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'Barbes de balena': ¿quién es Dolors Aleu?

'Barbes de balena' reivindica sin 'panfletear' la historia de las mujeres

Barbes de balena

Barbes de balena / periodico

Aída Pallarés

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El pecho aplastado, vestida como un chico y acompañada de dos escoltas. Así entró Dolors Aleu en la facultad de Medicina. Corría el año 1874, la monarquía española acababa de restablecerse y era impensable que una mujer estudiase medicina. Una carrera reservada íntegramente a los hombres. Pero Aleu lo consiguió. Vivió una auténtica odisea, pero en 1882 se convirtió en la primera mujer licenciada en medicina del estado español. Poco después presentó su tesis doctoral y una década más tarde, desde su consulta situada en la Rambla de Catalunya, luchó para erradicar los corsés. Esa prenda de ropa que perfilaba y deformaba el cuerpo de las mujeres. También atendió a señoras burguesas que llevaban años con dolencias ginecológicas, prostitutas, madres solteras y mujeres pobres del barrio chino. Feminismo avant la lettre.

La vida de Dolors Aleu es, precisamente, el punto de partida de Barbes de balena. El espectáculo, escrito por Anna Maria Ricart y dirigido por Mònica Bofill, se estrenó hace un par de años y se convirtió, rápidamente en un pequeño éxito. Uno de  esos montajes que te dejan con un nudo en la garganta, que consigue emocionarnos a todos y que te entren ganas de llamar a tu madre. ¿La razón? Barbes de balena es, también, la historia de nuestras abuelas y bisabuelas. Esas mujeres que lo sacrificaron todo, que lucharon contra viento y marea, que tuvieron que dejar aparcados sus sueños porque no tocaba, porque no era el momento, porque, ¡qué barbaridad! ¿dónde se ha visto a una mujer con carrera? Venga, tira para la cocina que el niño quiere comer. 

Ricart y Bofill –dos grandes nombres de la escena catalana que reivindicamos muy poco– han creado un espectáculo multidisciplinar que, a partir de texto, música en directo y movimiento, traza un vertiginoso paralelismo entre dos épocas. Un puzle que Bofill ha sabido convertir en una delicada y ágil pieza que se mueve a medio camino entre el cabaret musical y el teatro político. Un montaje reivindicativo y poético que nos recuerda que los corsés aún no han desaparecido. Son menos visibles y están profundamente integrados, pero siguen ahí.

Barbes de balena es, pues, una pieza de orfebrería que reivindica, sin panfletear, la historia de las mujeres y apuesta por la recuperación de la memoria colectiva. Desde la honestidad y la ternura. Desde la necesidad de encontrar respuestas a un sinfín de preguntas que probablemente deberían preocuparnos a todos. ¿Por qué no conocíamos la figura de la doctora Dolors Aleu? ¿Ha cambiado la sociedad que ella tanto criticaba o solo la hemos maquillado de modernidad? ¿Qué corsés oprimen a las mujeres de hoy en día? Tacones, sujetadores push up, falsas dietas milagro.

Se apagan las luces, agarras el pañuelo y te secas las lágrimas. Eres incapaz de aplaudir pero quieres hacerlo. Necesitas hacerlo. Entre risas y canciones, Barbes de balena ha dado en el clavo. Y solo piensas en ella, que dedicó su vida a los demás y nunca tuvo una habitación propia. Abuela, va por ti.