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'1917' y el arte de narrar sin cortes

La nueva película de Sam Mendes, que ganó los Globos de Oro al mejor drama y dirección, se compone de un único plano-secuencia. Repasamos otras 7 películas que lograron una gesta narrativa similar

'1917', de Sam Mendes.

'1917', de Sam Mendes. / periodico

Nando Salvà

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Ahora que los efectos visuales generados por ordenador son capaces de casi todo, una de las pocas formas que les quedan a los directores para sorprender y deslumbrar son los planos-secuencia o, para entendernos, esas tomas sin cortes a menudo de larga duración que suelen combinar movimientos de cámara y sofisticados trabajos de coreografía o iluminación en el interior del ‘frame’. Un buen plano-secuencia permite sumergir al espectador en el universo de la película, y asimismo pueden usarlo como una herramienta efectiva para crear tensión dramática, dotar una escena de espectacularidad y, cómo no, demostrarnos de lo que son capaces.

Todas esas utilidades quedan en evidencia en '1917', que hoy llega a la cartelera tras sorprender en los Globos de oro con los premios al mejor drama y mejor director. 

Ambientada en plena primera guerra mundial, acompaña a dos jóvenes soldados británicos que viajan tras las líneas enemigas para entregar un mensaje que podría evitar un mortífero ataque contra cientos de compañeros, entre ellos el propio hermano de uno de ellos. El director Sam Mendes la ha concebido en su totalidad como una única y mastodóntica secuencia sin cortes aunque, eso sí, ha hecho trampa; en realidad se compone de una sucesión de planos largos cuidadosamente ensamblados los unos con los otros para parecer uno solo. Es, por otra parte, un truco común a buena parte de las películas que, a lo largo de la historia, han intentado contarnos su historia en algo parecido al tiempo real. A continuación repasamos algunas de ellas. 


1. La soga (1948)

1. La soga (1948)

‘Thriller’ psicológico sobre dos hombres que matan a alguien, esconden su cuerpo en un baúl de madera y luego organizan una cena que transcurre alrededor de él. Hitchcock no la filmó en un solo plano sino que necesitó 10, y aprovechó los movimientos de cámara por detrás de un personaje o una silla para esconder los cortes. Al parecer fue un rodaje muy tenso, en parte porque el equipo se movía de puntillas alrededor de la cámara para no hacer ruido y evitar así la repetición de tomas.


2. Timecode (2000)

2. Timecode (2000)

Narra simultáneamente cuatro historias -cada una en un cuadrante de la pantalla, y cada una con su propio sonido- sobre una serie de habitantes de Los Ángeles que confluyen en la filmación de una película; todas ellas transcurren en tiempo real a lo largo de 93 minutos, y fueron rodadas a la vez usando sendas cámaras VHS y, sí, sin cortes. El director Mike Figgis necesitó 15 intentos para completarlas.   


3. El arca rusa (2002)

3. El arca rusa (2002)

Cuando se habla del arte del plano-secuencia, 9 de cada 10 expertos coinciden en que este deslumbrante viaje onírico a través del museo Hermitage de San Petersburgo es la película a batir. A lo largo de 96 minutos que no contienen ni un solo corte, el director Aleksandr Sokurov nos pasea por 300 años de la historia rusa que interactúan entre sí a medida que unos 2.000 actores van cruzando los salones y pasillos de la apabullante pinacoteca. 


4. La casa muda (2010) y 5.La casa silenciosa (2012)

4.  La casa muda (2010)  y  5.La casa silenciosa (2012)

Tanto los responsables de la película uruguaya original como los de su ‘remake’ estadounidense aseguran haberlas rodado en un único plano-secuencia para capturar el terror de una mujer que trata de escapar de una vivienda quizás encantada. Sin embargo, se sospecha que al menos la primera de ellas posee cortes en el metraje. La cámara digital con la que fue filmada solo era capaz de grabar durante un máximo de 15 minutos seguidos. 


6. Birdman (2014)

6. Birdman (2014)

Para sumergir al espectador en el torturado espacio mental de un actor en horas bajas que intenta desesperadamente reivindicarse estrenando un montaje en Broadway, se compone de una serie de escenas rodadas sin cortes y montadas con el fin de generar la ilusión de que toda la película transcurre a lo largo de un único plano de dos horas. Entretanto, la cámara entra y sale frenéticamente de los camerinos del teatro, se desliza por pasillos y escaleras y, llegado el momento, hasta vuela por los aires.


7. Utøya. 22 de julio (2015)

7. Utøya. 22 de julio (2015)

El director Erik Poppe recordó el atentado terrorista del 2011 en Noruega recreándolo en tiempo real y a través de un plano-secuencia de hora y media durante el que la cámara permanecía pegada a una víctima -ficticia- del fascista Anders Breivik. El formato le permitió hacernos sentir físicamente lo que sentía su protagonista: la confusión, el terror, la tensión, la impaciencia, la incertidumbre, y hasta las sacudidas corporales que le provocan los cientos de disparos sonando a su alrededor.

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