CINE

'Sombra': matando bajo la lluvia

Zhang Yimou se sitúa en la China de hace 18 siglos para narrar traiciones palaciegas y orquestar deslumbrantes escenas de acción

sombra

sombra / periodico

Nando Salvà

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En 'Sombra', su 21ª película, Zhang Yimou combina varias de las habilidades que ha acumulado a lo largo de su carrera. El chino se dio a conocer hace tres décadas con intensos dramas de época como 'Ju Dou' (1990) y 'La linterna roja' (1991), y posteriormente gozó de su mayor éxito comercial gracias a espectáculos de artes marciales como 'Hero' (2002) y 'La casa de las dagas voladoras' (2004). 'Sombra', decimos, equilibra su talento para el intimismo con su habilidad a la hora de diseñar suntuosas secuencias de acción para ofrecer un relato que a la vez es una recreación histórica, una intriga política, una historia de amor trágica y un wuxia absolutamente deslumbrante.

La narración transcurre en el siglo III, durante la época de los Tres Reinos, y se centra en Yu, brillante comandante militar del Reino de Pei. Dañado tras los años batalla, Yu se hace suplantar en público por un hombre idéntico a él, Jing; solo su esposa Madam conoce el engaño. El joven rey busca la paz con un gobierno vecino que ha ocupado una de sus ciudades, pero Yu está decidido a recuperar el territorio por medios violentos, y decide usar a Jing con ese propósito.

Es una peripecia argumental compleja, llena de nudos y giros argumentales. Durante una primera hora de metraje en la que no hay rastro de escenas de acción, Zhang teje hábilmente un tapiz de relaciones basado en la ofuscación, introduciendo en la trama personajes cuyo propósito es difícil de identificar.

Inspiración en técnicas de pintura china con tinta

Mientras lo hace, la turbiedad moral que impera en el relato tiene un reflejo directo en la estética de la película. Inspirado por las técnicas chinas de pintura con tinta, Zhang ha diseñado un universo en el que llueve constantemente y en el que la paleta de colores está compuesta casi exclusivamente de tonos de negro, blanco y gris. Las únicas excepciones en ese sentido son la piel de color carne de los personajes y los chorros rojos que salpican la pantalla en cuanto la sangre empieza a correr.

A este último respecto conviene matizar que las armas más letales en las secuencias de combate de 'Sombra' no son las espadas ni las flechas, sino... los paraguas. Zhang hace un uso deliciosamente creativo de ese objeto en apariencia inofensivo, y el resultado son algunas de las secuencias de batalla más impresionantes que se recuerdan. Cierto que en última instancia 'Sombra' acaba siendo mucho más memorable por su forma que por su fondo pero, considerando la majestuosidad de dicha forma, eso no es necesariamente algo malo.

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