'Queen & Slim' y otras 6 películas de parejas criminales

«Son jóvenes, están enamorados... y matan a gente», rezaba el eslogan promocional de 'Bonnie y Clyde' (1967). En otras palabras: romance y violencia, armas y glamur. Warren Beatty y Faye Dunaway en la piel de Clyde Barrow y Bonnie Parker, dos gángsteres icónicos que en los años 30 robaron, vaciaron sus pistolas y murieron salvajemente bajo una tormenta de balas. Un filme inolvidable que se convirtió en bandera de un subgénero genuinamente americano: las películas de amantes forajidos. Hay algo que nos resulta inherentemente romántico acerca de esas ficciones, y de observar a parejas que han dejado de seguir las normas sin dejarse molestar por las consecuencias para emprender un viaje a ninguna parte, a menudo regado de sangre, mientras la ley, sus enemigos o el destino tratan de darles caza. Tal vez sea porque a nosotros nos gustaría hacer lo mismo.

Desde que Fritz Lang dio origen al género con 'Solo se vive una vez' (1937), entre esos dúos criminales los ha habido víctimas de las circunstancias y psicópatas, ingenuos y cínicos, joviales y taciturnos. El que llega a la cartelera a bordo de 'Queen & Slim', en cambio, es símbolo político de una América en la que la desigualdad racial obliga a la gente decente a tomarse la justicia por su mano. Mientras vuelven a casa tras una primera cita, los jóvenes son detenidos por un policía blanco en busca de una excusa para ensañarse con los negros, y lo que sucede luego es la excusa perfecta para recordar a algunas de las parejas criminales más famosas del cine. 

1. Annie y Bart - 'El demonio de las armas' (1950)

Ambos adoran las armas, y eso aviva el amor entre ellos. Luego usan esas armas para causar estragos y pasarlo bien, hasta que todo se les tuerce. 'El demonio de las armas' es considerada una de las obras pioneras del género pese a que se distingue del grueso en algo esencial: si por lo general es el hombre quien atrae a la mujer al mundo criminal y la corrompe, aquí la relación funciona a la inversa; y eso es parte de lo que hace que la película sea tan divertida.

2. Bonnie y Clyde - 'Bonnie y Clyde' (1967)

La película que aseguró a Barrow y Parker un lugar en el panteón de la cultura pop -en parte gracias a ese final, uno de los más violentos de su tiempo-. La pareja se convirtió en estandarte de la floreciente contracultura, y por una juventud que vio en ellos un reflejo de sí misma y de futuro incierto -en una época, recordemos, marcada por la guerra fría y la amenaza nuclear-; Bonnie y Clyde eran gente mala pero, aun así, eran los héroes. 

3. Doc y Carol McCoy - 'La huida' (1972)

Esta película demuestra que la vida de las parejas fugitivas no resulta ni tan excitante ni tan romántica como los otros títulos de esta lista sugieren. Los McCoy no son gente amable ni carismática, y ni siquiera parecen gustarse, y ese es posiblemente el comportamiento más realista cuando hablamos de dos atracadores que han sido traicionados, y que se cuestionan constantemente si él la va a traicionar a ella, o ella a él. 

4. Kit y Holly - 'Malas tierras' (1973)

Chico conoce a chica, y entonces chico mata al padre de chica. De esta manera comienza esta obra maestra de Terrence Malick, que se inspira en el caso real de Charles Starkweather, que entre diciembre de 1957 y enero de 1958 mató a 11 personas mientras viajaba de Nebraska a Wyoming junto a su novia de 14 años, Caril Ann Fugate. ¿Su motivo? Se consideraba un rebelde, heredero de James Dean y Marlon Brando. 

5. Sailor y Lula - 'Corazón salvaje' (1990)

Este magnífico 'thriller' de David Lynch contempla a sus amantes protagonistas mientras pisan gas con destino a California. Y al hacerlo, violan la libertad condicional de Sailor, que se pasa el viaje diciendo que su chaqueta de piel de serpiente es un símbolo de su individualidad y de su fe en la libertad personal. Los persiguen un detective y los sicarios que la madre de Lula ha mandado para asesinar a su yerno.  

6. Mickey y Mallory - 'Asesinos natos' (1994)

Mickey y Mallory violan la ley sobre todo porque disfrutan haciéndolo, y porque se les da de maravilla, y deciden celebrar su amor matando al mayor número posible de gente. En cuanto llaman la atención de los medios de comunicación, los enamorados son entronizados como 'rockstars' por un público fascinado que no puede apartar la mirada del televisor. Mientras los contempla, la película funciona como sátira de nuestra problemática relación con la violencia.