcionados por la cobardía de la asesina. Sin nada que perder o ganar, les hubiera aliviado escuchar alguna cosa más de Remedios Sánchez.