EXPOSICIÓN

La faceta desconocida de Le Corbusier

Por muy conocido y venerado que sea por sus aportaciones en arquitectura, el suizo también tiene un capítulo en la historia del arte como pintor

`TAUREAU¿ (1960)

`TAUREAU¿ (1960) / periodico

Natàlia Farré

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TODO EL MUNDO conoce a Le Corbusier. Pero no todo el mundo sabe que el nombre es un alias –en realidad se llamaba Charles-Edouard Jeanneret– y no todo el mundo conoce sus múltiples facetas.

Para muchos Le Corbusier es sinónimo de arquitectura. Punto. Pero los planos y las maquetas no ocuparon toda su vida, ni mucho menos. El suizo fue también urbanista, inventor, diseñador, filósofo, escritor, poeta, agitador, polemista, promotor y pintor. Y de los buenos. Justo a ese último aspecto le dedica una muestra la Galeria Marc Domènech (Pasaje Mercader, 12).

Un conjunto de 20 piezas entre dibujos, collages y óleos que recorren toda la trayectoria de Le Corbusier con el pincel, y que son «pequeñas joyas». Pero la exposición no se limita a agrupar obras con la misma firma, sino que las piezas responden a un discurso: las mutaciones figurativas en su trabajo, como las naturalezas muertas se convierten en figuras que luego acaban siendo mujeres para fundirse en la imagen del toro.

O viceversa. De ahí el nombre de la muestra, Mutaciones figurativas, y de ahí una de las piezas, Taureau, de una serie de 1960 dedicada al minotauro, criatura totémica con cualidades antropomórficas con la que dio de bruces al poner vertical una naturaleza horizontal de los años 20.