PEQUEÑOS FORMATOS

'Les coses excepcionals': una lista de cosas extraordinarias

En este monólogo, Pau Roca nos lleva por una montaña rusa de emociones, risa, dolor, comedia, drama...

Pau Roca protagoniza el monólogo 'Les coses excepcionals'.

Pau Roca protagoniza el monólogo 'Les coses excepcionals'. / periodico

Aída Pallarès

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El helado. Las pelis de Kung-Fu. Que te dejen quedarte mirando la tele cuando ya ha pasado la hora de dormir. Nuestro protagonista tiene siete años y su madre está en el hospital porque se ha intentado suicidar. Por eso, decide hacer una lista. Una lista de cosas por las que vale la pena vivir. Las montañas rusas. Las cosas con rayas. Las guerras de agua. Una lista que, año tras año, irá ampliando. Y se dará cuenta de que, por mayor que sea, siempre necesitará razones para vivir. 

“La comedia más divertida que verá sobre la depresión”. Este fue el (muy acertado) titular de la crítica que publicó el diario ‘The Guardian’ de ‘Les coses excepcionals’, de Duncan Macmillan, en su estreno en Edimburgo. Un monólogo tierno y divertido sobre la depresión y el suicidio que nos obliga a echar una ojeada a nuestro alrededor. ¿Qué estaríamos dispuestos a hacer por las personas que queremos? ¿Qué formaría parte de nuestra lista? Los goles de Messi, leer antes de ir a dormir, un beso de buenas noches. 

La obra, que se pudo ver la temporada pasada en el Club Capitol, nos ha llegado de la mano de Sixto Paz. Una compañía que, para qué negarlo, parece haber encontrado la fórmula para conectar con los espectadores y captar nuevo público sin perder ni un ápice de calidad. Lo demostraron hace unos años con ‘Pulmons’ -otro maravilloso texto de Duncan Macmillan- y han vuelto a hacerlo hace poco y a ritmo de ‘twerking’ con ‘Así bailan las putas’. Aquí es el propio Pau Roca, director artístico de la compañía, el encargado de llevarnos por esta montaña rusa de emociones. De hacernos pasar, en un segundo y casi sin pestañear, de la comedia al drama. De la risa despreocupada y contagiosa al dolor en el pecho, el rostro congelado, la mirada cabizbaja.

Y lo hace desde el principio, sin tregua y contra viento y marea. Con una puesta en escena que, a pesar de ayudar a convertir la pieza en una experiencia colectiva y transformadora, también juega en su contra. ‘Les coses excepcionals’ es un texto participativo, una obra que -alerta, ‘spoiler’- hacemos entre todos. Olvidaos, por lo tanto, de la disposición tradicional: los espectadores nos sentamos indistintamente en el escenario o en la platea. Todo dependerá del sitio y, evidentemente, la hora a la que lleguemos. Punto dos: olvidaos, también, de estar a vuestra bola. Con suerte, solo os tocará leer uno de los puntos de lista, pero también os puede tocar interpretar un pequeño papel. Un consejo: por más tímido que seas, no tengas miedo. Déjate llevar. 

Así pues, Roca se pasa toda la obra yendo de arriba para abajo, subiendo y bajando, interpretando y siendo maestro de ceremonias. Y lo hace sin artificios, con naturalidad y controlando, en todo momento -pero sin que nos enteremos- las distintas emociones. Su interpretación rebosa humanidad. Y es justo ahí, sin tapujos, con los ojos medio llorosos y, aunque parezca un tópico, media sonrisa en los labios, cuando empezamos nuestra lista. Y el teatro, ahora sí, se torna necesario.