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'Estiu 1993': bajo al sol hay algo oscuro

Tras recoger numerosos premios en festivales como Berlín y Málaga, llega a los cines la ópera prima autobiográfica de la badalonesa Carla Simón

'Estiu 1993', ópera prima de Carla Simón

'Estiu 1993', ópera prima de Carla Simón

NANDO SALVÀ

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La de Carla Simón no fue una infancia como las demás. Cuando tenía seis años su madre murió a causa del sida -la misma enfermedad que antes ya se había llevado a su padre- y la niña se fue a vivir a La Garrotxa con sus tíos, que a partir de entonces se convirtieron en sus nuevos padres. El complicado proceso de adaptación a esa nueva vida es algo que sucedió hace tanto y de lo que ha hablado tantas veces que, asegura, con el tiempo fue convirtiéndose en su cabeza en algo parecido a un cuento.

En todo caso, eso no impide que, ahora, la ópera prima de la badalonesa tras la cámara derroche el tipo de emotividad e intimismo que solo crecen en el territorio de las memorias más personales. Y mientras lo hace esquiva el recurso al sentimentalismo y la nostalgia tan habituales en el cine que recolecta recuerdos de infancia. Por ella ha ganado en los festivales de Berlín y Málaga.

'Estiu 1993' traza con sutileza y precisión la confusión emocional de Frida (Laia Artigas), una niña incapaz de procesar su trauma y de verbalizar su dolor.

La acompañamos mientras contempla precavida su nuevo entorno, mientras descubre con dolor que inevitablemente pasará un tiempo antes de que llegue a ser miembro de pleno derecho del nuevo núcleo familiar, mientras sufre desconcertada las reacciones de pánico que la sombra del virus causa en la comunidad local.

La palabra sida nunca se menciona ante Frida. Ni sus abuelos ni sus tíos. Nadie parece saber de qué murió su madre. Eres muy joven para entenderlo, le dicen con la mirada. Ya te enterarás en su momento. Y la niña caza de pasada conversaciones sobre su propio futuro que tienen lugar en la habitación de al lado, o al teléfono en forma de murmullos, o alrededor de la mesa bajo la que se esconde. No entiende nada, y por eso de vez en cuando su conducta sea tan inquietante.

LOS TERRORES DE LOS NIÑOS

Dicho de otro modo, 'Estiu 1993' es una historia de mocosos que comen polos de limón y trepan árboles y chapotean en la piscina pero en ningún caso es una película infantil. Más bien es cine de terror o, al menos, de los terrores que los adultos causan a los niños cuando deciden tenerlos pese a no ser capaces de garantizar que siempre estarán ahí para cuidar de ellos o cuando, a la hora de tomar decisiones sobre su custodia y su educación, anteponen egoísmos personales o cuando, simplemente, se olvidan de que los niños también son personas.

Frida, en todo caso, no tiene nada que temer. Con el tiempo se acostumbrará a su extraña situación. Y quizás un día incluso dirija una magnífica película sobre ella misma.

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