CINE

Razones para amar a Alien

Con ocasión del estreno de la precuela 'Alien: Covenant' explicamos por qué sigue triunfando este fenómeno 40 años después

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NANDO SALVÀ

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Película, libros y videojuegos siguen tomando préstamos de ella; sus temas y su imaginería son objeto de ensayos académicos; las pesadillas de chavales y adultos habrían sido mucho más aburridas de no ser por esta serie de películas que el director Ridley Scott inició con 'Alien: el octavo pasajero' (1979) y que ha ido extendiéndose con tres secuelas oficiales, dos 'crossovers' y una historia de origen, 'Prometheus' (2012). Eso de momento. Los fans, es cierto, coinciden en que ninguna de las películas posteriores a 'Aliens: el regreso' (1986) ha satisfecho las expectativas. ¿Lo hará 'Alien: Covenant', la precuela que el viernes se estrena en medio mundo? Da lo mismo: la influencia de la saga seguirá siendo abrumadora. Por estos motivos.

NUEVAS FORMAS DE NARRAR

Un monstruo extraterrestre se cuela en una nave espacial para aniquilar a una tripulación humana. La premisa ya no era nueva en 1979; la habían utilizado títulos de serie B de los años 50 como 'El terror del más allá' (1958). Pero 'El octavo pasajero' fue pionera usando esa premisa para mezclar la ciencia-ficción y el terror visceral, construyendo tensión de forma lenta y sostenida durante su primera parte para poder impactar con más contundencia al espectador en la segunda, trepidante y aterradora. Y, siete años después, 'Aliens' volvió a romper moldes: actualizando el esquema argumental de su predecesora -reducidas a una sinopsis, todas las entregas de la saga son más o menos iguales-, revolucionó los estándares y los arquetipos del cine de acción.

Los miembros de la tripulación de 'El octavo pasajero' no eran astronautas de punta en blanco ni guerreros Jedi sino gente harta de sus condiciones laborales y vestida con zapatillas deportivas, gorras de béisbol y camisas hawaianas. La nave a bordo de la que viajaban, Nostromo, era un puñado de pernos volante, lleno de cuadros de mandos manchados con marcas de tazas de café y fotos de mujeres desnudas en las paredes. Esa mundanidad, adoptada por las entregas siguientes de la saga y por tantas películas de ciencia-ficción posteriores, ha sido un elemento esencial de la mística de 'Alien'.

UNA HEROÍNA PIONERA

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Heroína absoluta de la saga, la teniente Ripley (Sigourney Weaver), encarnó un cambio crucial en el modo en que las mujeres eran retratadas en las películas de terror y ciencia-ficción. Fría como el acero, dura como el granito, sin ella 'Resident Evil' y 'Kill Bill' y otros actioners protagonizados por mujeres probablemente estarían protagonizados por hombres. De hecho, Ripley nació originalmente como un personaje masculino.

UNA CRIATURA IMPLACABLE

El monstruo, bestia xenomorfa, fue creado por HR Giger, digno sucesor de Goya y Brueghel. Inspirándose en el surrealismo y la psicología, el artista suizo creó una iconografía llena de partes corporales y órganos sexuales y paisajes abisales en los que la línea entre hombre y máquina se difumina. Mundos futuristas pero enraizados en miedos atávicos, y tan eróticos y seductores como repugnantes.

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Giger, dicho de otro modo, cambió el modo en que Hollywood retrataba a los extraterrestres. No más fulanos embutidos en trajes de goma o cubiertos de pelo. El 'Xenomorfo' quizá fue el primer extraterrestre que realmente parecía extraterrestre, gracias a ese brillo metálico y viscoso, a ese cuerpo esquelético adornado de algo parecido a válvulas, a esa boca llena de dientes escondida dentro de otra boca y a esa cabeza inconfundiblemente fálica que carece de ojos -y sin ojos no hay emociones ni empatía-. "Su perfección estructural sólo está igualada por su hostilidad", lo definían en 'El octavo pasajero'. "Es un superviviente al que no afectan la consciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad". Aquel bicho, pues, no era un villano, solo alguien dispuesto a hacer lo que sea para protegerse. Justo igual que Ripley. Al final de la saga, se había convertido en otra cosa: una distorsión biomecánica de nosotros mismos y nuestros miedos.

UN MÉTODO A SEGUIR

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¿Cuántas películas han sido influenciadas por la saga 'Alien'? Imposible contarlas. La premisa argumental fue copiada por títulos como 'Pitch Black' (2000) o la reciente 'Life' (2017); el 'Xenomorfo' es el espejo en el que se miró la bestia de la saga 'Depredador' -es lógico que ambas criaturas se vieran las caras en 'Alien vs. Predator' (2004) y su secuela-; y esa escena mítica de 'El octavo pasajero' en la que el bebé alien surge ensangrentado del pecho de John Hurt es un momento seminal del 'body horror' que influyó a John Carpenter -en 'La cosa' (1982)- y a David Cronenberg -en 'Videodrome (1983) y 'La mosca' (1986)-.  El universo de 'Alien' es, a estas alturas, un pilar de la cultura popular. Y lo seguirá siendo: recientemente, Ridley Scott afirmó que podría rodar hasta seis entregas de la saga más. 

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