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Sala Parés: la modernidad de París, en Barcelona

La Parés reúne a los artistas de la galería que, a finales del XVIII y primera mitad del XX, viajaron a la capital francesa e importaron sus avances pictóricos a las paredes de la sala. Están todos, de Nonell a Casas

Sala Parés

Sala Parés / periodico

Natàlia Farré

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A finales del XVIII y principios del XIX, la capital del arte era París, y allí dirigieron sus pasos muchos de los artistas catalanes. Unos con más suerte que otros. Así, los hubo que cosecharon fortuna crítica durante su estancia francesa y volvieron tocados por el éxito, como Josep de Togores. Y los hubo, como Isidre Nonell, que fracasaron en aceptación. Las vivencias tampoco fueron iguales. Ramon Casas y Santiago Rusiñol, dos burgueses de pro, vivieron la vida bohemia en la capital del Sena sin muchas carencias; en cambio, Hermen Anglada i Camarasa pasó penurias.

Pero todos, los unos y los otros, importaron la modernidad pictórica a través de la Sala Parés, la galería decana de la ciudad y del país, que los expuso y que ahora recuerda esos momentos en 'París en Parés'.

Hasta 1957

Una exposición que reúne experiencias, artistas y estilos que recorrieron el mundo del arte catalán desde las tres últimas décadas del siglo XVIII hasta 1957. La fecha final no es arbitraria sino que responde a un juego con sentido opuesto al título de la muestra. Ya que en diciembre de 1956 y enero de 1957, la Sala Parés expuso por primera vez a sus artistas catalanes en París. Lo hizo a lo grande: con éxito de crítica y público. Tanto que por la muestra, 'Onze peintres catalans d’aujourd’hui', pasó todo el 'who is who' de entonces, desde Gloria Swanson hasta Ingrid Bergman. Hasta el prólogo del catálogo lo firmó Jean Cocteau. 

Ramon Martí Alsina abre la exposición con 'Boulevard de Clichy', "Una joya, una vista de París maravillosa y una de sus mejores obras", a juicio de Sergio Fuentes, comisario de la muestra. Además, el cuadro tiene anécdota: fue vendido en la Parés.

Simó Gomez, un artista con talento pero sin suerte

A su lado luce otra pieza con historia: 'Terzetto', un óleo ejecutado por uno de los artistas más desafortunados del momento: Simó Gómez. No careció de talento pero sí de suerte. En París se codeó con los mejores de la pintura pompier francesa, Alexandre Cabanel y Jean-León Gérôme, pero no triunfó pese a los esfuerzos de sus amigos para que Isabel II lo becara. Y su nombre no figura entre los más conocidos del arte catalán pese al buen funcionamiento de su taller del Poble Sec. Murió joven y la Sala Parés le dedicó una muestra homenaje en la que este cuadro debía estar pero no llegó a tiempo desde Londres. Ahora, más de un siglo después, lo hace. 

La historia de Isidre Nonell no es mucho más alegre de inicio aunque su final es más afortunado. Pese a su poco reconocimiento parisino y el fracaso de sus monográficas en la Parés (en 1902 y 1903 expuso sus gitanas provocando la ira de críticos, clientes y del propio galerista), acabó triunfando a partir de la segunda década del XX. La pieza que luce en la exposición, 'Étude. Gitana', fue una de las vilipendiadas en las muestras citadas.

Todo esto y más, hasta el 5 de febrero en la Sala Parés

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