DANZA CON TACTO

'La piel vacía', bailarines que te dejan con la boca abierta

La coreógrafa Paloma Muñoz estrena esta galardonada pieza en el Sant Andreu Teatre con su compañía, Siberia

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Núria Martorell

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Los motivos para que Paloma Muñoz elijiera el nombre de Siberia para su compañía hay que buscarlos en... Extremadura (su lugar de origen). "Siberia es el nombre que escogí para firmar mis proyectos coreográficos. Siberia es una comarca de Extremadura, un paisaje esencial, austero, casi metafísico, en el que nada sobra y todo parece estar en el lugar correcto. Un viaje sin palabras hacia el interior. Siberia es también un refugio donde inventar, divagar, rodear, sortear, dibujar, una hoja en blanco donde todo puede ocurrir, donde todo esta por venir", aclara la bailarina y coreógrafa de Badajoz.

Desde hace casi 18 años, Paloma vive y baila en Barcelona. "Y siempre que surgía una oportunidad para inventar y llevar mis ideas a escena, la he aprovechado. Fue a partir del 2010 que puse más atención a la creación y cuando empecé, precisamente, a firmar como Siberia. Me gusta afrontar los proyectos en equipo: en la compañía hay cada vez más personas diferentes que son parte esencial en la creación".

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Para 'La piel vacía', concreta, "el equipo lo integran nueve personas". "Hemos ido desarrollando la pieza durante un año. Algunas bailarinas van y vienen según sus otros compromisos profesionales, así que son artistas 'freelance'". La obra se estrena en el Sant Andreu Teatre (SAT), este fin de semana.

RETAHÍLA DE PREGUNTAS

Sobre el sugerente nombre de la obra, explica que "alude a eso que no podemos nombrar, que no sabemos qué es, que está bajo la piel y la traspasa, que supera y desborda la barrera de lo material y lo físico. ¿Qué hay además de este cuerpo y de esta forma? ¿Cómo habito esta piel? ¿Cómo bailo dentro de esta forma?¿Cómo la traspaso? ¿Qué dice la danza (y sus formas) por sí mismas?", se pregunta la inquieta coreógrafa.

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Toda la pieza está pensada "para ser recibida por un canal sensorial, la iluminación, el vestuario, el sonido y el movimiento crean imágenes, texturas, sensaciones que constituyen el propio discurso de la obra". "'La piel vacía' es un viaje sensorial -insite-. Y el espacio sonoro de la pieza se crea en directo. Guillem Llotge, nuestro técnico y artista sonoro, recoge mediante microfonía todos los sonidos que producen las bailarinas, lo interviene en directo y lo vuelve a lanzar al escenario. Está constantemente interactuando con la coreografía. También es importante el potencial sonoro del vestuario de látex diseñado por Laura Diéguez".

Paloma Muñoz adelanta que la pieza " va viajando hacia el interior de las formas, el interior de la piel, en una búsqueda hacia lo más instintivo y sensitivo. Hacia un instante de belleza, de plenitud". Su primer objetivo, relata, era que "las artistas bailaran de forma increíble, crear un momento de belleza". "Comencé a preguntarme qué es lo que desprenden los bailarines que te dejan  con la boca abierta. Qué es ese desbordar de la forma. Qué emanan. Y en el intervalo entre realizar una forma y habitarla está toda la obra", añade.

Durante una de las fases de trabajo le pilló en pleno 'boom' de la serie 'Westworld'. "Me fascinaba la capacidad de los actores de entrar y salir de esos cuerpos. De habitarlos o convertirlos en cáscara bajo la consigna: análisis, fugarse, evadirse de la forma, del contenedor".

RECONOCIMIENTOS VARIOS

Una versión de 15 minutos de 'La piel vacía' fue finalista del Premi de Dansa del Institut del Teatre 2016. Además, la pieza fue galardonada con el tercer premio en el Copenhagen International Choreography Competition y resultó seleccionada entre más de 250 piezas para participar en el Certamen Coreográfico 10 Sentidos en Valencia.

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A raíz de esta coreografía, surgió el proyecto EMPTY, un videodanza publicado en la prestigiosa web Nowness. Actualmente está siendo proyectado en festivales como In-Motion Chicago Dance Film Festival y Tiny Dance Film Festival San Francisco, y exhibido en varios certámenes de videodanza.

Sobre sus próximos proyectos, Paloma avisa que lo primero es este estreno del SAT "y poder dejar la pieza lista para representarse en otros teatros y festivales". "La idea es seguir trabajando con el mismo equipo y darle continuidad".

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Por otro lado, explica que ha empezado "un proyecto de investigación para realizar un solo que se llama 'La Jamalara de la Tratano' y que ha sido acogido en residencia por La Caldera, una de las fábricas de creación de Barcelona". "Estoy con muchas ganas de ponerme a bailar a lo bestia en una sala de ensayo -ríe-. Con 'La piel vacía' me he dedicado más a coordinar y dirigir al equipo y ahora me apetece volver al cuerpo y a la escena, a pisarla, a romperla".