MÁS QUE RETRATOS

El hombre escrito

Carles Mercader ha fotografiado a grandes escritores, pero ha sido en los ninguneados donde ha hallado la poesía del alma desnuda. La muestra en 'Mu', un libro lleno de luchadores

Carles Mercader--fotos Mu

Carles Mercader--fotos Mu / periodico

Gabi Martínez

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«Sobre todo me interesa cómo el mundo oriental influye hoy en el occidental», dice Carles Mercader, a quien la exigente editorial alemana Dienatch le ha publicado un libro de fotografías con una encuadernación delicada que incluye un 'piercing' real ensartado en el lomo. Esa portada resume su trabajo y su carácter muy bien, como podrá comprobar cualquiera que se asome a la librería Malpaso el próximo martes, 21 de febrero, para asistir a la presentación conducida por la poeta Miriam Reyes de un libro titulado con el kanji que en japonés se pronuncia 'mu' y significa 'la nada' o 'el vacío'.

'Mu' reúne imágenes tomadas en tres continentes, y todos los espacios confluyen en esa atmósfera compartida, tan dura como entrañable, distintiva de un fotógrafo que también escribe poesía. Al fin y al cabo, el poema es su ámbito, su lenguaje, por algo lleva la palabra tatuada en un bíceps. Poesía que ofrece en blanco y negro apuntando a rebeldes, marginados y gente anónima tanto del Extremo Oriente como de Europa y el norte de África. «Quiero poner en primera línea a personas que suelen ser ninguneadas o menospreciadas. Incluyo a poetas, escritores, transexuales y otra gente de mal vivir [ríe]. Gente que mantiene una lucha diaria por ser como es».

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La propia Reyes, José Luis Piquero o Eva Vaz son poetas que le inspiran, además de narradores como Eduard MárquezSherman Alexie Barry Gifford. Y es que sigue leyendo a destajo, que antes de fotógrafo fue librero –además de trabajar en una gasolinera o en un túnel de lavado de coches–. Por eso, a los 26 años, cuando pensó en un modo de acercarse a los autores que le gustaban, decidió amortizar las clases de foto y revelado que de niño le había impartido un vecino.

Ha trabajado para editoriales como Anagrama, Columna o Alfaguara. «Fotografié a gente como Paul AusterAmélie NothombMartin Amis... pero el encuentro con ellos era superficial. En general necesito más tiempo para lograr lo que busco». Busca que los retratados se desnuden, de alguna forma.

–Hay muchos dormitorios en tu obra.

–Es el espacio del encuentro sexual y la compañía. De la plenitud. Un lugar en el que cerrar los ojos y descansar sin miedo. También el espacio donde la soledad se vive de forma más angustiosa.

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Entre los que han visto sus retratos –aunque no sea el único arte que domina– una pregunta habitual es: ¿cómo ha conseguido esa imagen? «Por la Rolleiflex» forma parte de la respuesta. La Rolleiflex es una cámara de corte antiguo que convence a la gente de estar siendo interpelada por un profesional, al que da su confianza.

Ahora, Carles estudia Oriente para explicarse a sí mismo, y a Occidente. Tras Pekín, Tokio y Seúl, prevé continuar en metrópolis como Taipei o Singapur. ¿Conclusiones actuales? «PekínTokio Seúl son ciudades de medida sobrehumana donde la modernidad está arrasando antiguas estructuras urbanas y mentales. Las tres están abocadas a convertirse en la misma ciudad globalizada». En ellas ha buscando a bastantes tatuadores. Uno de ellos grabó 'MU' en su piel. Tiene once tatuajes. «Son una manera de esconderme e inventarme. También una manera de llevar a cuestas una pequeña biblioteca portátil de poemas, recuerdos y sueños».