De fiesta por el barrio

Nueva ruta de bares por Barcelona: esta noche se sale por Sants

Lo mismo puedes enrolarte en un bingo musical que aprender a pinchar, apoyar causas justas desde una barra o perrear hasta la madrugada

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demo club.jpg / Instagram

Albert Fernández

Albert Fernández

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Hoy no te apetecen decorados: quieres verdadero meollo. Lejos quedan las playas atestadas, los cócteles desorbitados o las mareas turísticas del centro, con sus calles gentrificadas y el tufo moderno de los bares de moda. Apuras la última calada y lanzas el humo al cielo caprichoso mientras envías un whats fugaz a tu bestie. Esta noche se sale por Sants.

Tu colega llega tarde, pero tanto da. Aquí siempre pasan cosas, no importa la compañía. Al sur de la ciudad, el distrito Sants-Montjuïc representa una amalgama urbanística de historia y percepciones, inervada por un latido propio. En esta encrucijada de barrios y vecinos los bares de moda son bares de toda la vida, simplemente habitados por nuevas gentes. Sants es un hervidero de actividad cultural, fiestas populares y vida social auténtica. Aquí no verás palmeras arrugándose sobre el litoral o iaios haciéndose selfis frente al Mercat d’Hostafrancs, pero la brisa nerviosa del tráfico en Carretera de Sants invita a moverse y explorar posibilidades. 

Has llegado pronto y con ganas de aprender. Así que decides acercarte al nuevo lugar de encuentro cultural y artístico del barrio, La Demo Club (Sant Baltasar, 11). Después de las proyecciones te tomas algo con Sol y Renata. Las mentes pensantes tras La Demo abundan en su intención de generar redes y dar a conocer la obra de artistas de distintas disciplinas. La amplia mirada de su propuesta acoge ciclos de cine, lecturas, exposiciones, más workshops de costura y fotografía, entre otros. De cara al verano planean talleres de textil por Barcadoro Upcycled y de editorial por Ninja Papel Ediciones, a los que se unirán mercadillos, talleres de iniciación Dj, proyecciones, y tatuajes sin cita previa.

Agenda cultural inquieta

Vaya, se hace tarde y también quería ver lo que se cuece en el otro gran espacio cooperativo del barrio, La Deskomunal. Esta antigua nave industrial que acogía una fábrica de velas para barcos se convirtió a inicios de 2020 en un local de música en directo y restaurante al que se accede por el número 5 de la calle Tenor Masini. Tras la pandemia, la cooperativa renace con la idea de ayudar a sectores precarizados, ser un nicho para el barrio y promover una agenda cultural inquieta, esto es: bien de conciertos y dj’s, más cocina de proximidad a precios populares. Mira, ahí llega mi colega. El musicón atruena en la sala con capacidad para 200 personas. Repasamos la agenda: en junio no podemos faltar al Punk Against Concert Fest. Oi! 

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DALE Dance Club Barcelona, fiesta de música urbana y perreo inclusivo / Instagram

La noche se enreda y ya puedo vernos a las tantas dándolo todo frente a la cabina de Safari Club Barcelona (Tarragona, 141). Las fiestas pop de esta mítica sala son de epopeya. Los jueves se elevan la enésima con el perreo máximo que se organiza en DALE Dance Club Barcelona, un fiesta semanal que celebra la globalización de la música urbana. Un desparame de reggaeton, dancehall y r’n’b orientado a la generación Z. Ep, pero antes de la disco, vamos a picar algo. La parada ineludible en toda visita a Sants es la aclamada barra de Buenavista Bar (Sant Crist, 23). Nos sacan una de sus ensaladillas rusas de vicio, y también una ensalada murciana, venga. Trasteas pidiendo una ‘mega pinta de vino tinto’, solo para comprobar que la camarera no está tan al caso como tú del juicio de Johnny Depp y Amber Heard.

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La ya mítica Sala Taro, nido de distorsión y bailoteo. / FERRAN SENDRA

Desde hace poco, el bar que más lo peta del barrio ha tenido que desplazar sus mega-populares bingos musicales a la vecina y hermana Sala Taro (Rossend Arús, 9), que es justo donde nos vamos ahora para entregarnos al bailoteo desacomplejado. Porque hoy no hay bingo, pero este último nido de distorsión está a reventar de buenas vibras. Al fondo, sobre la tarima del escenario, infinitas figuras danzarinas se enredan entre ellas. Cuanto más cerca, más miradas coquetas. Y no sabes cómo tienes otro cubata en la mano. 

Ya es tarde. Suben las luces de la sala, pero el velo de la madrugada te lleva por otras plazas y otros bailes. La noche se vuelve infinita aunque los pájaros le canten ya al nuevo día. Alguien te llama con una lata en la mano y, en plena desorientación, recuerdas el lema coñón que luce en el Instagram de la Taro: no olvides volver a casa

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