CINE

'Puñales por la espalda': pero ¿quién diablos lo hizo?

La divertidísima nueva película de Rian Johnson rinde tributo a las intrigas detectivescas de los 'whodunit'. Una macabra exquisitez

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Nando Salvà

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¿Por qué no se estrenan más ‘whodunits’? Recordemos: el término ‘whodunit’ es una contracción inglesa que en castellano vendría a traducirse como “¿quién lo hizo?”, y que se usa en referencia a esas ficciones en las que un colorido surtido de personajes altamente sospechosos se reúnen en una mansión remota, un viejo castillo o un tren de largo recorrido para enfrentarse a un cadáver y a la posibilidad de que al menos uno de ellos sea el asesino. 

Si ese tipo de películas ya no frecuentan la cartelera como solían, por supuesto, no es porque hayan dejado de interesar a los espectadores. El principal problema es que, desde que intrigas detectivescas típicamente ochenteras como ‘Se ha escrito un crimen’ y ‘Matlock’ se apoderaron de la pequeña pantalla para resolver semanalmente ese tipo de misterios –y sirvieron así de ejemplo para muchas otras que vinieron después–, se entendió que su presencia en el cine era redundante.

Puñales por la espalda’, el divertidísimo nuevo trabajo de Rian Johnson, deja claro que es hora de replantearse seriamente esa asunción. En él, un famoso escritor de relatos de misterio (Christopher Plummer) es hallado muerto en su habitación, degollado, justo la noche de su 85º cumpleaños. Todo apunta a que se trata de un suicidio, hasta que un excéntrico investigador privado (Daniel Craig) llega a la suntuosa propiedad del muerto para entrevistar a sus parientes, una patulea de individuos pijos, caprichosos y siniestros con sendos motivos para desear el óbito del patriarca. Como es de rigor en este tipo de películas, el plantel de sospechosos está interpretado por un reparto de lujo, que en este caso integran Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Toni Collette, Chris Evans, Michael Shannon y Ana de Armas.   

De Christie a Tarantino

De Christie a TarantinoMientras nos los presenta a todos, Johnson no solo delinea con detalle la arquitectura de la casa, sino que también reconstruye la fiesta de aniversario previa al asesinato y nos introduce en toda una inquietante historia familiar. Sin embargo, una vez ha dispuesto la totalidad de las piezas sobre el tablero, el director da un golpe sobre la mesa para hacerlas caer y juguetear así con las convenciones del género al que rinde tributo. El resultado, decimos, es una macabra exquisitez.     

Asociado principalmente a la saga ‘Star Wars’ desde que dirigió ‘Los últimos Jedi’ (2017) –una de sus estregas más divisivas y quizá la mejor–, Johnson en todo caso siempre ha confesado ser un amante de los relatos de sabuesos; de hecho empezó su carrera con uno, ‘Brick’ (2005), que ya daba un giro a los arquetipos de este tipo de narraciones.

Para escribir ‘Puñales por la espalda’ reconoce haberse inspirado en las novelas de Agatha Christie y sus adaptaciones cinematográficas, en especial tres de las protagonizadas por el cerebro belga Hércules Poirot: ‘Asesinato en el Orient Express’ (1974), ‘Muerte en el Nilo’ (1978) y ‘Muerte bajo el sol’ (1982). Más exactamente, eso sí, la nueva película trata de ser un híbrido de los misterios de Christie con los ‘thrillers’ de Alfred Hitchcock. (Un inciso: Hitchcock odiaba los ‘whodunits’. En su opinión, se basan en uno de los trucos narrativos más facilones que existen: la sorpresa final). 

Giros argumentales

Giros  argumentalesPero las influencias de ‘Puñales por la espalda’ van más allá. Entre ellas Johnson cita intrigas con una sensibilidad definitivamente posmoderna como ‘El fin de Sheila’ (1973) y ‘La trampa de la muerte’ (1982) y, cómo no, títulos que en su día se lo pasaron en grande parodiando con sofisticación los clichés detectivescos, como ‘Un cadáver a los postres’ (1976) y ‘Cluedo’ (1985).

Sí, todas esas películas tienen más de 30 años, pero que eso no lleve a nadie a engaño: gracias a su modo de abordar asuntos como la conciencia de clase y el trato a los inmigrantes mientras nos somete a una sucesión de giros argumentales, ‘Puñales por la espalda’ se revela como una afilada crítica a la América de Trump, y así nos demuestra que asociar los ‘whodunits’ a épocas pasadas es una mera señal de miopía; que, dicho de otro modo, no tiene demasiado sentido que solo un puñado de ellos –‘Gosford Park’ (2001), ‘Los odiosos ocho’ (2015), el ‘remake’ ‘Asesinato en el Orient Express’ (2017)- hayan llegado a la gran pantalla en lo que llevamos de siglo. No hay más que sentarse frente a ‘Puñales por la espalda’ para comprender todo lo que podemos estar perdiéndonos.

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