Bar Viu: el multiverso en una barra

El Bar Viu parece una cosa, pero es muchas otras. Este local polifacético, donde cualquier tarde se te puede volver madrugada, se ha convertido en el punto de reunión 'cool' de Gràcia

Bar Viu

Bar Viu / periodico

Albert Fernández

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Donde ahora nos recibe esa ancha entrada de puertas rojizas adornada con plantas, antes había un portón pesado y estrecho, que llevaba a un bar oscuro, cargado de decibelios heavys y miradas recelosas (ojo, que aquello según el día tenía su qué). La acogida amable y despierta que nos ofrece el <strong>Bar Viu</strong> da una idea de primeras de los horizontes ampliados a los que aspiraba tras reformar por completo aquel bareto metalero y hermético del carrer de la Perla al que casi nadie entraba.

Su formulación es tan sencilla como escasa de encontrar: ambiente espumoso, elevado gusto musical y, por supuesto, buena priva y tapas que resucitan. En cuanto te sirven la primera, todo el ruido del día ha quedado atrás, porque en este garito extrovertido solo se respiran buenas vibras y fraternidad.          

Parroquianos de altos vuelos

La música se oye tan bien como las conversaciones, no ves un solo gesto ansioso a ningún lado de la barra, y parece que todos aquí sean amigos. Se está a gusto. Enric, el propietario, no pierde la sonrisa mientras rememora que, cuando abrió hace casi 3 años, realmente todos los que iban eran amigos. Sus amigos, en concreto. Poco a poco, la aureola del local ha ido creciendo, hasta hacerse con una liga de parroquianos de altos vuelos: famosetes, la clásica tropa que no perdona la caña de media tarde, alegres noctámbulos, los que salen del cine con ganas de tertulia, y miembros distinguidos de las asociaciones de las fiestas del barrio.

La línea que manda en la sala es la música negra. Soul y funk del bueno, venga de donde venga. También hay acceso para la electrónica, el pop o el boogaloo. Tras su mesa hemos visto a celebrities como Pepe Colubi pinchando vinilos reggae, y este diciembre asoman el actor Artur Busquets y dos miembros de Manel. Eso sí, muchos de los Djs residentes son clientes habituales, como Santísima Trinidad, que decoran el bar a lo loco y ponen cirios a Josmar antes de entregarse a una bacanal de hits y petardeo.

La música es importante, pero en el Bar Viu no se andan con bromas con la comida. Entre su generoso repertorio de tapas tienen una ensaladilla rusa suprema, y un canelón XXL que te recordará a los de la iaia. Eso sí, cuando bajen las luces del bar  y empiece a planear el ambiente nocturno, ya no te acordarás ni de tu madre. En cuanto circulan los chupitos de ratafía y los gins, se sueltan los geniecillos del baile. Las luces botan por el techo y se multiplican las miradas galácticas: unos bailan con la mochila puesta, como si aquello fuera el Sónar, y otros se murmuran al oído igual que beberían de las tetas de una vieja diosa. Este bar está muy vivo. 

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